3 dic 2012

La máquina de la verdad


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1 dic 2012

La vida en España en los años '40 a través de los anuncios

Supeditados siempre a una organización patriarcal, los primeros anuncios describen cómo éramos, qué ambicionábamos y todo aquello de lo que carecíamos. Pero también tuvieron una misión propagandística y sexista. El franquismo utilizó la publicidad de los años 40 y 50 para «educar» en los principios del régimen.

Una superestructura de himnos y homilías se cernía sobre la penuria de los 40 como una nube. El luto, el frío y el hambre se anestesiaban con la cínica comicidad de las variedades, los sermones del padre Venancio Marcos, El Coyote de Mallorquí, las coplas de Concha Piquer o las zambras cachondas que Manolo Caracol le cantaba a una gitana adolescente. La propaganda política ocultaba la miseria bajo la alfombra de la censura y la publicidad era su prolongación; los anuncios incorporaban y multiplicaban los lemas de la dictadura. Susana Sueiro, comisaria de la exposición La sociedad española de los años 40 y 50 a través de la publicidad, ha documentado que «el manejo de la fraseología de los vencedores por parte de las casas comerciales fue habitual en los primeros años del franquismo».

Era un tiempo esquizoide en el que la cartilla de racionamiento convivía con una megalomanía delirante: «Como en España ni hablá / y eso lo digo en la China y en Madagascá», cantaba Miguel Ligero. Tal vez pensara en las herrumbrosas lanzas del Imperio. Un vino de González Byass se llamaba Imperial Toledo, vino de héroes; la agencia de publicidad que creó muchos de los anuncios de la época se llamaba también Imperio, como algunas marcas de corsetería, zapatos o tintes, que eran el eco publicitario de una propaganda ubicua: «Por el Imperio hacia Dios». El Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona convocó a multitudes devotas, entregadas a confesiones y comuniones, adoraciones, consagraciones y viáticos en un desvarío clerical que los más descreídos bautizaron como «la Olimpiada de la Hostia». Era una España ensotanada o marcial, grandilocuente y famélica, pero no abstemia. El anís Viva España competía con el Bandera Española. Para engañar el hambre y espantar la pena la gente se daba a la bebida. Mezclados, el coñac y el anís daban el sol y sombra, cóctel patrio. En un país escindido entre vencedores y vencidos, el sol y sombra proponía la concordia. El coñac exaltaba viejas glorias (Lepanto, Cardenal Mendoza, Carlos Primero, Duque de Alba, Gran Capitán), mientras el anís reivindicaba el terruño (Chinchón, Ojén, La Asturiana, La Castellana).

La publicidad decía que beber alcohol era estupendo para sentirse bien y el tabaco proponía una embriaguez seca. Una cajetilla de rubio americano costaba en los años 40 cinco pesetas en el mercado negro, cuando un periódico costaba 15 céntimos. Los protagonistas de la publicidad son flechas y pelayos, militares o burgueses engominados que lo mismo anuncian polvos de talco que flanes, achicoria o malta. Tiempo de sucedáneos. Y de parásitos: en una sola página de un diario podían coincidir anuncios contra la tiña, los eczemas, los forúnculos y otras supuraciones. También era frecuente cruzarse con mutilados y los productos ortopédicos se anunciaban profusamente, como la famosa «pierna artificial Ortoprot, enteramente nacional». La miseria empujó a legiones de mujeres a las esquinas o a los burdeles y las venéreas causaron estragos. En 1940, en un anuncio de Aceite Inglés con el lema «todos saben para lo que es», aparecía una gran flecha que señalaba a un bicho con aspecto de ladilla.

La lujuria se combatía con homilías en los púlpitos, admoniciones en el confesionario y la vuelta a los corsés, corpiños, calzones, pololos y ballenas en una apoteosis de la disuasión. A los hombres, sin embargo, las hojas de afeitar y la brillantina les aseguraban el derecho a ser un Clark Gable de 1,58 (la talla media de los varones) los domingos y fiestas de guardar.

Epidemia de tifus. A juzgar por la cantidad de anuncios de antiparasitarios para exterminar ratas, chinches o cucarachas, el país parecía el paraíso de las liendres y el piojo verde, que anidaba en las ropas y provocó una grave epidemia de tifus exantemático. No hubo tratamiento eficaz hasta la llegada del DDT: «DDT Chas, DDT Chas, no hay quien te aguante, tú como el gas, la muertes das, en un instante». Era una España en la que era fácil morir y un milagro sobrevivir sin reconstituyentes como el Fósforo Ferrero, que servía también para las alteraciones nerviosas. No faltaban motivos para estar de los nervios, porque el salario era escaso, los recuerdos traumáticos, la libertad condicional y la dieta o azarosa o rutinaria, falta de fibra y escasamente digestiva, de ahí tanto anuncio de purgantes y laxantes que, a falta de otra cosa, se anunciaban también como postre o golosina. La lista es larga: Rodher, Yer, Laxante Salud, Laxibero...

La Guerra Fría le vino bien al franquismo, se reivindicó como centinela de Occidente y los americanos nos trajeron chicle, salsa de tomate que llamaban ketchup y tubos fluorescentes. Las cafeterías empezaron a llamarse California o Nebraska y el novelista popular Alfredo Manzanares firmaba como Alf Manz. También llegaron el far-west y los anuncios de líneas aéreas. Ser español era en los 40 y 50 una tragedia camuflada entre anuncios.

La exposición «La sociedad española de los años 40 y 50 a través de la publicidad» estará abierta desde el 16 de abril hasta el 20 de mayo en el Círculo de Bellas Artes, en Madrid.

¡Qué tiempos! Tras la derrota del nazismo, las chicas «topolino» se convirtieron en el reflejo edulcorado de un régimen que empezaba a renegar de la autarquía y del delirio imperial para abrirse al mundo. Tras la llegada de Eisenhower en 1959, llegaron también los primeros electrodomésticos, fundamentalmente lavadoras, tal y como se comprueba en los dos anuncios de la página anterior. Eso sí, los «buenos libros» sólo eran los religiosos, los que biografiaban a Franco o los que denostaban el comunismo y defendían la Hispanidad.

Machismo. Incluso en los inocentes anuncios sobre remedios para el dolor de cabeza se transmite un mensaje que hoy resultaría inaceptable: la familia siempre estará supeditada a las necesidades del padre.

¿Genialidad? La exaltación del genio hispano promovió todo tipo de inventos, aunque algunos de ellos parecían inspirados en el TBO. Como este casco para motoristas con luces incorporadas.

Salud pública. La falta de higiene convirtió la salud en tema estrella de los anuncios. Decenas de productos competían por hacerse con el favor del público. Otros denostaban el inocente chupete.
Una gran responsabilidad... En los 40, la altura media de los varones era de 1,58 m. Tener hijos sanos era un deber y se bombardeaba a las madres con harinas milagrosas, eso sí, nacionales.

Contra la tos... Las restricciones en el suministro eléctrico y la dureza de la intemperie producían tosferina, anginas y ronquera. Así que para evitar resfriados, nada mejor que las pastillas Koki...

Años 50. España salía de la penuria y la cartilla de racionamiento se suprimió en 1952. Los aliados de EEUU comenzamos a imitar su estilo de vida y aparecen nuevos productos de consumo.

Nacionalismo. El culto a lo español lo inundaba todo. Así que incluso para vender dentífricos se recurría a la bandera española o a algo tan nuestro como la Giralda de Sevilla. Puro orgullo nacional.

Publicidad institucional. Aunque la huelga era un delito de sedición, los conflictos laborales provocados por los bajos salarios animaron al régimen a aprobar algunas reivindicaciones obreras.

Alcohol. España pasaba hambre, pero no era abstemia. La publicidad decía que el alcohol era estupendo para sentirse bien y beber era más barato que comer. El anís era una de las bebidas preferidas. Fuente:  www.elmundo.es

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Warren Buffett: el "Oráculo de Omaha"

Warren Edward Buffett. Nacido el 30 de agosto de 1930 en Omaha, Nebraska. Es un inversionista y empresario estadounidense. Es considerado como uno de los más grandes inversionistas en el mundo y es el mayor accionista y CEO de Berkshire Hathaway. Con una fortuna personal estimada en 44 mil millones de dólares, Forbes lo designó como la persona más rica del mundo a partir del 11 de febrero de 2008; sin embargo, fue destronado de este título por Bill Gates el 17 de septiembre del mismo año, después de que sus acciones en Berkshire Hathaway cayeran el 15%. En 2012 ocupa la cuarta posición según la clasificación de Forbes (serie número 26) , después de Carlos Slim, en primer lugar, Bill Gates, en segundo y Amancio Ortega en tercer lugar.

A menudo llamado el "Oráculo de Omaha", Buffett es conocido por su adhesión al valor de inversión y por su filosofía de austeridad personal, a pesar de su inmensa riqueza. Su sueldo anual en el año 2006 fue de aproximadamente 100.000 dólares, cifra que se encuentra en la parte baja de los salarios en comparación de otros altos ejecutivos de otras compañías con salarios más altos. Vive en la misma casa en el centro de Omaha que compró en 1958 por $ 31.500, en la actualidad tiene un valor de alrededor de $700.000.

Buffett también es un conocido filántropo. En 2006, anunció un plan para regalar su fortuna a la caridad; el 99% de ella irá a parar a la Fundación Bill y Melinda Gates. En 2007, fue incluido en la lista de la revista Time de las 100 personas más influyentes en el mundo. Buffet también es miembro de la Junta de Síndicos del Grinnell College y de otras empresas. Hijo de Howard y Leila (Stahl). Su padre era corredor de bolsa. De muchacho, repartió periódicos para ganar algo de dinero y probablemente esto despertó su interés por los medios de comunicación, donde hizo posteriormente varias inversiones acertadas, incluyendo el Washington Post, una acción que le ha proporcionado mucho dinero y que él no parece tener intención de vender.

Con su naturaleza emprendedora Warren probó en varios negocios a tiempo parcial pero su trayectoria experimentó un impulso decisivo cuando, después de graduarse en la Universidad de Nebraska, estudió economía en Columbia Graduate Business School y recibió las enseñanzas del legendario Benjamin Graham, conocido como el padre de la inversión en "valor" o "value investing".

Buffett, en efecto, donó $31 mil millones de dólares para caridad. He aquí algunos aspectos muy interesantes de su vida: 
 1.- Compró su primera acción a los 11 años ¡y se lamenta de haber empezado demasiado tarde! 
 2.- Compró una pequeña granja a los 14 años con sus ahorros provenientes de repartir periódicos. 
3.- Todavía vive en la misma pequeña casa de 3 cuartos en Omaha que compró luego de casarse hace 50 años. Él dice que tiene todo lo que necesita en esa casa. Su casa no tiene ningún muro o reja. 
 4.- Él maneja su propio carro a todas partes y no anda con chofer o guardaespaldas. 
... 5.- Nunca viaja en jet privado, a pesar de ser el dueño de la compañía de jets privados más grande del mundo. 6.- Su compañía, Berkshire Hathaway, es dueña de 63 compañías. Él le escribe sólo una carta cada año a los CEOs de estas compañías, dándole las metas para el año. Nunca convoca a reuniones o los llama regularmente. Él le ha dado dos reglas a sus CEOs: • Regla número 1: No perder nada del dinero de sus accionistas. • Regla número 2: No olvidar la regla número 1. 7.- Él no socializa con la gente de la alta sociedad. Su pasatiempo cuando llega a casa es prepararse palomitas de maíz y ver televisión. 8.- Bill Gates, el hombre más rico del mundo, lo conoció apenas hace 5 años. Bill Gates pensó que no tenía nada en común con Warren Buffett. Por esto, programó la reunión para que durara únicamente media hora. Pero cuando Gates lo conoció, la reunión duró diez horas y Bill Gates se volvió un devoto de Warren Buffett. 9.- Warren Buffet no anda con celular ni tiene una computadora en su escritorio. 10.- Su consejo para la gente joven: Aléjese de las tarjetas de crédito e invierta en usted.

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