31 ago 2012

Brian Epstein y su descubrimiento de Los Beatles

Brian Samuel Epstein nació en una enfermería privada de Liverpool el 19 de septiembre de 1934. Su madre era Malka (fue conocida como "Queenie"), hija de un fabricante de muebles en Sheffield, y su padre era Harry Epstein, cuya familia poseía una tienda de muebles en Liverpool.

A la edad de 18 años reveló a su familia que era homosexual conmocionando a su padre y a su hermano menor, Clive, pero recibiendo simpatía de Queenie. A los 24 años inció como administrador del departamento de discos de la nueva sucursal en Great Charlotte Street de NEMS (North End Music Stores), el negocio familiar. Tuvo tanto éxito que fue puesto a cargo de una sucursal más grande en White Chapel.

A comienzos de julio de 1961 se le ofrecieron copias de la nueva publicación Mersey Beat que contenía noticias de la notable escena musical de Liverpool. En las primeras dos ediciones mencionaron a The Beatles y, en la segunda se ensalzaba los méritos del grupo y se exponía la convicción de que eran la banda número uno de los alrededores.

Brian visitó The Cavern Club el 9 de noviembre de 1961 con el fin de conocer el grupo que tanto daba de qué hablar. Firmaron su primer contrato el 24 de enero de 1962 por un periodo de 5 años a partir de 1962. La comisión de Brian sería el 10 por ciento de cualquier entrada menor a 1,500 libras y 15 por ciento por encima de ese monto. Un año después la comisión de Brian incrementó a 25 por ciento. Sigue leyendo en Diario Judío

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28 ago 2012

Escuelas para aprender a reírse en Japón

Se creó el Instituto Japonés de la Risa. Y está en construcción una máquina para medir cuán graciosa es una broma.

Reacios a expresar sus emociones, con fama de inescrutables, los japoneses están creando escuelas de la risa. Además, se encuentran estudiando el tema a escala universitaria para ver el efecto que tiene sobre la economía.

Según la BBC de Londres, el interés es tal que hasta han fundado un Instituto Japonés de la Risa. Su director, el profesor de sociología de la Universidad de Kansai, Yogi Kimura, asegura que en pocos meses tendrá lista una máquina que medirá cuán graciosa es una broma, más allá de que cause risa o no. “Si en una ceremonia oficial estamos partiéndonos de risa, pero no podemos expresarlo, la máquina de Kimura podrá medir con precisión el grado de comicidad del discurso”.
Compañías como Sony y Olympus también se ponen al día con el tema y destinan más fondos de su presupuesto al estudio y ‘producción’ de la risa.

Las dos compañías pusieron a la venta cámaras digitales que sacan automáticamente fotos apenas capta que alguien que está enfocado se ríe. Sony planea producir unas 35 000 de estas cámaras de la risa por mes para el mercado japonés.

Otras compañías están creando programas informáticos para medir no solo la intensidad sino la calidad de la risa.

También funcionan muchos consultores. Uno de ellos, Yoshihiko Kadokawa, asegura que la risa es dinero a la hora de vender un producto. “Las sonrisas son como el agua embotellada y el té. Tradicionalmente, nadie pensaba que había que pagar por consumirlos”.

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27 ago 2012

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Densidad de población, porcentaje de millonarios

El número de millonarios en todo el mundo sigue creciendo, impulsada por la nueva riqueza en los países en desarrollo, como Brasil, China e India. Había 12.6 millones de millonarios en todo el mundo a finales del año 2011 – 5.1 millones de estos millonarios fueron ubicados en los Estados Unidos.

Pero veamos cuales son los países que tienen la mayor proporción de millonarios en relación con sus poblaciones:

15.LOS PAÍSES BAJOS (Holanda)
Población 16.6 million – el 2,1% son millonarios.

Los Países Bajos tenían 152 millonarios a finales de 2011. La persona más rica es Charlene de Carvalho-Heineken, heredera de un imperio de la cerveza, cuyo patrimonio neto es de $7.5 billones.

14.IRLANDA
Población 4.48 millones – el 2,2% son millonarios.

El más rico del país es Pallonji Mistry, un magnate de la construcción, con un patrimonio neto es de $9.7 billones.

13.OMÁN
Población 2.78 millones – el 2,5% son millonarios.

El pequeño, rico en petróleo sultanato ha tratado de diversificar su economía para centrarse en otras industrias, como el turismo, a raíz de una caída en los precios del petróleo a finales de 1990.

12.BÉLGICA
Población 10.88 millones – el 2,9% son millonarios.

Por cada 100.000 hogares en el país, cuatro tienen un patrimonio neto de 100 millones de dólares ó más, según Boston Consulting Group. La persona más rica en Bélgica es Albert Frere, un inversionista con un patrimonio neto de $3.6 billones, según Forbes.

11.JAPÓN
Población 127.5 millones – el 2,9% son millonarios.

El país cuenta con 1.6 millones de millonarios, sólo superado por los EE.UU. La riqueza privada en Japón cayó un 2 por ciento en 2011 a 17.8 billón dólares debido a los efectos persistentes del tsunami y el desastre nuclear posterior, según Boston Consulting Group. Pero se espera que se recupere en los próximos cinco años.

10.BAHREIN
Población 1.26 millones – el 3,2% son millonarios.

Los ciudadanos más ricos del país son parte de la familia real en el poder, la cual está encabezada por el rey Hamad bin Isa al Jalifa.

9.TAIWAN
Población 23.2 millones – el 3,2% son millonarios.

Taiwán es el octavo país con más millonarios en el mundo, con un total de 246.

8.ISRAEL
Población 7.6 millones – el 3,6% son millonarios.

Israel, un líder en desarrollo de tecnología, cuenta con 83.000 millonarios. El más rico de Israel es Idan Ofer, heredero de una fortuna de transporte, con un patrimonio neto de $6.2 billones, según Forbes.

7.ESTADOS UNIDOS
Población 312 millones – el 4,3% son millonarios.

La riqueza privada en Estados Unidos disminuyó en un 0,9 por ciento en 2011 a US$38 billones, según Boston Consulting Group. Hay 2,928 millonarios en los EE.UU. con un patrimonio neto de $100 millones ó más. Hay más de 365 multimillonarios con un patrimonio neto de 1 billón ó más.

6.EMIRATOS ÁRABES UNIDOS
Población 7.5 millones – el 5% son millonarios.

La familia más rica de los Emiratos Árabes Unidos es la familia de Abdul Azis al Guhrair, que preside un banco líder a nivel nacional y patrimonio neto estimado de $2,9 mil millones, según Forbes.

5.HONG KONG
Población 7 millones – el 8,8% son millonarios.

En relación a su tamaño, Hong Kong tiene más multimillonarios que cualquier otro lugar, según Boston Consulting Group. Sir Ka-shing Li es el hombre más rico del país, con un patrimonio neto de $21 billones.

4.SUIZA
Población 7.8 millones – el 9,5% son millonarios.

En relación a su tamaño, Suiza tiene el mayor número de millonarios con valor neto de $100 millones o más, con 366 en total. El suizo es más rico es Ernesto Bertarelli, patrimonio neto $10 billones. Heredó la empresa de su padre, Serono, SA en 1996.

3.KUWAIT
Población 2.74 millones – el 11,8% son millonarios.

Por cada 100.000 hogares en Kuwait, seis tiene 100 millones de dólares o más. El más rico de Kuwait es Bassar Alghanim, un magnate de los negocios con patrimonio neto de $1.6 billones, según Forbes.

2.QATAR
Población 1.76 millones – el 14,3% son millonarios.

Qatar, país rico en petróleo, tiene 46,000 millonarios >> Más acerca Qatar

1.SINGAPUR
Población 5 millones – el 17,1% son millonarios.

Singapur es uno de los mayores centros de la banca offshore y un importante centro financiero en el Sudeste de Asia, por lo que es un lugar ideal para los millonarios vivir. También cuenta con el mayor número de multimillonarios: por cada 100.000 hogares, 10 tienen patrimonio neto de 100 millones de dólares o más, según Boston Consulting Group.

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25 ago 2012

La Princesa Fawzia de Egipto: La Primera esposa del Sha de Irán

Princesa Fawzia bint Fuad de (Alejandría, Egipto, El 5 de noviembre, 1921-) fue la primera esposa y la Reina consorte de Shahanshah Mohammed Reza Pahlavi de Irán.
Ella es actualmente Fawzia Shirin, habiendo vuelto a casarse en 1949 y habiendo perdido sus títulos reales en 1952 cuando la monarquía egipcia fue suprimida, aunque a ella se le mencione como la Princesa por cortesía. Ella es el miembro mayor de la Familia Real egipcia depuesta que reside en Egipto. Su sobrino Fuad, quien fue proclamado el Rey Fuad II de Egipto en el exilio en Europa, reside en Suiza. { 1952}

Nació en el Palacio Al-Teth Ras de Alejandría, era la hija mayor de Fuad I, el Sultán de Egipto (posterior Rey Fuad I) y su segunda esposa, Nazli Sabri. Uno de sus bisabuelos era Suleiman Pasha, un oficial francés del ejército quien sirvió bajo las ordenes de Napoleón, convertido al Islam, que supervisó la revisión y reparación del ejército egipcio. Además de sus hermanas Faiza, Faika, y Fathiya, y su hermano Farouk, ella tenía dos medio-hermanos del matrimonio anterior de su padre a la Princesa Shivakiar Khanum Effendi. La princesa Fawzia fue nombrada alteza Real en 1922, cuando su padre se hizo el rey.

La princesa Fawzia de Egipto se casó con Mohammad Reza Pahlavi (1919-1980), el Príncipe heredero de Irán, en El Cairo, el 16 de marzo de 1939; después de su luna de miel, las ceremonias de boda fueron repetidas en Tehran. Dos años más tarde, el padre del Príncipe Heredero se veía forzado al exilio y abdicaba en el Príncipe Heredero y Mohamed era nombrado el último Sha de Irán.
El matrimonio no fue un éxito. Después del nacimiento de la única niña de la pareja, la Princesa Shahnaz Pahlavi, la Reina Fawzia - el título de emperatriz aún no fue usado para ella- obtuvieron un divorcio egipcio en 1945, con lo cual ella volvió a El Cairo. Este divorcio no fue reconocido por Irán, sin embargo, y eventualmente el divorcio oficial fue obtenido, en Irán, el 17 de noviembre, de 1948, con Reina Fawzia que reclamó su distinción anterior de Princesa de Egipto. Una condición principal del divorcio consistía en que su hija no podía ser devuelta a su madre. Curiosamente, el hermano de la Reina Fawzia, el Rey Farouk, se divorció de su primera esposa, la Reina Farida, la misma semana.
En el anuncio oficial del divorcio, fue declarado que "el clima persa había puesto en peligro la salud de Emperatriz Fawzia". En otra declaración oficial, el Sha dijo que la disolución del matrimonio "no puede afectar las relaciones existentes amistosas entre Egipto y Irak".
Matrimonio con Coronel Ismail Hussain Shirin Bey

El 28 de marzo de 1949, en El Cairo, la Princesa Fawzia se casó con el Coronel Ismail Hussain Shirin Bey (1919-1994), un primo lejano y antiguo Ministro egipcio de Guerra y la Marina. La pareja tuvo dos niños: Nadia (1950) y Muhammed (1955).

La muerte de la Princesa Fawzia fue equivocadamente dada a conocer en enero de 2005. Los periodistas la habían confundido con su sobrina la Princesa Fazia (Fevziye) (1940- { 2005), una de las tres hijas de Rey Farouk.
Títulos de Nacimiento

* Su alteza la Princesa Fawzia de Egipto
* Su alteza Real la Princesa Fawzia de Egipto
* Su alteza Imperial y Real la Princesa heredera de Irán
* Su Majestad la Reina Imperial Fawzia de Irán
* Su alteza Imperial y Real Fawzia de Irán y Egipto
* Su alteza Real la Princesa Fawzia de Egipto
* Sra. Ismail Shirin

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23 ago 2012

El Montmartre de Picasso

Siempre nos quedará París. La frase, un tópico del cine trasladado con frecuencia a la vida cotidiana, retiene algo de verdad. Durante casi un siglo, la capital francesa fue también capital cultural del mundo occidental.

La bonanza había comenzado con el impresionismo de Van Gogh, Monet, Manet, Degas y Renoir, pero la llama estaba lejos de apagarse: quedaba el siglo XX, la vanguardia, la confusión, la ruptura con la tradición que tan segura parecía. Picasso desafió la percepción visual con el cubismo; Apollinaire y después Breton retaron el significado de las palabras.

Los barrios de Montmartre y Montparnasse dejaron de ser simples colinas para funcionar como imán de las mentes más despiertas del mundo. La mezcla producía personajes excéntricos, hambre, miseria, demonios personales, la oposición a la burguesía a la vez que una necesidad de nutrirse de su sensibilidad, el deseo del burgués de participar aunque fuera un poco de la locura de ser pobre…

El Cotilleando a… de esta semana es un repaso por la vida en París de siete artistas de la bohemia del siglo XX. Algunos coincidieron en el tiempo de manera desigual, otros fueron grandes amigos. La capital francesa fue hasta la II Guerra Mundial una narrativa continua de personajes que se entrelazaron, influyeron unos en otros y propiciaron un microclima frágil pero constante que cambió las concepciones artísticas más básicas de la historia del arte.

1. Pablo Picasso (1881-1973) llegó a París con 19 años, para la Exposición Universal de 1900. Les Derniers Monet (un cuadro que tapó tres años después con La Vie) fue elegida para representar a España en el evento. No sabía mucho de Francia ni planeaba quedarse demasiado tiempo, pero tampoco veía una salida clara para su arte en España. Al final se quedó para siempre en territorio francés. El pintor catalán Isidre Nonell le dejó su estudio en la Rue de Gabrielle, en el barrio de Montmartre.

Picasso solía guardar silencio en las reuniones sociales, ocultando su rudimentario francés, y se valía de la mirada para comunicar sus impresiones. Tenía relaciones con muchas de sus modelos y frecuentaba burdeles , pero cuando se enamoraba era sumamente posesivo y celoso, una característica que conservó toda su vida.

Inició su famoso período azul —melancólico y doloroso — entre 1901 y 1904. El detonante del cambio radical en su pintura fue el suicidio de uno de sus grandes amigos españoles en París, el pintor Carlos Casagemas, enamorado de Germaine, una de las amantes ocasionales de Picasso que posaba habitualmente para él. Ella rechazó a Casagemas y a pesar de los esfuerzos de Picasso para que olvidara a la chica, su amigo seguía obsesionado con ella. Casagemas organizó una cena para siete en un restaurante e invitó también a la modelo. Tras lanzar un discurso en francés comunicando que volvía a España para siempre, ella no mostró reacción alguna. En un arranque de desesperación el anfitrión disparó a la chica y tras fallar, se pegó un tiro en la frente. Picasso se sintió culpable de la muerte, se recluyó en su estudio e iluminado con una pequeña lámpara de gas, comenzó a pintar con fiereza.

2. Amedeo Modigliani (1884-1920). El pintor y escultor italiano se instaló en París en 1906. De familia rica venida a menos, Modigliani trataba de preservar su dignidad burguesa, cuidaba su vestuario en todo lo posible y decoró su humilde estudio con reproducciones de pinturas renacentistas y cortinas de felpa. Cuando se relacionaba con el grupo de artistas bohemios de la vanguardia parisina, parecía más bien que se disfrazaba de pobre.

Un año después de vivir en Montmartre sufrió una tranformación: de ser un artista academicista que miraba de reojo el mono de trabajo de Picasso, pasó a renegar de sus obras más canónicas y convertirse en un adicto al alcohol y las drogas, en parte para cubrir los efectos de la tuberculosis que sufría. La enfermedad, crónica y contagiosa, era sinónimo en Francia de aislamiento social y Modigliani se valió de todo aquello que justificara los síntomas y además le ayudara a desprenderse de su timidez.

3. Gillaume Apollinaire (1880-1918). El poeta era uno de los personajes más populares del barrio de Montparnasse. Cautivó al joven Picasso con una verborrea de cultura y curiosidad innata. Era capaz de hablar de Nerón, componer una estrofa de cuatro versos, interesarse por la construcción de un muro, describir el aroma de algún suculento plato y sacar tres libros diferentes de sus bolsillos en la misma conversación. Era un burgués bien vestido capaz de hablar de los asuntos más escatológicos tras emitir un discurso de corte académico.

Escribió novelas pornográficas y caligramas, recuperó como crítico literario las obras del Marqués de Sade, perteneció al dadaísmo… Apollinaire luchó en la I Guerra Mundial y fue herido de metralla en la cabeza. Milagrosamente no murió, pero nunca se recuperó totalmente. Fue durante su convalecencia cuando acuñó el término surrealismo. Murió con 38 años víctima de la Gripe Española, una de las epidemias más virulentas de la historia, que terminó con la vida de 50 a 100 millones de personas en sólo dos años.
Kiki de Montaparnasse retratada por Man Ray en 'Noire et blanche'

4. Alice Prin (Kiki de Montparnasse) (1901-1953). De hija ilegítima nacida en un pueblo de la Borgoña a reina de Montmartre. Kiki de Montparnasse era una superviviente nata, descarada y audaz, que cautivaba ya desde la adolescencia por su mezcla de vulgaridad, valentía y sensibilidad. Se convirtió en la musa por excelencia, posó para el japonés Tsuguharu Foujita, el dadaista y surrealista Francis Picabia, el escultor aragonés Pablo Gargallo… Man Ray también cayó a sus pies. La conoció en 1921 cuando ella montaba un escándalo en una terraza de París. El camarero se negaba a atender a Kiki y a una amiga porque, al no llevar sombrero y estar solas, se les podía confundir con prostitutas. Ella puso un pie descalzo sobre la silla y otro sobre la mesa, vociferando que no vendía sus atributos, que ni ella ni ningún conocido suyo volverían a ir al negocio. Cuando terminó el discurso dio un salto para bajar, calculando el vuelo de su vestido para que se adivinara que no llevaba ropa interior. “¡Sin sombrero, sin zapatos y sin bragas!”, exclamó.

Man Ray, fascinado, la observaba desde otra mesa. Tardó poco en proponerle que posara para él. El fotógrafo le hizo cientos de retratos, entre los que hay obras maestras como Noire et blanche y Le violon d’Ingres. Durante seis años fueron inseparables.

5. Man Ray (1890-1976). El fotógrafo estadounidense pasó 20 años en Montparnasse. Con Picasso, Max Ernst, André Masson, Jean Arp y Joan Miró expuso su obra en la primera exposición surrealista de la historia, que se celebró en 1925 en la galería Pierre de París. Junto a los retratos clásicos de personajes como Gertrude Stein y James Joyce, Ray exploró más tarde —junto a su otra musa y compañera artística Lee Miller— la parte más vanguardista de la fotografía con solarizaciones y fotos sin cámara (poniendo los objetos directamente sobre papel fotográfico). Su relación con Kiki de Montparnasse se tornó obsesiva y turbulenta por ambas partes. Los dos eran terriblemente celosos y posesivos y todo el vecindario se enteraba de sus escandalosas peleas.

En 1929 Lee Miller, una modelo estadounidense recién llegada a París, le pidió a Man Ray ser su asistente. Miller demostró pronto su talento como fotógrafa. Se enamoraron. En la última discusión de pareja con Kiki, en un bar, Ray escapaba bajo las mesas del restaurante mientras la Reina de Montmartre le tiraba platos.

6. Gertrude Stein (1874-1946). Según el crítico de arte del New York Sun Henry McBride (1867-1962), la escritora, poeta y mecenas tenía el don de “coleccionar genios en lugar de obras de arte. Los reconocía de lejos”. De familia rica, llegó a París en 1903 con su hermano Leo, también amante del arte, y vivió allí hasta el final de sus días. Pronto comenzaron una colección que llegó a ser de las más notables del mundo. Adquirieron obras de autores como Cézanne, Renoir, Braque, Gauguin y Matisse, pronto se fijaron en Picasso. Gertrude Stein y el pintor congeniaron desde el primer momento. Él encontraba fascinante el aspecto masculino de la millonaria y pidió retratarla. La primera sesión, posando sentada en un sillón medio desarmado, entusiasmó tanto a Stein que decidió volver a diario y permanecer varias horas inmóvil si era necesario para que Picasso capturara su imagen. Tras 90 sesiones, el pintor tiró los pinceles y la toalla y dijo: “Te he dejado de ver cuando te miro”. Sólo había pintado la cara y la borró, dejando consternada a la mecenas estadounidense. Picasso pasó unos días en el pueblo catalán de Gosol y cuando volvió se puso frente a lo poco que quedaba del cuadro fallido. Sin ver a su modelo, la retrató de nuevo. El rostro parecía una máscara, la piedra fundacional de Las señoritas de Aviñón: había pintado su primera obra cubista.

Aunque Stein apoyó a grandes artistas y su gusto e intuición eran refinados, había algo reprochable en el modo en que trataba a las piezas de su colección. Las paredes de su casa, en la Rue de Fleurus, estaban plagadas de cuadros de gran calidad, pero apiñados sin demasiado acierto. Para colmo, los artistas acudían a reuniones en casa de los Stein y podían atestiguar los estropicios. Georges Braque ardía por dentro al ver cómo sus obras se ahumaban poco a poco por estar colgadas sobre la chimenea. Picasso se dio cuenta de que dos de sus cuadros habían sido barnizados para que brillaran más: tardó varias semanas en calmarse y volver a la vivienda de la mecenas.

7. André Breton (1896-1966). El poeta y escritor francés, también ávido coleccionista de cualquier manifestación artística, redactó el Manifiesto Surrealista en 1924 definiendo el movimiento como un “automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral”. Se peleó con la mayoría de los artistas surrealistas y se sintió con derecho de excluirlos del grupo. Breton era conocido entre la bohemia por sus arranques de cólera, los insultos y las bofetadas en público a cualquiera que lo provocara. Las causas eran de lo más subjetivo. Dirigirle la palabra a su exmujer Simone o no ser lo suficientemente comunista para atender a todas las reuniones del Partido Comunista francés, al que se afilió en 1927, podían ser motivo de abofeteo.

Helena Celdrán
Fuente: 20minutos

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El Hospital Psiquiatrico de Kings Park

Dentro del amplio rango en el que se pueden encuadrar los lugares abandonados, sin duda los hospitales y psiquiátricos poseen el primer puesto por lo espeluznante y macabro de los escenarios en los que se transmutan con el paso de los años. Estados Unidos es una fuente inagotable de estos “Hospitales de lunáticos”, como se solían llamar antaño. Edificios de tamaños descomunales en los que uno podría perderse en sus marañas de pasillos sin fin, en sus decenas de salas idénticas, en sus escaleras que suben hasta alturas más que considerables y que, en ocasiones, bajan hasta sótanos todavía más profundos.

El hospital que os traigo hoy es una clara muestra de ellos, un gigante por el que durante más de un siglo han pasado cientos de miles de pacientes y al que la modernidad y la funcionalidad de los nuevos centros médicos acabaron por cerrar sus puertas. En este lugar no hay leyendas, ni fantasmas, ni gritos en la noche. El abandono es tal que ni los espíritus han querido quedarse por allí.

Quizás ese silencio, o mejor dicho, esa ausencia de sonidos, más allá del crujir de oxidadas bisagras y del aleteo esporádico de alguna paloma que ha hecho de este lugar su hogar, es lo que otorga a este edificio un aspecto tan lúgubre y macabro.

Para aliviar a la ciudad de Nueva York de la creciente población de enfermos mentales, se decidió construir una institución donde los pacientes pudiesen ser tratados lejos de la ajetreada vida de la ciudad.

Con este fin comenzó a construirse en 1885 el Kings Park Lunatic Asylum, en un entorno rural del condado de Suffolk. La primera edificación constaba de unos pocos edificios de madera donde los enfermos podrían ser rehabilitados, rodeados de campos de cultivo que pertenecían al propio hospital y que, aparte de llenar las despensas del psiquiátrico, servían como terapia constructiva para algunos pacientes. El que pronto comenzó a ser conocido como “La granja de los lunáticos”, no tardó en quedarse pequeño y en el año 1895, pasa a tomar el control el estado de Nueva York y cambia de nombre de nuevo, llamándose ahora Hospital Estatal de Kings Park.

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El complejo se ampliaría y modernizaría considerablemente, dotándolo incluso de una planta de energía, una zona para enfermos de tuberculosis y otra para veteranos de guerra, entre muchas otras. El éxito de la terapia con la agricultura anterior, llevaría al hospital a ser completamente autosuficiente, sumando a las tareas agrícolas otras de diversa índole como la construcción, la confección de ropa o la preparación de alimentos.

El cambio de siglo llegó al Kings Park con casi 3.000 pacientes y 450 trabajadores. A mediados del siglo XX llegó a su pico máximo con 9.000 internos y unas tasas de hacinamiento bastante preocupantes. Esta sobre población de enfermos no fue un hecho aislado, pues en todos los hospitales del país ocurría lo mismo. La depresión económica y los gastos bélicos de los años anteriores pasaban factura y en los presupuestos no había hueco para nuevos hospitales, y estas mismas causas también eran origen de que los enfermos mentales creciesen en número año a año.

Así pasaron un par de décadas más, hasta los años 70, cuando de nuevo se reactivaron las construcciones de nuevos y modernos hospitales. El mantenimiento de estos monstruos centenarios resultaba demasiado caro para el estado y, lentamente, los enfermos fueron siendo trasladados a otros lugares.

En 1975, y con muchas de sus áreas ya cerradas, el hospital pasó a conocerse como Centro Psiquiátrico de Kings Park o “KPPC”. El proceso de cierre fue lento y paulatino y no concluyó hasta 1996. A excepción de dos pequeños edificios anexos que todavía siguen en funcionamiento como residencia de ancianos, el hospital quedó en total abandono desde entonces y hasta día de hoy.

El terreno de cientos de hectáreas perteneciente al hospital sería muy productivo para cualquier comprador avezado y podría conseguirlos por su precio tasado, que son unos 55 millones de dólares, con el único inconveniente de que el costo de la demolición y limpieza del hospital se eleva a unos 80 millones, teniendo en cuenta las toneladas de amianto que se usaron en su construcción y que necesitan ser tratadas como material contaminante en la demolición.

Con lo cual, parece ser que este fantasmal edificio todavía se mantendrá en pie durante mucho tiempo.

Información y fotografías de:
www.opacity.us

www.dijitalphotography.com

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35 años tras la muerte de Elvis

Elvis Aaron Presley (8 de enero de 1935 - 16 de agosto de 1977) fue uno de los cantantes estadounidenses más populares del siglo XX, considerado como un icono cultural y conocido ampliamente bajo su nombre de pila, Elvis. Se hace referencia a él frecuentemente como «el Rey del rock and roll» o simplemente «el Rey».

Nació en Tupelo, Misisipi, pero cuando tenía 13 años se mudó junto a su familia a Memphis, Tennessee donde, en 1954, comenzó su carrera artística cuando Sam Phillips, el dueño de Sun Records, vio en él la manera de expandir la música afroamericana. Acompañado por el guitarrista Scotty Moore y el contrabajista Bill Black, fue uno de los creadores del rockabilly, un estilo de tempo rápido impulsado por un constante ritmo que consiste en una fusión de música country y rhythm and blues.

Tras llegar a un acuerdo con el que fue su apoderado durante casi dos décadas, el coronel Tom Parker, la compañía discográfica RCA Records consiguió un contrato para difundir su música. El primer sencillo con esta empresa, «Heartbreak Hotel», publicado en enero de 1956, se convirtió en un éxito número uno. Pronto, tras sus apariciones en los medios, se convirtió en la figura principal del popular sonido del rock and roll, con una serie de presentaciones televisivas y éxitos que llegaron a la cima de las listas de ventas. Sus interpretaciones llenas de energía, sobre todo de canciones afroamericanas y su estilo desinhibido lo hicieron enormemente popular y controvertido. Meses después, en noviembre de ese mismo año, llevó a cabo su debut cinematográfico con la película Love Me Tender.

Reclutado para el servicio militar en 1958, reanudó su carrera artística dos años más tarde, llegando parte de su material a alcanzar mayor éxito comercial desde entonces. Dio pocos conciertos, sin embargo, en la década de los 60, guiado por Parker, procedió a dedicarse a filmar películas para Hollywood y bandas sonoras, muchas de ellas ridiculizadas por la crítica. En 1968, tras siete años alejado de los escenarios, volvió a realizar presentaciones en directo en un especial de televisión que dio lugar a una amplia serie de conciertos en Las Vegas y también a varias giras musicales.

En 1973, protagonizó el primer concierto teletransmitido, de ámbito mundial vía satélite, Aloha from Hawaii, visto aproximadamente por 1.500 millones de personas. Finalmente, el consumo excesivo de medicamentos prescritos comprometió gravemente su salud, hasta que en 1977 murió súbitamente a la edad de 42 años.

Presley es considerado como una de las figuras más importantes de la cultura popular del siglo XX. Tenía una voz versátil y un inusual éxito en muchos géneros, entre ellos el country, el pop, las baladas, el gospel y el blues. Asimismo, se trata del solista con más ventas en la historia de la música popular. Nominado a 14 premios Grammy, ganó tres y recibió uno en la categoría a la carrera artística a la edad de 36 años, además de figurar en diversos salones de la fama musicales.

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La doctrina del shock, Naomi Klein



Una cosa es cierta. Naomi Klein, tras el éxito de No Logo, no se ha quedado mano sobre mano. Se puso nuevamente en ruta, visitando o viviendo por breves períodos en Argentina, Brasil, Sudáfrica, Chile, Bolivia, Irak, Sri Lanka, Tailandia, Líbano, Rusia y, huelga decirlo, EEUU. Desde esos países ha enviado reportajes y en esos países ha entrevistado a economistas y a activistas para periódicos como The Guardian, The Nation o el New York Times. Al propio tiempo, ha acumulado información sobre los cambios operados en el neoliberalismo tras el ataque al World Trade Center neoyorquino del 11 de septiembre de hace ahora seis años. Con el paso del tiempo, sin embargo, ha madurado en ella la convicción de que el capitalismo del siglo XX presentaba robustos elementos de continuidad, pero también de discontinuidad, respecto a los elementos que la ensayística contemporánea llama los gloriosos treinta años, es decir, el período de desarrollo económico y social que siguió a la II Guerra Mundial, que vio surgir en muchos países la presencia reguladora del estado en la economía y en la vida social.

La continuidad venía del Estado de Bienestar, en sus diversas traducciones nacionales, y de una relación de dominación de algunos países fuertes respecto de otros países "débiles", usados precisamente como laboratorios de experimentación de políticas económicas desprejuiciadas que en el potente Norte habrían hallado no pocas resistencias por parte de las fuerzas sindicales y políticas del movimiento obrero y de otros movimientos sociales. Lo difícil, en cambio, era perfilar las discontinuidades. Y son precisamente las discontinuidades las que centran la atención de Naomi Klein.

La constelación neoliberal

El resultado es un libro que puede leerse como una contrahistoria del neoliberalismo contemporáneo. Su título, Shock doctrine [La doctrina del shock], introduce inmediatamente en la tesis del volumen: las crisis –económicas, sociales o políticas— y las catástrofes ambientales son usadas para introducir unas reformas neoliberales que han llevado a la demolición del Estado de Bienestar.

El libro entra, para empezar, en el corazón de la Guerra Fría. En aquellos años, el futuro premio Nóbel de economía Milton Friedman empieza a urdir su tejido para construir una red intelectual de investigadores favorables al libre mercado. Es un economista brillante, pero sus propuestas a favor de la demolición de la intervención estatal en la sociedad y en la economía resultan demasiado "extremistas" en relación a lo que hacen las empresas y el gobierno de Washington. Con todo y con eso, su centro de investigación recibe financiación de fundaciones privadas y del gobierno. Milton Friedman sostiene ya entonces que las crisis pueden usarse para una "terapia de shock" a favor del libre mercado.

Milton Friedman se convierte en el agit-prop del neoliberalismo, mientras que sus discípulos son enviados por el mundo entero en misión de proselitismo. Sus recetas acabarán convirtiéndose en programas de política económica en Chile, Paraguay, Argentina, Brasil, Guatemala, Venezuela. Hay un pequeño problema. Son programas aplicados con carros blindados en las calles y tortura sistemática en las prisiones, mientras el número de desaparecidos llega a ser tan alto, que ni siquiera los medios de comunicación estadounidenses pueden ignorarlo.

La parte del libro que habla de los años sesenta y setenta cuenta la historia de los golpes de Estado y del uso sistemático de la violencia contra los opositores políticos, y puede parecer un dejà vu de historias sabidas desde hace tiempo. Pero Naomi Klein lo presenta como la primera crisis del neoliberalismo. Chile, Argentina y Paraguay son laboratorios en los que se enriquecen muchas transnacionales estadounidenses, a las que se les permite apropiarse de muchas materias primas y abrir nuevos mercados para sus productos. Una especie de renovada acumulación primitiva deslocalizada fuera de las fronteras nacionales. Por eso vale la pena financiar, de consuno con Washington, el terrorismo de estado chileno, argentino, brasileño y paraguayo. Y es precisamente en ese período que la red intelectual tejida por Friedman se consolida y se extiende al mismo tiempo.

Resulta impresionante el trabajo hecho por Naomi Klein de reconstrucción de las carreras políticas, los vínculos de amistad, las relaciones de negocios de hombres –de Dick Cheney a Donald Rumsfeld, de John Ashcroft a Domingo Cavallo, de Michel Camdessus a Paul Bremen, a Paul Wolfowitz y a la familia Bush— que pasan de un consejo de administración de alguna transnacional a la dirección de un think thank neoliberal, de puestos de responsabilidad en algún gobierno a los despachos del Banco Mundial o del FMI.

La hasta ahora contada es historia conocida fuera de los EEUU. Naomi Klein lo sabe, pero también es consciente de que en los EEUU es historia sabida o desvelada sólo para una minoría de activistas o intelectuales radicales. De aquí su obra de sistematización de las informaciones antes de entrar a contar la segunda ola neoliberal, que tiene, como la primera, un apóstol. Es otro economista, se llama Jefrey Sachs y quiere demostrar que el libre mercado, a diferencia de lo que pareció ser el caso en América Latina, no es incompatible con la democracia. Es un auténtico "evangelista del capitalismo democrático", y ve en el desplome de la Unión Soviética y del socialismo real la mejor oportunidad para conciliar la democracia con las "leyes naturales" del mundo de los negocios. Aconseja –y es escuchado— a la Polonia de Lech Walesa y a la Rusia de Boris Yeltsin una desregulación radical de sus economías. Su receta será un fracaso, pero en ese mismo momento su "terapia de shock" halla un valioso aliado en un FMI ya definitivamente depurado de economistas vinculados todavía a las teorías de Lord Maynard Keynes. La deuda será el arma vencedora empleada por los neoliberales, que concederán préstamos sólo a condición de que se desregularice completamente la economía. Es el llamado consenso de Washington, son su corolario de "programas de ajuste estructural". Como en el pasado, las transnacionales se harán de oros, pero Sachs, lo mismo que los demás "evangelistas del libre mercado", sostiene que lo que ahora corresponde es que todas las actividades productivas y los servicios sociales gestionados por el estado sean puestos en almoneda, aun a costa de sacrificar centenares de miles de puestos de trabajo sobre el altar de la competitividad internacional. La pobreza, no dejan de repetir, es un efecto colateral que sin embargo acabará siendo despejado por la mano invisible del mercado.

La "terapia de shock" se nutre ya de estrategias de marketing, propaganda y falsificación de datos, tratando de demostrar que el mercado libre es la única vía para escapar de la decadencia económica y de la pobreza masiva. Pero el consenso tiene que ser conquistado electoralmente, aun si eso puede llegar a ralentizar el ritmo de "reformas".

La política woodoo

Para remover ese obstáculo hay una estrategia bien probada durante la "guerra de la deuda" en América Latina: crear el pánico, para luego presionar a fin de que se adopten "terapias" económicas neoliberales. El Banco Mundial y el FMI se convierten entonces en instituciones supranacionales adaptadas al objetivo de limitar la soberanía popular y privar a los gobiernos nacionales de cualquier autonomía decisional. Los programas económicos son, pues, confeccionados en Washington, pero su aplicación in situ viene garantizada por personal político "fiel a la línea". Nami Klein muestra documentalmente cómo incluso las crisis asiáticas de los años noventa tuvieron como protagonistas al Banco Mundial y al FMI, que orquestaron a sabiendas la crisis financiera a fin de demoler toda presencia estatal en la economía. Y cuando Tailandia, Filipinas, Malasia, Indochina y Corea del Sur capitularon frente al FMI, un "Chicago boy" escribió una columna en el Financial Times parangonando la revolución del libre mercado en Asia con una "segunda caída del Muro de Berlín".

En América Latina la situación es distinta. Las dictaduras se desplomaron una tras otra y subieron al poder muchas coaliciones de centroizquierda. Es la era, afirma Naomi Klein, de la política woodoo, caracterizada por programas electorales keynesianos y sucesivas políticas económicas rígidamente neoliberales.

La embrollado ovillo que Naomi Klein pacientemente deshilvana muestra no tanto un comité de negocios de la burguesía, cuanto un trust de empresas cuyo negocio consiste en el vaciamiento del estado de toda función, incluida la de la guerra. Es el nacimiento del "estado corporativista", según lo define la autora, en donde una restringida elite pasa de una empresa a cargos públicos sin el menor respeto a las normas liberales contra el conflicto de intereses. El "capitalismo de los desastres" no puede sino seguir renovando la inseguridad social. El 11 de septiembre es, desde este punto de vista, un maná para los neoliberales. La "guerra al terror" se convierte así en la retórica tras la que ocultar la venta de la defensa nacional a las empresas privadas y el pleno control del petróleo.

Con la invasión de Afganistán y del Irak, el warfare, es decir, el uso de la guerra para relanzar la economía, se ha elevado a sistema, porque la guerra al terror es una guerra total que no sólo implica al sector militar, sino a la sociedad entera. Iluminador a este respecto resulta el capítulo que la periodista canadiense dedica a Israel, haciendo del desarrollo de la industria high-tech de la seguridad y de la llegada de los hebreos de la Europa del Este tras la caída del Muro de Berlín dos de las claves interpretativas –no las únicas— del paso de una hipótesis de paz con los palestinos al funesto paseo de Ariel Sharon por la explanada de las mezquitas que provocó la segunda Intifada. Los prófugos del Este europeo pudieron substituir la fuerza de trabajo palestina a bajo costo, mientras que las empresas high-tech pudieron ofrecer sus productos al mundo entero, visto que la guerra al terror es la guerra de la civilización occidental contra sus enemigos.

La economía de la catástrofe

Cuando Naomi Klein comienza a analizar los efectos devastadores del huracán Katrina y del Tsunami descubre que las catástrofes son utilizadas por el FMI como misión creep, es decir, expansión indebida de una misión, en este caso de la máquina pública. Los últimos baluartes del estado como garante de la convivencia social son sometidos a ataque. Nueva Orleáns se ha convertido en el laboratorio de esa ulterior privatización del estado. Análogamente, el Tsunami es utilizado para transformar algunas regiones o aun naciones (Sri Lanka, Tailandia y las Maldivas) en clubes de vacación para las elites globales.

Así es narrado el capitalismo de los desastres. Naomi Klein, como ya hiciera en NoLogo, no quiere construir una teoría del desarrollo capitalista. Es una excelente publicista y periodista de investigación que se plantea siempre la pregunta correcta: cómo organizar la resistencia al neoliberalismo. Es verdad que su defensa del estado de Bienestar puede parecer ingenua, pero cuando empieza a enumerar qué hacen y qué proponen los movimientos sociales, el suyo resulta un keynesianismo que abre puertas al autogobierno por parte de los movimientos sociales y a una democracia radical.

Shock doctrine es, pues, un libro ambicioso, porque pretende ofrecer un mapa del "capitalismo de los desastres". Es ciertamente un fresco de la reorganización del capitalismo tras el 11 de septiembre y empieza a identificar sus puntos de fuerza, las empresas líderes que están emergiendo, su vocación global. Pero también identifica sus puntos débiles. Es, pues, un mapa útil de leer, también para prepararse a resistir la próxima ola de terapia de shock que se alimentará con la próxima catástrofe ambiental y con la próxima etapa de la guerra preventiva. O del anunciado e italianísimo recorte de los gastos sociales para contrarrestar la decadencia económica.

Benedetto Vecchi es un crítico cultural italiano que colabora regularmente con el cotidiano comunista italiano Il Manifesto.

Texto: rebelion.org

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Mercados y especulación financiera

De entre todos los conceptos que ahora pululan en todos los debates políticos, y que antes estaban prácticamente reservados para los debates técnicos entre economistas, hay uno de especial interés que conviene ayudar a clarificar: el de los mercados financieros. En efecto, hoy los mercados financieros están en todas partes (televisión, prensa, e incluso en los bares), pero en general todavía hay un amplio desconocimiento acerca de lo que son realmente y cómo funcionan. Por eso he decidido hacer unas breves anotaciones que puedan ayudar a resolver algunas dudas importantes.

¿Qué es un mercado?

En primer lugar conviene recordar que el término mercado hace referencia al espacio, físico o virtual, en el que se encuentran compradores y vendedores de algún bien o servicio. Es decir, existe mercado allí donde se intercambien productos entre dos partes, la que los compra y la que los vende, y por ende cualquier producto tiene su mercado.

Eso significa que si nosotros queremos vender nuestro viejo libro de economía neoclásica, porque ya no nos sirve, lo que tenemos que hacer es ir a un mercado donde podamos encontrar compradores para el mismo. Lógicamente no vamos a ir al banco a venderlo. Lo que hacemos es buscar un mercado de libros de segunda mano. Cuando vamos directamente a la librería de segunda mano lo que estamos haciendo es ir a un mercado, el de los libros de segunda mano, porque sabemos que esa librería actuará de intermediario. La librería se encarga de reunir a compradores y vendedores y tratar de ir realizando transacciones a cambio de una comisión. La librería te compra el libro a 5 euros y lo vende a 7 euros. Actúa como intermediario y como creador de mercado puesto que en sí misma la librería es el mercado. Puede haber muchas más librerías de ese tipo en la misma ciudad, e incluso librerías online, y al negocio completo lo llamamos en abstracto el “mercado de libros de segunda mano”.

La liquidez y el precio en un mercado

Cuanta más participación haya en un mercado mayor capacidad tendremos nosotros para poder comprar y vender nuestros bienes y servicios. Si resulta que hay pocos vendedores y pocos compradores de libros el mercado será lento e ineficiente. Si queremos vender nuestro manual de economía neoclásica y resulta que dentro de los pocos compradores potenciales de libros no hay ninguno al que le interese la economía no podremos realizar la venta. Eso significa que seguiremos esperando un comprador con nuestro libro en la mano. Se dice entonces que el mercado es poco líquido, es decir, que la capacidad de convertir los bienes en dinero constante y sonante es muy reducida. Si por el contrario hubiera muchos vendedores y muchos compradores sería mucho más sencillo encontrar otra persona que quisiera nuestro libro, por lo que quizás en muy poco tiempo obtendríamos el dinero.

Y de la relación entre el número de compradores y el número de vendedores surgen los precios. A partir de la siguiente regla: a mayor demanda, mayor precio (y mayor oferta, menor precio). Si, por ejemplo, vamos con nuestro libro de economía a una librería especializada en física es probable que no encontremos compradores y que el intermediario -sabedor de ello- no quiera comprarnos el libro o nos ofrezca por él un precio muy bajo, digamos de 1 euro. Si en cambio nos dirigimos a una librería especializada en economía entonces allí sí habrá muchos compradores y, por lo tanto, demanda. Si quisiéramos vender nuestro libro directamente a los compradores, éstos competirían entre sí por ofrecer el mejor precio con el que convencernos. Exactamente como en una subasta. Así que el intermediario -sabedor de ello también- nos ofrecerá por nuestro libro un precio mucho más alto, digamos de 5 euros.

Cada mercado tiene sus participantes

En el mercado de libros de segunda mano suelen participar únicamente individuos particulares que desean comprar y vender libros, pero no participan bancos, empresas o agentes económicos más grandes. Eso es porque cada mercado suele tener sus propios tipos de participantes.

El mercado inmobiliario, por ejemplo, hace referencia al espacio donde se encuentran compradores y vendedores de viviendas. Ahí ya no sólo encontramos a particulares sino que también encontramos en ambas partes (la del comprador y vendedor) a los bancos, a grandes empresas o incluso al Estado. Todos esos agentes negocian los precios con los que comprarán y venderán las viviendas.

Y esto es muy importante porque todos esos agentes que no son individuos, y debido a su poderío económico, pueden modificar el mercado con facilidad. Precisamente porque tienen la capacidad económica, ya que manejan grandes sumas de dinero, pueden comprar y vender de forma estratégica, buscando ser favorecidos en las transacciones.

Por ejemplo, los bancos actualmente tienen en España un gran stock de viviendas en venta pero que no consiguen vender. Pero en España también hay gente que quiere comprar viviendas. La clave está en que los precios de oferta y los precios de demanda no coinciden, es decir, que por lo que los compradores están dispuestos a pagar es mucho menor que por lo que los vendedores están dispuestos a vender. Si los bancos bajaran los precios de las viviendas entonces los compradores podrían estar de acuerdo. Los bancos, además, reducen artificialmente la oferta de viviendas al no poner en venta muchas de las viviendas que tienen y creando de esa forma una escasez aparente para mantener los precios altos.

Y esto es crucial. Cuando hay pocos participantes en el mercado (en una de las partes) o un participante es muy poderoso económicamente puede influir mucho en cómo evolucionan las transacciones. Digamos que puede influir en la oferta y en la demanda, y por lo tanto en los precios. Los tres o cuatro bancos más grandes pueden ponerse de acuerdo para no bajar los precios de las viviendas y mantenerse esperando que los compradores se atrevan a ofrecer más, o bien pueden también comprar masivamente casas para elevar artificialmente el precio (ya que sube la demanda).

El mercado de deuda pública

Todos los mercados a los que antes hemos hecho referencia son mercados de bienes físicos. Ahora vamos a adentrarnos en los mercados financieros, es decir, en aquellos en los que se negocian títulos que conllevan compromisos futuros de pago. El más conocido por su radiante actualidad es el mercado de deuda pública.

El mercado de deuda pública es el mercado donde se encuentran por una parte los países que necesitan financiación y, por otra, los inversores que están dispuestos a proporcionarles esa financiación. Ya sabemos que cuando un Estado tiene déficit (menores ingresos que gastos) necesita pedir prestado, y una de las formas para hacerlo es emitiendo títulos de deuda pública. Esos títulos que emite son comprados por inversores que lo que están haciendo en realidad es prestar al Estado ese dinero a cambio de que en un plazo de tiempo determinado el Estado les devuelva ese dinero junto con un porcentaje de intereses. Al porcentaje de intereses se le llama rentabilidad.

Como todos los Estados tienen necesidad de endeudarse el mercado de deuda pública está siempre muy activo, especialmente en tiempos de crisis. Hay mucha oferta (títulos de deuda pública de diferentes países) y mucha demanda (inversores que buscan rentabilidad segura, puesto que se supone que los títulos de deuda pública son los más seguros; si no paga el Estado es que la cosa está verdaderamente mal). Y en este mercado los participantes son fundamentalmente los grandes inversores financieros (banca y fondos de inversión gestionados por ellos), y no ya tanto los particulares (que en cualquier caso pueden participar).

Si nosotros somos el gestor de un fondo de inversión de un banco, es decir, una persona que tiene a su cargo una gran cantidad de dinero que quiere revalorizar, esto es, convertir en más dinero, tendremos que valorar si nos conviene invertir en el mercado de deuda pública. Y si decidimos que sí debemos también decidir qué títulos concretos de deuda pública comprar. Por eso vamos al mercado de deuda pública y vemos qué ofrecen los diferentes países.

El sistema de venta de títulos es por subastas, aunque hay varios tipos de subastas así como también hay varios tipos de títulos y vencimientos (plazos de devolución), así que cada país ofrece un precio por sus títulos de deuda. Los inversores buscan siempre los títulos más baratos porque son los que ofrecen más rentabilidad. Se sigue el siguiente razonamiento: menor precio refleja más inseguridad y mayor rentabilidad. Si el precio es bajo significa que hay pocos compradores y eso significa que la gente no se fía suficiente de que se les devuelva el dinero, por lo que esos compradores exigen una rentabilidad más alta. Si un país, por ejemplo España, ofrece títulos y en la subasta van pocos compradores entonces tendrá que bajar el precio de sus títulos y, por ende, subirá la rentabilidad de los mismos, es decir, pagará más en concepto de intereses por cada título que venda a los inversores.

En realidad cada país está haciendo sus subastas y llamando de esa forma a los inversores. Y los resultados de esas subastas son diferentes según los países, diferencias de las cuales nacen conceptos como el de “prima de riesgo” (que cuantifica la diferencia de rentabilidad ofrecida por los países respecto de Alemania, que es el país con una economía más sólida). Se supone entonces que los precios de los títulos reflejan los fundamentos de la economía o, más concretamente, la capacidad que cada país tiene para devolver el dinero. Pero en realidad no sólo depende de eso.

La especulación en el mercado de deuda pública

Sabemos entonces que por un lado tenemos a la oferta (países) y por otro lado a la demanda (los inversores), que se reúnen en el mercado de deuda pública para negociar. Unos buscan financiación y otros la ofrecen a cambio de un porcentaje en intereses y el compromiso de devolución del dinero prestado. Y como en todo mercado también se puede influir en él para crear unas mejores condiciones que te favorezcan.

Supongamos ahora que soy un inversor. Concretamente soy Jorge Soros, gestor de un fondo de inversión multimillonario. Me levanto por la mañana y miro en las pantallas de mi oficina cómo están los indicadores fundamentales de la economía (crecimiento, inflación, etc.), las noticias de última hora (las declaraciones de los gobiernos, por ejemplo), las subastas de deuda pública programadas para hoy y también los mercados secundarios de deuda pública (que son los lugares donde se compran y venden los títulos de deuda pública por segunda y más veces; como los libros de segunda mano pero en títulos). Entonces planeo mi estrategia.

Como gestiono un fondo multimillonario tengo capacidad para mover el mercado, es decir, mi oferta de compra o venta es tan cuantiosa que es prácticamente la totalidad del mercado. Si decido comprar títulos de deuda pública de España eso incrementará la demanda y eso mandará una señal al resto de inversores: la gente está comprando títulos de España, lo que quiere decir que se fían de ellos y por lo tanto son más seguros. En consecuencia el precio subirá y la rentabilidad caerá. España podrá conseguir dinero más barato (pagará menos en concepto de intereses). Pero claro, ¿para qué yo, Jorge Soros, voy a querer comprar títulos que me den poca rentabilidad? Tengo mejores planes, concretamente imitar la estrategia que un tal George Soros hizo en el Reino Unido en los noventa y que hizo a un país entero ceder ante él (ver aquí).

Lo que hago como inversor es lo siguiente. Voy al mercado secundario de deuda pública y pido prestados muchos bonos, una gran cantidad. Cuando tengo todos esos bonos voy preparando el terreno para el ataque, lo que consigo gracias a la publicación de rumores y exageraciones (“España va mal”, “sus cuentas no salen”, “los planes no funcionan”, “se necesitan más recortes”, etc.) y cuando los tambores de guerra han sonado suficiente… en ese momento vendo masivamente todos los títulos que me han prestado a un precio de 1.000 euros el título. Entonces el resto de inversores que están también mirando sus pantallas ven lo siguiente: noticias de desconfianza en España y un número bestial de venta de títulos de deuda pública. Esos inversores razonan pensando que los inversores están vendiendo títulos de deuda pública porque no se fían, y entonces todos hacen lo mismo. Se produce una estampida con muchas decisiones de venta que hacen bajar los precios. Y cuando los precios han bajado mucho aparezco yo otra vez, Jorge Soros, y los compro masivamente a 200 euros el título.

Consecuencias de todo el proceso: yo vendí los títulos a 1.000 euros y los compré a 200 euros. Como eran prestados también tendré que pagar un poco en concepto de intereses a la hora de devolverlo, pero seguiré ganando. Y la otra consecuencia es que España está bajo ataque permanente y en la próxima subasta que haga los inversores le exigirán mucha mayor rentabilidad porque en teoría el mercado (secundario de títulos) está reflejando que no garantiza bien la devolución de los títulos, es decir, que su política económica debe cambiar para asegurar más confianza. Es entonces cuando llegan los planes de ajuste “impuestos” por los mercados financieros y el ya conocido “chantaje de los mercados“.

Los agentes financieros y las operaciones especulativas

Como nuestro yo del ejemplo, Jorge Soros, está repleto el sistema financiero. Y no es para menos puesto que la única lógica del capital financiero (ese dinero que busca transformarse en más dinero) es ni más ni menos que buscar las oportunidades de mayor rentabilidad y, si es posible, crearlas. Los especuladores son en realidad los propios inversores, no son una figura distinta, ya que su lógica es lo único que cuenta. Y como tales operan como los tiburones: huelen sangre (por ejemplo cualquier noticia real de una economía, tal como las trampas contables de Grecia) y atacan sin piedad extorsionando hasta el límite.

No hay inversores buenos ni inversores malos: son todos inversores operando con sus propias reglas, por supuesto inmorales y antisociales (pues sólo responden ante la rentabilidad). Es un capitalismo de hipercompetencia (leer esto para ver ejemplos y entender la lógica) y sólo los más “listos” ganan. Los mercados financieros no son entes abstractos como nos hacen creer, y tampoco son entidades divinas que nos dicen lo que está bien y lo que está mal. Son simples jugadores de casino aprovechando su inmenso poder para hacer y deshacer la economía mundial, sin atender a las consecuencias.

Durante más de treinta años de hegemonía del neoliberalismo estos agentes (bancos, fondos de inversión, grandes empresas, etc.) han creado las condiciones para explotar mucho más este negocio. Han desregulado los mercados, permitiendo su expansión a todos los niveles y eliminando casi todas las normas que limitaban diferentes prácticas, y han creado productos financieros complejos con los que seguir jugando más y más para seguir respondiendo al mismo objetivo. El ejemplo de Jorge Soros es uno más entre tantas otras formas de manipular un mercado cualquiera. Y las conspiraciones no hacen falta cuando todos los inversores se aprovechan de esas situaciones en las que quien paga al final es el Estado. Fuente: ATTAC

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Henry Ford, una historia accidentada



Uno de los personajes históricos del sector del automóvil que más contradicciones generó fue indiscutiblemente Henry Ford, el ultraderechista norteamericano que fue padre no solo del automóvil sino también de un hijo bastardo que se negó a reconocer públicamente, un hombre que duplicó el salario mínimo pero fue destructor de sindicatos, y un individuo tan orgulloso de su color blanco que por racismo fue condecorado por Hitler. Sin embargo, cada vez que llegamos veloces a cualquier lugar a bordo de un coche, debemos rendir homenaje al hombre que lo hizo posible.

Henry Ford nació el 30 de julio de 1863 y desde niño le inculcaron ideas muy retrógradas en cuanto al sexo y las costumbres consideradas buenas o decentes. Utilizaba frecuentemente la doble moralidad, y solía lavarse las manos con jabón fuerte cuando se sentía mal por sus acciones.

Espetaba en voz baja palabras subidas de tono cuando creía que nadie le oía, y desde niño, aunque no fue un alumno brillante, se ciñó a la cultura del trabajo con una vocación calvinista. A los 16 años abandonó la escuela de su natal Dearborn, Michigan, y se convirtió en el prototipo del self-made man, el síndrome del sueño americano.

A lo largo de su agitada vida de arduo trabajo, Henry acumularía muchas contradicciones en su vida. Como severo guardián de la moralidad sexual que decía ser, procuraba que su nombre no fuera mencionado en situaciones subidas de tono. Se casó con la bonita hija de un campesino, Clara Jane Bryant, tras conocerla en un baile pueblerino. El flechazo fue inmediato para Henry, quien la encontró encantadoramente tradicional, mojigata y dulce.

Ella tenía 22 años y él 24 cuando por fin decidieron contraer matrimonio. A los cuatro años de casados, Edsel, el primogénito, nació. Henry siempre quiso mantener la apariencia de un matrimonio ideal y una familia modélica. Clara, que era muy inteligente a pesar de su falsa candidez, era muy apacible y generosa además. Clara era la mejor cómplice de los efervescentes entusiasmos de su marido, y Henry la llamaba "la creyente" dado que ella evidenciaba una fe ciega en él.

Clara sabía mantener su dominio en el hogar, donde reinaba como monarca absoluta, pero evitaba inmiscuirse en los asuntos de negocio de su esposo. Rara vez visitaba el taller o la oficina. Solamente en una ocasión metió sus manos para ablandar la férrea resistencia de su marido a los sindicatos. Esa rara intervención logró que se evitara una sangrienta revuelta dado que Henry, conmovido por el llanto de su esposa, siguió su consejo por su propio bien.

Henry era un ser destinado a convertirse en un workaholic, o sea, un adicto al trabajo. No escatimaba esfuerzos, energía y dinero en lograr lo que deseaba, y fue así que ideó el diseño del automóvil que iba a ser producido en serie para las clases populares bajo el nombre del modelo T-Ford. Sin embargo, como padre, era muy estricto. Edsel vivió constantemente temiendo sus regañinas y exabruptos, tratando de ser siempre mejor y a la larga tanto stress ocasionó que el pobre hombre muriera mucho antes que su padre.

Clara, cuando ya Henry Ford se hizo millonario, gastaba grandes sumas en obras benéficas y odiaba el despilfarro en la casa. Ya siendo una familia acaudalada, Clara seguía remendando los paños menores de Henry y alimentaba con las sobras a las mascotas de la casa.

Henry seguía gozando de sencillos placeres como los picnics, que a menudo realizaba con su amigo Tomas Alva Edison, y adoraba escuchar la radio. Era tradicionalista en todo el sentido de la palabra, y se oponía al concepto del control de la natalidad. Era un hombre lleno de contradicciones extrañas.

Como patrón era tan progresista que aumentó el salario mínimo a sus trabajadores, les redujo la jornada de trabajo y destinó solo 5 días de la semana para trabajar, pero contrató espías para romper los sindicatos mediante tácticas de terror.

A veces trataba a sus amigos con desprecio y aunque luego fue un filántropo que donó mucho dinero para buenas obras, en 1938 publicó unos artículos extremadamente antisemitas, llamando a los judíos "despreciable escoria merecedora de la muerte". Por eso Hitler le condecoró con una medalla de la cual llegó a sentirse muy orgulloso.

Clara, al parecer, hizo la vista gorda cuando su maridito tuvo un devaneo con una joven llamada Evangeline Coté, por cierto prima del astro bisexual Tyrone Power. Evangeline comenzó a trabajar en una fábrica de Henry siendo adolescente, y fue el carácter voluntarioso y vivaz sumado a su gran belleza lo que sedujo a Henry, quien le llevaba 30 años. Mientras Henry hacía de las suyas, buscó una pantalla de humo y la hizo casar con Ray Dahlinger, uno de sus ejecutivos de confianza.

La protección de Henry no cesó ahí, y haciéndose pasar por angelical patrón construyó una casa para la pareja. Esta casa estaba al lado de la del propio Henry, con una escalera secreta que conducía al dormitorio de Evangeline. En 1923, Henry acudió al hospital a visitar al hijo que tuvo con Evangeline, con el escándalo que aquello provocó entre las enfermeras. El niño Dahlinger recibió toda suerte de regalos y dádivas por parte de Henry, quien lo instaba a que jugara con sus nietos.

Cuando Henry quiso un retrato suyo de cuando era niño, hizo posar al chiquillo Dahlinger en lugar de a cualquiera de sus nietos, dado que dicen las malas lenguas que solo los bastardos se parecen demasiado a su padre. Tanto Evangeline como su cornudo marido ocuparon importantes cargos en la compañía Ford hasta que Clara murió en 1950, tres años tras la muerte de Henry.

Fue al nieto de Henry, Henry Ford II, a quien le tocó deshacerse de los Dahlinger mediante una oferta que no pudieron rechazar. Henry, el magnate a quien le debemos el automóvil y miles de trabajadores de la empresa Ford su empleo, había muerto un 7 de abril de 1947 a los 83 años sin haberse arrepentido de sus abusos y sin que le remordiera la conciencia que Hitler, el hombre que lo condecoró por antisemita, se hubiera despachado a gusto a más de 6 millones de judíos en el holocausto nazi de la Segunda Guerra Mundial.

Henry Ford y la história de su imperio

El 30 de Julio de1863, nace en Michigan (Estados Unidos) Henry Ford, hijo de granjeros emigrados de Irlanda. El estado de Michigan es una rica zona boscosa, que en ese tiempo iba haciendo lugar para la ganadería y la agricultura. Imaginemos esa época, hace más de 140 años. Los trabajos del campo eran duros, la mecanización prácticamente no existía. Podemos imaginarnos mejor la situación, si consideramos que el 50% de la población de Estados Unidos vivía en el campo para producir lo necesario para su propia subsistencia y el otro 50% de la población vivía en las ciudades. Hoy gracias a la mecanización, sólo el 4% de la población americana vive en el campo y provee toda la alimentación para su país y un enorme excedente para exportar. Este logro se debe en buena parte, a Henry Ford.

Henry Ford creció en un ambiente feliz, como tantas veces menciona en su biografía, y ayudaba a sus padres en las actividades diarias de la granja que evidentemente no le gustaban y que muchos años después recuerda diciendo: "Desde joven, ya pensaba en qué podía hacerse para sacar el pesado trabajo de las espaldas de la gente y transferirlo al acero y a las máquinas".

Historiadores mencionan que no había nada en el hogar donde nació Ford que no fuera estudiado, analizado, desmontado y vuelto a montar por el curioso Ford. Henry recuerda también que su madre decía: "Henry es un mecánico nato", cosa que demostró ampliamente a lo largo de su vida. Ya a la edad de 7 años cuando acompañaba a sus padres al pueblo, aprovechaba para pasar por la estación del ferrocarril para poder ver con fascinación a esos monstruos a vapor que eran las locomotoras.

Como hemos mencionado anteriormente, la mecanización en el campo era muy incipiente. Es cierto que se conocían las máquinas a vapor, pero eran por lo general estacionarias y para ser utilizadas debían ser transportadas por caballos. En Julio de 1873 Henry Ford ve por primera vez una máquina de vapor que podía desplazarse por sí misma. Tal influencia tuvo sobre Ford ese primer encuentro, que no tardó en hacer un modelo en escala reducida de lo que había visto.

En 1879 abandona la granja de su familia y va a Detroit donde encuentra trabajo como aprendiz en una fábrica de tranvías y donde gana lo que para esa época era una suma principesca: un dólar y cuarenta centavos por día. No dura más de 6 días en este trabajo y es despedido; se supone que lo fue porque se atrevió a sugerir métodos innovadores para los trabajos que se realizaban desde siempre de una manera determinada.

Su segundo trabajo, fue en una fábrica de fundición en la que permaneció durante 9 meses. Al considerar que ya había aprendido todo lo que quería saber sobre esta especialidad, renunció. Tenía en aquel tiempo 16 años. Entre tanto, y en horas nocturnas trabajaba para un relojero reparando relojes. Menciona en su biografía, que consideraba en aquel tiempo, ser capaz de fabricar un reloj razonable por 30 centavos de dólar. Pero evidentemente, ésto no estaba entre sus prioridades.

Durante los dos años siguientes trabajó en la Detroit Dry Dack Engine Works que era un dique seco. Su sueldo inicial era inferior a lo que percibía en su trabajo anterior, pero consideraba que era un muy buen lugar para aprender por la maquinaria que se utilizaba. Pero aprendió otras cosas también. Recuerda que un día en que debía trasladar una pesada carga con una carretilla y subiendo una pendiente escucha la voz del ingeniero Frank Kirby que le dice: "Clava las uñas joven, que tu llegarás". Luego Henry Ford continúa diciendo: "y eso es lo que hice siempre desde entonces".

Es interesante destacar que años después, Ford vuelve a tener contacto con Kirby ya que lo contrata para trabajar en el Departamento de Ingeniería de Dearborn.

Ford persiste en sus experimentos y estudiando en sus horas nocturnas lo fascinaban las máquinas a vapor que era la máquina predecesora al automóvil. En Michigan empezaban a verse algunas máquinas a vapor que simplificaban las actividades y que tanto interesaban a Henry. Años después, Ford escribe que un granjero vecino adquirió una de esas nuevas máquinas y contrató un mecánico para que la manipulara pero este hombre estaba anonadado por la complejidad de la máquina. Habiendo oído que Henry tenía buen conocimiento de estas máquinas habló con su padre preguntándole si su hijo quería echarle un vistazo.

Fue esta la gran oportunidad para Henry. Consiguió que la máquina marchara eficientemente y durante los siguiente tres meses trabajó sobre esta máquina cortando madera para combustible y ganando 3 dólares por día. Este logro le produjo gran satisfacción, tan es así que 30 años más tarde buscó, encontró y restauró la máquina con la que trabajó en su juventud y que ahora esta en el museo de Dearborn.

Su conocimiento de las máquinas de vapor se expandió en la zona y el representante de westrieg house que en aquel tiempo fabricaba estas máquinas, lo contrató como mecánico de ventas. Durante varios años durante los meses de verano Ford se dedicó a este trabajo.

En 1885 teniendo 32 años es llamado para reparar una novedosa máquina de gas. La experiencia con este nuevo motor, tan distinto a la máquina de vapor fue un gran paso que lo acercaría a los motores que ya empezaban a utilizar los automóviles.

Ford considera que debe ampliar sus conocimientos sobre electricidad. Decide ir a Detroit donde consigue trabajo en la Compañía de electricidad Edison Iluminating Company. Gana 40 $ por semana y dado que rápidamente demuestra gran habilidad para solucionar problemas se le aumenta el sueldo a 50 $ por semana pero este nuevo sueldo implicaba disponibilidad de 24 horas al día. Es decir Henry Ford debía estar disponible 24 horas al día para solucionar cualquier problema y al poco tiempo llega a ser Jefe de Ingeniería. Esto le permite usar el taller en su tiempo libre y continúa con sus ensayos del motor a nafta.

En Navidad de 1893 arranca su primer motor a nafta que funciona durante 90 segundos. Rápidamente empieza a trabajar con otro con suficiente potencia para mover un pequeño vehículo.

Pero todo este trabajo debía hacerse desde cero. No existían casas de repuesto por lo que todas las piezas debían fabricarse a mano una por una. Finalmente en junio de 1896 arranca el motor y sale con su vehículo por las calles de Detroit.

Ford estaba satisfecho. A los 33 años ha diseñado, fabricado y probado su primer automóvil a nafta. Continúa trabajando en la fábrica de electricidad pero por otro lado está sumergido en el desarrollo del automóvil a nafta. Tanto tiempo le dedica a esta actividad que los directivos de la Compañía le informan que debe elegir entre su proyecto y el trabajo en la Edison Iluminating Company.

En esa época tuvo la oportunidad de hablar con el dueño de la empresa que era Thomas A. Edison a quien informó sobre sus experimentos. Justamente es de Edison de quién recibe el mayor aliciente ya que le dice a Ford: "Los automóviles eléctricos tienen poca autonomía y los de vapor también. Joven, continúa en lo que estás haciendo".

Durante los siguientes tres años Ford hace exactamente eso y hace contacto con financieros. Por otro lado los directivos de la Compañía seguían ejerciendo sutil presión sobre Ford para que abandonara sus experimentos. Esto ocurre porque quieren mantener a Ford en la compañía. Ford se decide y renuncia el 15 de agosto de 1899 y forma su primera compañía que denomina Detroit Automobile Company.

Los financieros invierten 86.000 dólares en el proyecto y se construyen un camión y un automóvil que resultaron lentos y tuvieron problemas técnicos.

Aunque se intentó construir un vehículo ligero la suerte de la Compañía ya estaba echada. Según Ford el proyecto fracasó porque los directivos querían fabricar un automóvil que se vendiera al mayor precio posible. Esto iba contra la idea de Ford que quería fabricar un automóvil para las multitudes.

Este fracaso no amilanó a Ford. Consideró que era imprescindible hacer conocer la calidad del automóvil que quería construir y llegó a la conclusión de que la forma de lograr esto era participando en carreras.

Interviene en la carrera "World Championship" y con un pequeño automóvil de 26 caballos lucha contra gigantes de 70 HP y gana.

El entusiasmo generado le permite formar una nueva compañía: Henry Ford Company la que solo subsiste 4 meses y que termina por desavenencias.

Ford crea una nueva compañía: Ford Motor Company. En ella Ford es vicepresidente, diseñador, jefe de mecánica, superintendente y gerente comercial. Con el tiempo logra comprar suficientes acciones para llegar a superar el 51 por ciento y tener el control de la compañía que hoy conocemos.

El destino de Ford va cambiando. El 3 de julio de 1903 vende el primer automóvil de la recientemente constituida compañía a un doctor E. Pfenning por 850 dólares. A partir de este momento las ventas se disparan y Henry Ford está ya en el camino de fabricar "el automóvil para las multitudes".

Entre los años 1905 y 1907 produce los modelos "A", "B", "C", "N". En 1905 la producción alcanza los 25 vehículos por día y al año siguiente llega a 100. El modelo "N" se vende a 850 dólares.

1908 - Este año empieza la producción del famoso "T". El gran volumen y las nuevas técnicas de producción le permiten a Ford continuar bajando los precios.

1924 - El modelo "T" runabout (coupe convertible) se vende a 260 dólares y el touring (sedan convertible) a 290 dólares. A partir de este año la competencia se hace sentir. Además el Ford "T" que se construía desde 1908 sin grandes mejoras empieza a ser obsoleto. Cae la producción entre 1924 y 1926 y la competencia (especialmente Chevrolet y Plymouth) absorben la pérdida de mercado de Ford. Ford consideraba que un buen diseño básico (que sus automóviles evidentemente tenían) no necesitaba de grandes cambios y ese fue el motivo por el que mantuvo la fabricación del "T" más tiempo del conveniente. Veremos que esto, en cierto modo, también ocurrió con el "A".

1927 - En el mes de mayo lanza dos importantes noticias: Se entrega el Ford "T" número 15.000.000 y se presentará un nuevo Ford radicalmente distinto al "T". Tendrá chasis, caja, motor, sistema eléctrico, carrocería y frenos de nuevo diseño. El 2 de diciembre se presenta al Ford "A".

1929 - se producen 1.500.000 Ford "A" y en 1931 solo 500.000. Debemos recordar que ya se estaba en plena recesión y además que la competencia fabricaba automóviles de 6 cilindros de gran aceptación. Ford decide entonces hacer lo que se consideraba imposible: fabricar un automóvil popular con un motor V-8.

Imaginemos el cambio radical que se debía hacer en las fábricas de Ford y de todos los proveedores de piezas ya que no era un mero cambio en el maquillaje como ocurrió con el Ford "A" en el período 1928 - 1931 sino que este sería un cambio total: nuevo chasis, nueva carrocería, nuevo motor.

Totalmente distinto al modelo anterior, implicó que los obreros que trabajaban en el montaje perdieran durante varios meses su trabajo, por otro lado se creó trabajo para diseñadores, matriceros e instaladores de las nuevas máquinas.

Pero Ford tuvo innumerables problemas con el nuevo motor. Perdió millones de dólares en la fundición de bloques inservibles y perdio muchos clientes que se fueron a otras marcas porque la presentación del nuevo Ford fue tardía. Seis meses después de lo acostumbrado, el 8 de marzo de 1932 se presenta el nuevo V-8.

La construcción de un motor de 8 cilindros en V no era una gran novedad porque alrededor de 1900 los franceses ya habían fabricado uno y en 1905 hizo lo propio Rolls Royce. El cambio radical que hizo Ford es que supo hacerlo a bajo coste. El Lincoln ya tenía un V-8 pero era un automóvil que costaba 10 veces más que el Ford.

1932 - El Ford de este año se ofrecía con el nuevo motor V-8 pero también con un motor 4 cilindros. Esto era así porque había un segmento de la clientela que lo prefería porque consideraba que un motor 4 cilindros consumía mucho menos que uno de ocho y Ford quizás también lo presentaba porque aun tenía problemas con la fundición del V-8.

Apareció con este modelo la llave de encendido/bloqueo de la dirección que produjo algunos accidentes porque algunos apurados sacaban la llave de contacto antes de que el automóvil estuviera totalmente detenido con lo que la dirección quedaba bloqueada.

El modelo 32 se vendía a precios que iban de los 460 a los 650 dólares. El motor producía 65 caballos. El elástico trasero se colocó detrás del diferencial con lo que se pudo bajar la altura del chasis en 2 pulgadas.

El nuevo V-8 tenía aun algunos problemas: algunos bloques tuvieron que ser cambiados por sopladuras en la fundición y también se presentaban casos de alto consumo de aceite.

Se hicieron pruebas de marcha de fiabilidad en las que se logró en tramos de 50.000 km un consumo de combustible de 10 km por litro.

Eran tiempos muy duros por la recesión pero la tendencia empezó a mejorar para el V-8 ya que se vendían 9 vehículos de 8 cilindros por cada uno de 4 cilindros.

Debido a la recesión Ford cerró 24 de las 30 fábricas dedicadas a la construcción del modelo 32. Ese año la producción fue la más baja desde el año 1914.

1933 - Ford introdujo algunos cambios en el modelo anterior. Aparte de algunos cambios estéticos se alargó el chasis a 112 pulgadas entre ejes, las tapas de cilindros fueron de aluminio y se hizo un chasis más rígido y se aumentó la potencia a 75 HP debido primordialmente al nuevo carburador.

En un sector de la clientela, la que se dedicaba a carreras en ruta y de lanchas se dieron cuenta que con pequeñas modificaciones al V-8 de Ford sobrepasaban a sus contrincantes (recordemos también que el V-8 tenía gran aceptación en Argentina en las carreras de lanchas del Delta).

Ford intervino con su V-8 del 33 en la carrera de Elgin Road que era un recorrido de 320 km que fue ganada por Ford a 140 km/h. Los 7 primeros puestos correspondieron a la misma marca.

1934 - Se presentó este modelo un mes antes que los demás fabricantes. Tuvo algunos cambios estéticos menores con respecto al modelo anterior. Se aumentó la potencia a 85 Hp por modificaciones al motor y carburación. Este modelo tuvo gran aceptación por la Policía (y por los delincuentes) por su potencia y aceleración. Recordemos la elogiosa carta que Clyde Barrow le escribió a Henry Ford ensalzando las cualidades del V-8.

1935 - A partir del modelo 33 e impulsado por la competencia Ford instauró la norma de que cada dos años se harían cambios mayores. En los años siguientes además de las mejoras técnicas solo se hacían arreglos menores. Esto se nota en los modelos 33/34, 35/36, 37/38, 39/40. Esto deja de hacerse primordialmente por la 2ª Guerra Mundial.

Volviendo al modelo 35. Tenía un motor de 85 Hp y se efectuaron mejoras en el embrague. El sedan estándar tenía un baúl interior poco práctico y difícil de acceder. En el de lujo se tenía acceso exterior y costaba solo 20 dólares más que el estándar.

Precios:
Phaeton de lujo 580 $
Convertible cabrio 625 $
Roadster de lujo 550 $

Todos los modelos abiertos tenían puertas con bisagras delante. Los sedanes de 4 puertas tenían atrás las puertas suicidas..
Unidades:
Ford 35 826.519 unidades
Chevrolet 656.698 unidades
Plymouth 382.925 unidades

Una mejora sustancial fue el elástico delantero delante del eje. Esto implicaba un elástico más largo y más flexible. También reforzó el chasis.

1936 - Este modelo tiene mucha similitud con el modelo 35.

Cambios: las bocinas ya no estaban a la vista sino detrás de un enrejado en los guardabarros. Cambio en la parrilla. Las ruedas dejaron de ser de radios y eran estampadas. Se incorporó un nuevo modelo: convertible 5 asientos. Se continuó haciendo el roadster y el cabrio con un asiento más: el matasuegras. Es interesante destacar que los automóviles con matasuegras eran ese año menos requeridos y ahora, 65 años más tarde son en realidad los más buscados. ¡Se supone que debe haber cambiado la relación con las suegras!

El precio de un roadster de luxe era de 560 $

El éxito del V-8 era evidente: en 1935 se llegó al V-8 número 2.000.000 y en el año siguiente al 3.000.000.

1937 - Nuevamente un modelo totalmente cambiado. Se introdujo un motor V-8 de 60 Hp que ya se estaba utilizando en Europa. Se pensó que iba a tener gran aceptación pero esta idea no prosperó porque el motor tenía poca potencia.

Cambios: faros embutidos, techo de sedanes totalmente metálico, bombas de agua reubicadas y más grandes, nuevos pistones de fundición de hierro. Los frenos siguen siendo mecánicos pero actuados ahora por cables.

Precios:
Coupé convertible 760 $
Sedan convertible 860 $

1938 - Pocos cambios técnicos. Para el modelo estándar se utilizó la misma carrocería que el 37 con cambios menores en el frente. El de lujo tenía una carrocería con tapa baul que continúa la línea del techo.

Continúa la fabricación del V-8 de 60 Hp que seguirá hasta el año 1940. Donde el V-8 de 60 Hp tuvo mucha aceptación en Argentina era en las carreras de midgets en Ferro en los años 1949 - 1950. También fueron muy utilizados en las lanchas tipo Chris-Craft fabricadas en el País.

Las pocas variantes técnicas y exteriores del 38 se justificaban para poder lanzar el nuevo modelo Mercury 39 que sería presentado en octubre de 1938.

Hasta aquí podemos ver que aunque la tecnología Ford era exitosa, en ciertos aspectos estaba estancada y específicamente en la suspensión con su elástico transversal y la falta de frenos hidráulicos. El genial Ford ya sobrepasaba los 70 años y su forma de ser, recalcitrante, se acentuaba. Su negativa a efectuar los cambios que el mercado requería estaba dañando a la Compañía.

1939 - Finalmente el viejo Ford tuvo que transigir. Aparece el 39 con frenos hidráulicos. Estos aparecen 3 años después que en Chevrolet y 11 años después que en Plymouth. Ese año sale el último sedan convertible. Su precio es de 920 $.

1940 - Aparte de una forma atractiva no hubo grandes cambios técnicos. Se incorporaron las unidades selladas y la barra de torsión delantera que le daba un mejor agarre. Ese año se llega a la cifra de 7.000.000 de motores V-8 y el Ford número 20.000.000.

1941 - Era presidente de Estados Unidos Roosevelt y la situación americana era buena. Un trabajador de Ford ganaba de 1,10 $ a 1,15 $ por hora. Es decir que el valor de un Ford nuevo equivalía a 3 o 4 meses de trabajo.

El modelo 41 era totalmente distinto al anterior en cuanto a su aspecto. La carrocería tenía estribos embutidos con lo que el interior era 17 cm más ancho que el modelo anterior. Tenía elásticos más anchos y delgados. Los tambores de freno son de 12 pulgadas y se ofrece un nuevo motor de 90 Hp y seis cilindros. Los precios oscilaban entre 648 $ y 1.013 $ para la rural.

1942 - En el segundo año de un modelo se pueden esperar pocos cambios. Esto también ocurrió con el 42. Tres meses después de su presentación se produce el ataque a Pearl Harbour y Estados Unidos entra en guerra. Se para totalmente la producción civil que llegó a producir solo 160.000 unidades comparadas con las 700.000 del año anterior.

1942 - 1945 - Las fábricas de Ford se remodelan totalmente para la fabricación bélica. Construye en ese período:

Bombarderos Liberador 57.000
Motores de aviación 7.000
Jeeps 277.000
Camiones 93.000
Tanques 2.700
Carriers 14.000
Anfibios 13.000

En mayo de 1943 muere el hijo de Ford, Edsel. Nunca tuvo buena salud y fallece a los 50 años. Siempre se mantuvo a la sombra de su padre. Se dedicó mucho al diseño de los modelos Ford, Mercury y Lincoln.

En septiembre de 1945 toma las riendas de la Compañía el hijo de Edsel, Henry Ford II.

1946 - 1948 - Terminada la Segunda Guerra había poco tiempo para diseñar nuevos modelos. Además el desarmamento de la maquinaria bélica fue muy costoso. Es por eso que Ford consideró más adecuado continuar con un modelo 42 levemente modificado. Además la necesidad de automóviles era tal que la venta estaba asegurada.

Se introdujo un modelo nuevo muy atractivo: el Sportman convertible con carrocería de madera. Se produjeron solo 3.487 unidades y aparecieron en los concesionarios como atracción y servían para que los clientes compraran sedanes normales.

El 7 de abril de 1947 muere Henry Ford. Después aparecerá el Ford 49 totalmente diferente a todo lo anterior. Este modelo también tendrá un motor V-8 con válvulas laterales que seguirá existiendo durante algunos años más. Pero este período será tratado en otra ocasión. Fuente: autopasion

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Henry Ford, una historia accidentadaSocialTwist Tell-a-Friend

Loewe

Si existe una marca que representa el lujo, la moda española, esa es Loewe.

Muy pocos conocen que la historia de Loewe empieza antes que la de la legendaria "maison" Louis Vuitton, allá por 1846, en un pequeño taller artesanal situado en la antigua calle Lobo (actualmente calle Echegaray), en el centro de Madrid. Este taller especializado en la producción de marroquinería, artículos de piel para caballero como billeteros, monederos, petacas... será el futuro embrión de la marca.

A partir del año 1872, cuando se asocia al taller el artesano alemán Enrique Loewe Roessberg, surgirá la firma que la hará conocida en todo el mundo. Enrique Loewe, como emprendedor comerciante, impulsará el éxito del taller mediante creaciones novedosas, de origen alemán, elegantes y con una alta calidad como factor diferenciador. Esta originalidad y exclusividad, cimentó un nombre símbolo de lujo artesanal y dio sus primeros grandes pasos ampliando el negocio y trasladándolo en 1892 a la calle Príncipe de Madrid.

En aquellos momentos su clientela eran las personalidades más importantes del país, políticos, industriales y aristócratas, que vinieron atraídos a la primera tienda de lujo, con vistosos y modernos escaparates y carteles.

El lujo, exclusividad, elegancia y refinamiento recibió una ayuda fundamental en la persona de la Duquesa de la Conquista, distinguida cliente de Loewe, que introduce la marca en Palacio. Esta calidad es premiada con la concesión del título de Proveedor de la Casa Real en 1905, en nombre del rey Alfonso XIII a favor de Don Enrique Loewe Hilton, ya segunda generación gestora de la dinastía familiar. Este aval y su producción excelente, contribuye al crecimiento de la empresa y aumenta su notoriedad de marca. Los resultados económicos permiten la ampliación del negocio con dos nuevas tiendas en el año 1910 en la ciudad de Barcelona.

Tras la Guerra Civil se inicia una expansión que tiene en 1939, con la tienda de Gran Vía de Madrid (todavía existente), un relanzamiento cualitativo. Esta tienda introdujo un nuevo concepto: un escaparate semicircular que oculta la visión del interior de la tienda a los transeúntes.

La llegada de producciones cinematográficas a España tendrá una especial relevancia para la difusión de la Casa. Personalidades destacadas como Ava Gardner, Marlene Dietrich, Rita Hayworth, Sophia Loren y el escritor Ernest Hemingway se enamoraron de Loewe.

Entre los años 40 y 70 se pueden considerar unas décadas "de oro" dentro de la creatividad de sus productos. Es de destacar en 1949 la apertura de una de las fábricas más importantes del mundo en artesanía de piel, de la mano de Loewe. El creador en aquella época "dorada" fue José Pérez de Rozas, quien le otorgó a Loewe su liderazgo creativo desde 1945 hasta 1978. José Pérez de Rozas se caracteriza, entre otras cualidades, por el montaje de escaparates muy teatrales, precursores del "visual merchandising".

Ya en 1960, Enrique Loewe Lynch impulsa el Prêt-à-Porter para mujer, contando con diseñadores de la talla de Karl Lagerfeld o Laura Biagiotti.

Progresivamente se expande la firma por todo el territorio nacional y no será hasta 1969 cuando se inician las aperturas internacionales con la tienda situada en Londres. Los años setenta se caracterizan por las aperturas de tiendas emblemáticas como las de Tokio, Sidney o Dubai. En los años 80 firma un acuerdo con Louis Vuitton y abre su tienda en París. Es cuando Loewe incorporará a sus colecciones el Prêt-à-Porter masculino.

1996 es un año clave, se cumplen los 150 años de la firma y a la vez se pierde la independencia empresarial, siendo adquirida por LVMH. Hoy esta marca internacional todavía mantiene sus valores diferenciados; forma parte del grupo Louis Vuitton Moet Hennessy (LVMH), que le ha dado mucha más dimensión global, pero asimismo, es gestionado por ejecutivos que tienen como premisa conservar la tradición artesanal y la "españolidad" de la misma.

Hoy por hoy, Loewe, es una firma de envergadura mundial dedicada a la marroquinería, el Prêt-à-Porter de lujo, exclusivo, a la perfumería selecta. Para los españoles, lujo es Loewe, cuando hablamos de iconos que han pasado a través de generaciones de mujeres, productos artesanos de calidad. Como el bolso Amazona, su nombre simboliza la fuerza femenina que se ha mantenido vigente y actual durante más de un cuarto de siglo. Para los hombres las billeteras, portafolios y artículos en piel son muy apreciados sin olvidar los vibrantes colores de España en las corbatas de seda.

Tal como el sentido del tacto es vital para Loewe, lo es el sentido del olfato. Las fragancias para hombres y mujeres contienen la complejidad y la magia española.

Su característico tacto seductor de las pieles con su brillo y suavidad insuperables, se agregó el glamour moderno de la actualidad gracias a Stuart Vevers, su director creativo desde 2008, quien le imprimió a la marca sus diseños vibrantes totalmente actuales y modernos fundamentalmente informados por la herencia y la esencia artesanal de Loewe.

En el último ejercicio, Loewe ha reorganizado su estrategia comercial y de marketing, orientando la oferta hacia las raíces que la hicieron leyenda en el mundo del lujo, esto es, los productos de cuero. Para aventajar a sus rivales, en base a su fortaleza en la marroquinería, ha creado "Leather Icons", una colección que va a permitir a la firma retomar una posición líder en el mercado de los artículos de piel de lujo. La nueva colección se basa en 21 piezas de piel actualizadas (12 para mujer y 9 para hombre); artículos como el pantalón "pitillo", el vestido o el "blazer", que están al margen de las tendencias de temporada. Esta filosofía ha sido puesta en marcha por Lisa Montague, nueva consejera delegada desde junio de 2009. Fuentes de la firma han detallado que "es una colección que nace con vocación de permanencia dentro de la oferta de productos de Loewe y, por lo tanto, no se rebajará". Una clara maniobra de marca exclusiva. Los artículos están fabricados en el taller de Loewe en Barcelona, que se ha especializado en piel, mientras que en Getafe, se mantiene la producción de bolsos, accesorios de cuero, artículos de regalo y diseño textil. "Leather Icons" se comercializará en el 40% de las tiendas de Loewe por el mundo. Fueron un símbolo clásico de principios del siglo XX, los bolsos de piel de cocodrilo, serpiente o iguana . Los bolsos producen , al menos, el cincuenta por ciento de la facturación. Hace un año, Pierre-Yves Roussel, presidente de Moda de LVHM, declaró: "Queremos desarrollar Loewe como una enseña global, potenciar su internacionalización basándonos en sus fortaleza: la artesanía de piel".

En este momento, Loewe cuenta con 29 tiendas propias en España, diez establecimientos para hombre y siete de mujer. En el ámbito internacional sus 125 tiendas propias se suman a cincuenta puntos de venta en aeropuertos y al centenar de tiendas multimarca, incluyendo los grandes almacenes Begdorf Goodman en la Quinta Avenida de New York. En esta estrategia comercial, se recuperan los desfiles de moda privados para sus selectos clientes pero sólo en tiendas señeras de la firma, como la de la calle Serrano ( Madrid), Montaigne en París o Ginza en Tokio. Loewe ha reducido considerablemente la inversión en el departamento textil de moda para mujer, al que se incorporó hace cuarenta años.

También la marca introdujo en el mercado español, hace unos dos años, la formula de venta " Made to Order", que es una colección anual de piel y peletería a medida para mujer y hombre que sólo se vende en eventos privados a principios de año.

Los mercados principales de Loewe se pueden considerar, en definitiva, España, Japón y Asia-Pacífico.

España es reconocida internacionalmente por la calidad de las pieles de cordero, valor diferencial con otras marcas del sector y las mejores van a Loewe. "Cordero entrefino español" se refiere a los corderos que pastan en las frías alturas de los Pirineos españoles. Los expertos de Loewe únicamente aceptan un pequeño porcentaje de pieles que pueden ser juzgadas como absolutamente perfectas. Como resultado esta piel, la napa, no encuentra rivales en cuanto a su brillo y suavidad.

Loewe continúa focalizando los valores centrales de la creatividad y de lo artesanal ejemplificado en los más suntuosos bolsos en ante y piel y las sedas en sus corbatas y pañuelos que llevan las historias de España. Todos estos objetos son presentados en hermosos empaques que siempre han sido parte de la singularidad y distinción de Loewe. Todo empieza con el deleite de los sentidos. Loewe donde un toque cuenta la historia.

Sus campañas publicitarias y de comunicación son clásicas pero a la vez de las más plásticas, con un excelente montaje fotográfico y de brillante creatividad artística.

Pero lo más importante que le debemos a Loewe es el haber apostado porque en España también se podía crear un producto de calidad, fiel a una identidad y un estilo propio, que pudiese competir con las exquisiteces de francesas o las pasarelas italianas, sin duda un ejemplo más de que el producto nacional en muchas ocasiones es la mejor opción.

En estas últimas temporadas se apuesta por potenciar perfumes que asocian su imagen a valores como la tradicionalidad y el señorío español sin dejar de innovar, adaptándose a las tendencias en el mercado. Sus campañas lo muestran claramente. Un ejemplo está en Eugenio Recuenco, artífice de la producción tanto gráfica como audiovisual de la campaña publicitaria de "Quizás, Quizás, Quizás de Loewe". Este anuncio puede llevar a distintas emociones: la seducción, la seguridad, la decisión, el éxito, la aceptación, la valoración social, la autoestima que provoca la compra del perfume. Se intenta convencer que con la adquisición de un producto como este consigues un "plùs", estamos comprando algo más que una fragancia agradable.

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