31 ene 2010

El boom de las bodas cristianas en Japón: un análisis

Hace unos años leí un estudio sobre la religiosidad de los japoneses. Se basaba en una encuesta con que la agencia Gallup tomó el pulso a la religiosidad del mundo con datos de varios países, uno de cuales era Japón. La primera pregunta era: ¿Cree usted en Dios? En Japón más del 90% respondieron que no. De todos los países encuestados Japón era con mucho el más ateo. Sin embargo, a la pregunta ¿Cual es su religión preferida?, más de un 30% de los japoneses respondían que el cristianismo, mientras que el budismo y el shintoismo ¡no llegaban al 10%! Lo curioso es que sólo un 1% son realmente cristianos.

¿Por qué fue posible que esta encuesta diera unos resultados tan extraños? En primer lugar, la traducción al japonés del ¿Cree usted en Dios?, le sonaría a un japonés corriente algo así como: ¿Es usted un seguidor fiel del Ser Supremo? No es de extrañar por ello que tantos contestaran que no, lo que refleja lo difícil que son algunas traducciones. Además, el estudio me hizo recordar aquel dicho que bien puede aplicarse no sólo a las estadísticas, sino también a las encuestas: Hay tres clases de mentiras: mentiras, grandes mentiras y estadísticas. También me vino a la memoria aquello de que si nos preguntan ¿Cree usted en Dios?, la respuesta debe ser: Defíname usted antes lo que entiende por «Dios» y por «creer».

El que un tercio de los japoneses dijeran que la religión que más les gusta es el cristianismo coincidía con mi larga experiencia en Japón. En este caso, la traducción de ¿Cual es su religión preferida? era correcta. A pesar de su origen oriental, que el budismo y el shintoismo tengan tan pocos seguidores en Japón se explica fácilmente. Y es que, para el japonés corriente, los bonzos budistas cobran demasiado cuando se les llama a rezar en al altar familiar, y no digamos a un funeral. Y los templos shintoístas también cobran lo suyo cuando se les pide que ofrezcan el niño recién nacido a los dioses. Las bodas las ofician bonzos shintoístas, pero están perdiendo mucha clientela porque para muchos japoneses una boda cristiana es más barata y más bonita. Los mismos japoneses han compuesto este dicho popular: Nacemos shintoístas, nos casamos cristianos y morimos budistas.
Las bodas en Japón son algo patético. En los hoteles donde se celebran las bodas, hay a veces capillas cristianas en las que trabajan universitarios occidentales vestidos de pastor protestante, y ofician ceremonias made in Hollywood, acompañadas de música de órgano, sin que falte la marcha de Mendelson. Pero muchos japoneses acuden a iglesias católicas. Este fenómeno lo ha sabido aprovechar la Conferencia Episcopal que vio ahí una ocasión para evangelizar. Consiguieron permiso de la Santa Sede para añadir al ritual una ceremonia para matrimonios entre no bautizados, y advirtieron a los párrocos que no se trataba de ganar dinero sino de evangelizar. Sin embargo, la operación ha salido redonda, pues se consiguen bautismos... y dinero.

Lo que llevo escrito lo confirma otra estadística del gobierno japonés. En Japón el gobierno concede con facilidad la personalidad jurídica a los grupos religiosos, y esto conlleva claras ventajas fiscales. Una de las pocas obligaciones es declarar algunos datos, como el número de afiliados. Estas cifras se hacen públicas todos los años, y resulta que, en un país con 120 millones de habitantes, 200 millones están afiliados a alguna religión. Lo que quiere decir que casi todos los japoneses tienen más de una religión y se podría decir que el Japón es el país más religioso del mundo, lo que contrasta con el resultado de la encuesta Gallup sobre la creencia en Dios. ¿En que quedamos? La religiosidad de los japoneses se hace cada vez más misteriosa ¿verdad? Vamos a ver si la historia religiosa del Japón nos aclara algo este enigma.

1) En los albores de la historia del Japón aparece ya un shintoismo muy floreciente: los primeros emperadores son descendientes de los dioses, regentan en su nombre al pueblo y ofician como sacerdotes supremos.

2) Hacia el siglo VI vienen de China y Corea bonzos budistas y traen consigo algo deslumbrante: la escritura y el budismo. La lengua japonesa, que no tenía escritura, lo hace por primera vez con caracteres chinos. Los emperadores se convierten en fervientes budistas, y el budismo pasa a ser instrumento de gobierno y opresión.

3) En el siglo XVI llegan los portugueses con los bonzos cristianos y traen relojes, arcabuces y una religión que no está confabulada con los gobernantes. En algo menos de un siglo cerca de un 10% de los habitantes —muchos de ellos nobles e intelectuales— estaban bautizados. Pero en 1630 Japón se aísla del resto del mundo, y una persecución feroz acaba con todos los sacerdotes y decenas de miles de fieles son martirizados (Sobre esto último he escrito dos artículos para arvo.net: “188 nuevos mártires japoneses a los altares” y “Nagasaki y María”).

4) A mediados del siglo XIX la presión de las potencias occidentales y el hastío de los japoneses hacia la opresión feudal ocasionaron la incruenta revolución Meiji (1868). El Japón se convirtió en un estado moderno de corte occidental, pero con el emperador de nuevo como semidiós al frente del shintoismo.

5) Rusia amenazó invadir Japón, pero los japoneses vencieron al ejército ruso en tierra china. El zar mandó a oriente la potente flota del Báltico, pero la armada japonesa casi la aniquiló en el estrecho entre Corea y Japón en 1905. Murieron 117 japoneses y 4.360 rusos; Japón sólo perdió 3 botes torpederos, mientras que de la flota rusa 21 buques de guerra fueron hundidos, 7 capturados y 6 inutilizados; sólo 4 lograron huir a Vladivostok. Esta victoria fue tan impresionante como inesperada. Los japoneses lo atribuyeron a estar protegidos por los dioses y a ser ellos superiores a los demás. Los militares se hicieron con las riendas del país y, bajo el manto imperial, pretendieron ensanchar el imperio a toda Asia. Este proceso culminó con la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial, al lado del Eje.

6) El 15 de agosto de 1945 Japón perdió su primera guerra. La derrota no pudo ser más traumática —muchos se suicidaron— pero reconocieron la superioridad de los vencedores y el engaño a que les tenían sometidos los militares. Los vencedores se volcaron con los derrotados: nunca en la historia ha habido un vencedor tan magnánimo con el vencido. El virrey Douglas MacArthur llamó a su despacho a los superiores de todos los misioneros católicos y les ofreció su ayuda para convertir el Japón al cristianismo (Es curioso que, aunque protestante, acudiera a los católicos). Incluso suele afirmarse que MacArthur, en su entrevista con el emperador, le sugirió convertirse al cristianismo, porque un Japón cristiano sería el atajo para un Japón democrático. Los tres años de dominación yanqui, con su generosidad y desenfado, llevó a los japoneses a admirar todo lo norteamericano, también su religión. Por fin habían dado con una religión liberadora. Cientos de sacerdotes católicos fueron al Japón y las conversiones se dispararon.

7) La crisis de mayo de 1968 se hizo sentir en la sociedad japonesa, lo mismo que la crisis postconciliar en la Iglesia, y ambas continúan hasta hoy día con síntomas similares a los del occidente. La población y las conversiones están disminuyendo.

Resumiendo:

(1) La encuesta Gallup muestra que muchos japoneses añoran el cristianismo y que el budismo y el shintoismo no les llenan.

(2) La derrota del Japón en la Segunda Guerra Mundial podría haber sido el principio de la conversión del país al cristianismo, pero el hedonismo y cientifismo occidentales lo frenan.

(3) Un puñado de católicos consecuentes podrían convertir el Japón. La mies es mucha pero los trabajadores pocos y acomplejados.

Fernando Acaso
feracaso@gmail.com

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Un buen corte de pelo: historia de la peluquería

El cabello ha sido siempre considerado como un elemento de cambio en un constante devenir del desarrollo y las modas; así ha sido la historia de la peluquería, así se ha dibujado el paso del ser humano en el tiempo, relacionado con este elemento mágico, social y ornamental, llamado cabello. En un recorrido por la historia de la humanidad descubriremos el pelo, como una de las principales señas de identidad más características de cada persona en relación a la evolución del cuidado capilar.. Es la referencia más antigua que se tiene sobre la existencia de cuidados, productos y vanguardias.

Los cambios más significativos en cosmética se comienzan a gestar en el antiguo imperio Egipcio

En el Imperio que creció a orillas del Nilo, era frecuente, como hemos podido observar en distintas películas y documentales, hombres con la cabeza totalmente rasurada; no así los sacerdotes y los miembros de las elites gobernantes. Estos se desmarcaban con un símbolo de distinción entre la plebe, esclavos y súbditos; el cabello con diferentes peinados, colores, pelucas de pelo lacio y cabello natural, así como, valiosos tocados de oro y piedras preciosas.
En esta época se comienza a hablar ya de los pigmentos de origen vegetal para el cabello. El descubrimiento de las propiedades colorantes de la hena dio a las féminas la posibilidad de obtener en sus cabellos colores rojizos y caobas.

Gracias al avance en las comunicaciones (marítimas y terrestres del mundo egipcio) y a los constantes conflictos, las costumbres se propagaron más rápido por el Mediterráneo. Así por ejemplo, el mundo griego, impregnado de sabidurías de oriente y occidente, entre lo terrenal y lo divino, creó un culto al cuerpo propagado y alimentado de leyendas e ideales de belleza. En esta búsqueda de la perfección divina en la que estaban inmersos, no solo cultivaban su cuerpo, también su rostro y pelo; Los peinados tenían muchos detalles, de los que tenemos referencia gracias a las esculturas. Estas nos muestran mechones cortos que rodeaban la frente, melenas largas recogidas y a diferencia de los egipcios, mucho movimiento expresado a través de la ondulación del cabello.

Es en la sociedad helena donde aparecen por primera vez las academias de peluquerías regentadas por esclavos que adornaban, engalanaban y embellecían las filosófales cabezas de los griegos (ciudadanos).

Será la tierra de Rómulo y Remo la heredera directa de los gustos y aficiones griegos. Así, también adoptó el concepto de la belleza física y, por ende, la preocupación por observar la belleza de sus cabellos.

Una grata sorpresa para las mujeres romanas sucedió cuando vieron a las cautivas que trajo Julio César de las Galias, que lucían unos hermosos cabellos rubios, a los que quisieron imitar. Es este el origen del gusto por la belleza nórdica, es partir de este momento cuando se realizaron pruebas para aclarar el tono del pelo, predominando el compuesto de sebo de cabra y ceniza de haya, pese a que no resultaba demasiado saludable para el castigado cabello.
Los peinados fueron variando, teniendo en cuenta la larga duración del imperio romano y la influencia que fue recibiendo del contacto con los diferentes pueblos que iban conquistando. Podemos hablar de los más habituales como el cabello rodeando la cabeza, la melena con rulos y el cabello recogido y trenzado.

Ya en esta época, se practicaba la peluquería en forma permanente, surgiendo especialidades según qué se realizara: peinado, color, postizos, etc.

Tras la caída del Imperio Romano, comienzan dos períodos antagónicos: la Edad Media, una era en la que las libertades limitaban la expresión del ser, y el Renacimiento, donde el hombre encontró un espacio más abierto para pensar y crear.

El Cristianismo comienza a imponerse en los diferentes estados, triunfando la austeridad por encima de la coquetería.

Poco avanzó durante la Edad Media, época de cruzadas y oscuridad artística, lo que sería, mas tarde, la poderosa industria de la belleza. Como la actitud era muy recatada, las mujeres se limitaban a usar sus cabellos con una sencilla raya al medio. Usaban trenzas -muchas veces postizas- que rodeaban sus cabezas. No se buscaba demasiado el cambio en el color del pelo porque no era muy bien visto. Además, existía la costumbre de usar túnicas que cubrieran totalmente la cabeza, lo que también impidió un desarrollo considerable de la peluquería en esa época.

Será a partir del siglo XV cuando comience el renacer de la cultura, la ciencia y la visión antropocéntrica del universo. El renacer del mundo clásico, de la estética, la belleza…

En la historia de la peluquería, es en el Renacimiento, cuando las femeninas comienzan a ser el centro de la creatividad de los peluqueros que descubren la posibilidad de realizar peinados mucho más sofisticados, aplicando numerosos accesorios: redecillas, coronas, trenzas postizas, joyas entrelazadas.

En esta época, la cosmética facial toma un impulso importante, y son numerosas las cremas y los ungüentos de importación que se comienzan a distribuir entre las clases mas acomodadas.

Es a principios del XVI cuando se puede hablar de una moda bastante extendida por Europa, y que es impuesta por las venecianas: el gusto por el pelo rojo, se extiende sorprendentemente fuera de Italia. Para conseguir ese tono se realizaban mezclas de sulfuro negro, miel y alumbre. Luego, los cabellos eran expuestos al sol para que actuara la mezcla sobre los mismos.

Siglos más tardes, inmersos en revoluciones que cambiarían el transcurso del planeta, París es la ciudad, es el centro de todos los gustos y estilos de belleza. Las exigencias de los hombres y mujeres franceses son tan grandes con sus peinados, que en esta época,el arte de la peluquería adquiere un gran impulso.

Se imponen las famosas pelucas blancas, que iban acompañadas de accesorios complicadísimos que incluían hasta maquetas, difíciles de transportar a la hora de trasladarse de un lugar a otro. Con una mezcla de talco y almidón, estas pelucas se empolvaban para que lucieran lo más blancas posibles, y para enrularlas, los peluqueros enrollaban sus mechas en cilindros que calentaban en hornos de panadería. Así nace la permanente en caliente. Este método no se podía utilizar en el cabello natural, que quedaba oculto bajo esos postizos inseparables

Tras la revolución, se escoge el pelo al natural y la sociedad francesa se declina por la sencillez del corte y la belleza interna.. Pero surge algo que conmocionará, también, a la peluquería y es el agua oxigenada (1867), mucho menos agresiva de lo que se venía usando desde los antiguos griegos. Es en esta época cuando los peluqueros incrementan las visitas a domicilio como forma de trabajo.

Pero sin duda, será el siglo XX el siglo de las vanguardias y el nacimiento de la moda Cada década tendrá su estilo; el culto a la imagen -acompañada por el nacimiento de los medios de comunicación masivos- se impondrá en todo orden. Se tratará de identificarse con ideales femeninos o masculinos que se verán en las grandes pantallas o en la televisión, y en las revistas life-style .

Nacen, definitivamente, los salones. En los primeros años, el corte a lo garçon para la mujer fue una gran característica, y esto se debió a que ella necesitaba estar cómoda, peinarse rápidamente, ya que, gracias a la revolución industrial, la mujer se había incorporado al mercado del trabajo, y no tenía tanto tiempo para el arreglo personal.

Más tarde, el pelo creció un poco, con ondulaciones, rulos profundos o cabelleras lacias, para las mujeres. En el caso de los hombres ocurre una cosa: después de haber sufrido dos guerras mundiales en las que el estilo militar impuso la forma de cortarse el pelo a la "medida americana" (estilo soldado), se encuentra que en los años 60 y 70, con el surgimiento de los Beatles y los hippies, logran liberarse de los cortes rígidos y dejan crecer su cabellos hasta obtener largos antes impensados.

Ahora, en el inicio del siglo XXI, ya no se habla de moda sino de tendencia, es decir, que se intenta sugerir más que imponer. Y que la gente tiene la libertad de elegir el color, la textura, el largo que más le plazca, ya sea hombre como mujer. Esta forma de pensar y de actuar tiene de positivo que les permite a los peluqueros desplegar toda la creatividad que deseen para elaborar verdaderas obras de arte, siempre pensando en el cliente actual, más exigente y con más libertad para expresarse.

¿Qué corte me hago?

Para los más indecisos, lo mejor es instalar estos programas en nuestro propio ordenador. Hay varios con licencia shareware, que permiten descarga de prueba gratuita y posteriormente una versión profesional de pago. El más sencillo es Hair Pro 2006, que se descarga e instala en unos segundos, y nos permite muchos estilos diferentes. Para los más profesionales, aconsejamos también Salon Styler Pro – Hairstyle Imaging & Maggi Hairstyles & Cosmetics 6.0.

Limitaciones:
La versión de prueba solo permite diferenciar entre 56 estilos, para acceder a los más de 900 peinados diferentes es necesario obtener la versión de pago.

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Hugo Boss y los camisas pardas

Hugo Boss es una de las marcas que se encuentra dentro del círculo más elitista y exclusivo de las marcas vinculadas a la estética casual junto a la vertiente sport de Prada y Hermenegildo Zegna entre otras.

Hugo Boss es una marca que está marcada por el clasicismo de sus formas (la llamada etiqueta negra) frente a otras tendencias más vanguardistas y extravagantes (la etiqueta naranja), siendo la línea más clásica (trajes y camisas esencialmente) la que le ha otorgado una reputación mundial a la marca de gran calidad y elitismo.

Pero la historia de Hugo Boss arranca desde más atrás…

Hugo Ferdinand Boss: el sastre del NS.

En Metzingen, una población situada al sur de Stuttgart, el dueño de un pequeño taller de sastrería no deja perder la oportunidad que le presentaba el auge creciente del Nacional-Socialismo y se une al NSDAP. Su nombre: Hugo Ferdinand Boss (a la sazón creador de la firma Hugo Boss).

En 1933, en un periódico local, el Alb-Neckar-Zeitung, se puede leer el siguiente anuncio:”Uniformes de las SS, las SA y las HJ. Ropa de trabajo, de deporte y de lluvia. La hacemos nosotros mismos, de reconocida calidad y a buenos precios. Boss. Ropa mecánica y de trabajo, en Metzingen. Firma homologada por las SA y las SS. Uniformes con la licencia del Reich”. La autoría de este anuncio se atribuye a Hugo Boss, el fundador y dueño de esta pequeña fábrica de Metzingen.

La historia de la marca surge en 1923, fecha en la que Hugo Boss abre su taller y empieza con la producción de ropa. Los inicios fueron bastante duros, hasta el punto de que en 1931 la empresa está a punto de quebrar: no puede pagar los salarios de los trabajadores y la venta de impermeables y ropa de trabajo que producía Hugo Boss era muy escasa. En esta situación, Hugo Boss se afilia al NSDAP. Lo hará el 1 de abril de 1931, con el número 508.889.

Además de la afiliación al partido nazi, se produce un hecho fundamental en la historia de la firma: cambia la estrategia comercial, enfocando sus diseños hacia los diversos colectivos del partido nazi. Las famosas “camisas pardas” de la SA empiezan a ser confeccionadas por Boss. Lo mismo ocurre con la indumentaria de las SS. El mercado era un auténtico filón debido al número de miembros de la SA y las SS y a la importancia que el partido le prestaba a la estética. La decisión, desde el punto de vista empresarial, fue de un enorme acierto: en 1934 adquiere una empresa que se dedica a fabricar pañuelos, en 1939 compra una fábrica de telas y la empresa ya cuenta con 99 trabajadores y, en 1945, dispone de 128 empleados.

Hugo Boss durante la II Guerra Mundial.

Durante la IIGM, Hugo Boss ampliará su cartera de clientes con la Wehrmacht, el ejército alemán. Boss colaboró en la uniformidad del ejército de tierra alemán. En el taller de Metzingen llegaron pedidos de la Sección de Vestuario del Estado Mayor. Este departamento controlaba la logística del vestuario de los soldados alemanes y ordenaba las normas relativas a la uniformidad. Estas decisiones estaban perfectamente estudiadas e incluso aparecían explicadas en diversas publicaciones periódicas, como el “Boletín de Informaciones Generales del Ejército” y el “Boletín de Disposiciones del Ejército”.

En estas publicaciones se definía la estética de los uniformes y el tipo de ropa que se debía utilizar en función del momento y de las circunstancias concretas. También se estipulaba el número de piezas de ropa que se debían entregar a cada soldado o el término de renovación de éstas. Gracias a ello, Hugo Boss se convierte en la segunda compañía textil más importante de Alemania durante la IIGM.

Obviamente, la situación de Hugo Boss cambió radicalmente con el fin de la IIGM y como tantos otros alemanes sufrió las iras de los demócratas: perdió el derecho al voto y fue multado con 80.000 marcos alemanes. Hugo Boss murió en 1948.

Justo antes de finalizar la guerra, la compañía Hugo Boss AG compró a precio irrisorio una cantidad ingente de paracaídas que casualmente estaban hechos de seda. Este hecho sería decisivo para convertirlo en un imperio de la moda, permitiéndoles confeccionar nuevas prendas en el duro periodo de post guerra, lo que le permitió seguir creciendo hasta convertirse en el gigante textil que es en la actualidad. casualsspain

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Duffy, Stepping stone

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30 ene 2010

Como atraer la fortuna: cualquier cosa vale...

El dinero es uno de los bienes con mayor carga energética, y a esto se debe que sea el símbolo de todas las cosas que deseamos. Un billete es simplemente un pedazo de papel; pero usted puede cambiarlo, como por "arte de magia" por las cosas que le agradan o necesita.

Hechizo: Consiga siete monedas (de su país) y forme con ellas una cruz con los brazos apuntando hacia los cuatro puntos cardinales. Prenda un incienso de almizcle o canela y encienda sobre el centro de la cruz una vela de color verde diciendo con concentración y mucha fuerza de voluntad: "Que del Este venga abundancia y oro, del Oeste la abundancia y plata, del Norte magníficos regalos, y del Sur, torrentes de prosperidad y felicidad". Repita esto siete veces con mucha fe como que estuviera recitando. Luego afirmando con mucha fuerza de voluntad mágica dirá: " Que así sea, que sea, porque es mi voluntad y mi deseo, así será". Luego deje que la vela se consuma. Esto lo puede hacer las veces que lo considere necesario.

Si esto no le parece sficientemente efectivo, también puede darse baños "atrae fortuna":

Baño para el dinero. Ponga a hervir un paquete de perejil con cinco, siete, nueve (siempre ramilletes en números impares), y rajitas de canela. Cuando esté listo, coloque la mezcla en un recipiente y agrégale esencia de oro y menta. Puede darse de cinco a siete baños según sus necesidades. Encienda una luminaria verde.

Baño para obtener dinero. Ingredientes: polvo de Oro, Polvo de Plata, esencias de: Dinero, Colonia Talismán y extracto Real, jabón azul y una vela de color amarillo. Preparación: En un envase colocar un poco de agua, agregarle los polvos, las esencias. Una vez tomado el baño normal con el jabón azul, se moja todo el cuerpo con este preparado y se deja secar, y luego se da la gracias por lo que se recibirá a Don Juan del Dinero; encendiendo la vela amarilla. Baño para atracción en los Negocios Ingredientes: 3 Girasoles, miel de abeja, canela. Esencias de Atracción, Imán, Pega Pega, Amor, triunfo. En un envase estrujar los Girasoles y agregarle las esencias. Este baño lo puede ofrecer dando gracias por el desarrollo de lo anhelado a Oshún o a las Potencias Indias. Hacerse 3 baños seguidos.

Más hechizos aquí.

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27 ene 2010

Avance moda primavera-verano 2010


Hombros caídos o desnudos, asimetría, tejidos ligeros y con vuelo.

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Los orígenes del cotilleo


Si no lo sabía, es porque los fantasmas de Louella Parsons y Hedda Hopper siguen rondando por las colinas de Hollywood. En los años 40 y 50, las dos pioneras del cotilleo mantuvieron un acuerdo tácito con los grandes estudios: entréguennos chismes de aspirantes y actores de serie B y dejaremos en paz a las superestrellas. La homosexualidad de Rock Hudson o la adicción de Judy Garland a las anfetaminas no saltaron jamás a las crónicas de la poderosa Louella, alias Ojos de Buitre, leída por veinte millones de lectores diarios. Su feroz rival de sombreros extravagantes, Hedda, ex actriz anticomunista, torpedeaba a Cary Grant por haberse ido de vacaciones a la Unión Soviética, pero se guardaba muy bien de revelar su bisexualidad. Medio siglo después, los secretos de la edad de oro de Hollywood siguen emergiendo mientras los famosos de hoy ya no tienen dónde esconderse y la prensa del corazón expone su vida y milagros a un público que exige información sin adornos: «Britney pierde la cabeza y se la afeita en una peluquería», grita el bloguero Pérez Hilton, apoyado por el vídeo de un paparazi. «Lindsay nos envía un correo después de su detención y jura que las drogas incautadas en su coche no son suyas», anuncia la cadena de televisión Access Hollywood.

El nuevo acoso a los famosos. Al contrario de lo que se piensa, las estrellas de hoy no desaparecen después de sus quince minutos de fama. «Una persona como Lindsay Lohan seguirá siendo famosa toda su vida: es la naturaleza de nuestra sociedad y de unos medios que han integrado el cotilleo en la información», comenta Pérez Hilton, cuya página web atrae a más de un millón de visitantes diarios. La tradición de las grandes damas americanas del chisme (Liz Smith, Cindy Adams, Jeannette Walls...), que recogen los rumores de las exclusivas en las veladas mundanas de Manhattan, está en vías de extinción. Las reinas del cotilleo distinguido se han dejado suplantar por una generación de gays irreverentes en Internet, desde Ted Casablanca hasta Pérez Hilton, y por grandes operaciones colectivas, como Gawker o TMZ, actualizadas por decenas de jóvenes reporteros las 24 horas del día. La nueva generación prescinde de los intermediarios habituales. Cuando una estrella mantiene un hilo directo en Twitter, ¿para qué desperdiciar horas intentando contactar con un publicista o portavoz? En 1998, el ciberperiodista Matt Drudge, que reveló la relación entre Monica Lewinsky y Bill Clinton, marcó un momento crucial al pedir a los internautas que le enviaran chivatazos. Y lo hicieron. Sorprendentemente, numerosas fuentes pasan información de manera confidencial a los medios sin solicitar compensación financiera, explica la abogada de estrellas Blair Berk, de Beverly Hills. «Saborean una sensación de poder.»


El fin justifica los medios. En los años 50, todo Hollywood sabía que el primer marido de Louella Parsons era el médico que curaba las enfermedades venéreas de los actores y realizaba abortos a las actrices. Eran informaciones que ella no difundía jamás, pero las utilizaba como medio de presión en su juego de influencia con los dueños de los estudios. Hoy, todo el mundo estaría al corriente gracias a los blogs con información privilegiada, como el de Crazy days and nights, supuestamente escrito por un abogado de Hollywood exasperado por los excesos de sus clientes.
Páginas como Radar, Gawker o TMZ admiten pagar a cambio de ciertas informaciones. A semejanza de Louella y Hedda, que hicieron época a base de propinas a camareros locuaces, Harvey Levin, de TMZ, confiesa haber peinado Los Ángeles con cientos de fuentes en restaurantes, hospitales (así se enteraron de la muerte de Michael Jackson) y comisarías (la detención de Mel Gibson, ebrio, en la carretera de Malibú en 2006). El sheriff de Los Ángeles se declaró en guerra contra TMZ hace dos años y hace todo lo posible por identificar a sus fuentes dentro de la Policía... sin mucho éxito.
Como antaño, los reyes del cotilleo están abiertos a cualquier negociación. Si un publicista les suplica que no difundan un escándalo, tendrá que proporcionar, a cambio, «al menos dos buenos soplos» para convencer a Richard Johnson, editor de Page Six. La famosa doble página del New York Post se fija como límite los cotilleos sobre niños y sobre enfermedades, aunque ya ha publicado el cáncer de un consejero delegado de una gran empresa, sobre la base de que los accionistas tenían derecho a saberlo. Y es que «business is business». The New Yorker, recientemente, bullía de excitación: gracias a la Red, decía la revista, Hollywood vuelve a convertirse en el teatro de una competencia periodística desenfrenada, nunca vista desde el duelo entre Louella Parsons y Hedda Hopper. Y la exitosa bloguera Nikki Finke confirma el poder de los nuevos cotillas: «A los famosos les encantaría pasarme por alto, pero no pueden. Se consuelan diciendo que hoy les han dado una colleja a ellos, pero mañana le tocará a otro».

Emmanuelle Richard
xlsemanal

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Còmo calcular el despido

Con los tiempos que corren no está de más saber a qué atenerse si te despiden. En www.finanzas.com puedes hacer ese sencillo cálculo.

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Sigourney Weaver

Sigourney Weaver (de nombre auténtico Susan Alexandra Weaver) es hija del empresario estadounidense Sylvester “Pat” Weaver, quien fue presidente de la cadena de televisión NBC, y de la actriz británica Elizabeth Inglis, acreditada en algunas de sus películas, como “La carta” (1940) de William Wyler, como Elizabeth Earl.
El nombre de Sigourney lo adoptó la intérprete neoyorquina a raíz de la lectura de uno de sus libros favoritos, “El gran Gatsby” de F. Scott Fitzgerald, novela en la cual aparecía un personaje llamado Sigourney Fay.

Nació el 8 de octubre de 1949. Una vez terminados los años de escuela en 1967, se fue durante unos meses a vivir en un kibbutz en Israel.

Weaver se casó en 1984 con el director de teatro Jim Simpson y tiene una hija, llamada Charlotte.

Cursó estudios de inglés en la Universidad de Stanford, en California, graduándose en 1971. Posteriormente estudió interpretación en la Universidad de Yale, acabando su instrucción en 1974.

Después de sus primeros trabajos en el teatro, Sigourney apareció en 1976 en la serie de televisión “Somerset”, debutando en el cine de manera breve un año después en “Annie Hall” (1977), film dirigido por Woody Allen.
No tardaría mucho en convertise en estrella, ya que con su tercera película, “Alien, el octavo pasajero” (1979), un título de ciencia-ficción dirigido por Ridley Scott, Sigourney alcanzó la fama internacional gracias a su papel de Ellen Ripley.
En este período la actriz mantenía un romance con el dramaturgo y actor James McClure.

La siguiente década le deparó títulos como “El año que vivimos peligrosamente” (1982), drama político y romántico co-protagonizado por Mel Gibson, “Los Cazafantasmas” (1984), comedia de ciencia-ficción realizada por Ivan Reitman, “Aliens” (1986), secuela de “Alien” dirigida por James Cameron que le valió una nominación al Oscar, candidatura que logró de nuevo por “Gorilas en la niebla” (1988), una película en la cual encarnaba a la zoóloga Dian Fossey.
Por este film lograría su primer Globo de Oro, premio que repitió con “Armas de mujer” (1988), comedia de Mike Nichols co-protagonizada por Harrison Ford y Melanie Griffith.

En los años 90 intervendría en pocos títulos de éxito, siendo lo más notorio sus nuevas apariciones en la serie de Alien, “Alien 3” (1992) de David Fincher y “Alien Resurrección” (1997), título dirigido por el francés Jean-Pierre Jeunet (“Delicatessen”).

Otras películas protagonizadas en este decenio por Sigourney Weaver son “Dave, presidente por un día” (1993), comedia co-protagonizada por Kevin Kline, “La muerte y la doncella” (1994), título de Roman Polanski, o el drama “La tormenta de hielo” (1997) de Ang Lee.

Más tarde intervino en “Las seductoras” (2001), con Gene Hackman y Jennifer Love Hewitt, “El Bosque” (2004), película dirigida por M. Night Shyamalan, o en el thriller "En el punto de mira" (2008).

En "Avatar" (2009), película dirigida por James Cameron, interpretaba a la botánica Grace Augustine.

Su dirección para fans es:
Sigourney Weaver
Goat Cay Productions, Inc.
P.O. Box 38
New York, NY 10150
USA

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¿Cómo decido el precio de los productos que quiero vender?

En primer lugar, calcule el precio de las materias primas que usted ha comprado. Sería una excelente idea hacer una base de datos de una hoja de cálculo para ello.

Decidir el precio adecuado para su producto es realmente importante. Usted no puede permitirse el lujo de sobrecargar a su cliente y, tampoco puede menospreciar su propio esfuerzo. Hay una línea muy fina allí. Entonces, ¿qué debe hacer para fijar el precio adecuado para su producto? Éstos son algunos consejos:

Paso 1

En primer lugar, calcule el precio de las materias primas que usted ha comprado. Sería una excelente idea hacer una base de datos de una hoja de cálculo para ello. Además, añada los gastos generales que desee tener en cuenta, tales como los impuestos, facturas de gastos de mantenimiento. Usted puede utilizar www.plunderhere.com para conseguir algunas materias primas baratas.

Paso 2

Ahora tiene que calcular su tarifa por hora - esto viene del costo de oportunidad de su tiempo. Para calcular esto, considere las siguientes preguntas. Si usted estaba trabajando, cuánto tendría que estar ganando? ¿Cuántas cosas tiene que sacrificar para disponer de ese tiempo? - ¿qué precio no monetario tiene que pagar? Una vez que tenga el valor por hora, se multiplica por la cantidad aproximada de tiempo que le tomó hacer el producto (incluyendo la lluvia de ideas inicial o el tiempo de generación de ideas).

Paso 3

Si usted hace artículos en lotes, entonces sume todos los costos y luego divida por el número total de productos fabricados durante ese período. Añada su margen de beneficio deseado y así obtendrá su cifra aproximada.

Paso 4

¿Es su producto único o uno que está disponible libremente? Si usted piensa que su producto tiene un elemento de exclusividad, entonces puede ser que quiera cobrar más que el precio medio. El cliente aún estaría interesado.

Paso 5

Por otra parte, si el producto no es tan exclusivo, no debe cobrarlo más que el precio de mercado. En tal caso, tendrá que reducir los costos para poder obtener algún provecho. Si usted está vendiendo productos hechos a mano, entonces la no exclusividad no será un tema. Usted puede comparar los precios en www.pricegrabber.com. O puede que desee comprobar en la categoría de productos hechos a mano que se ofrecen en otros sitios Web, como www.silkfair.com donde hay toda una sección de artículos hechos a mano que se puede utilizar para comparar precios.

Paso 6

Si del precio de su producto usted va a donar dinero a un fondo de caridad o de causa social, asegúrese de destacar eso también. Tales ofertas siempre ayudan a atraer clientes. Por ejemplo, se pueden comercializar a través de la página www.gocharity.com.

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25 ene 2010

Incremento de los compradores en internet en Argentina

¿Quién hubiese imaginado que muchas mujeres iban a abandonar la máxima "camine señora, camine" a la hora de comparar precios y elegir sus productos y servicios? Según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), aproximadamente un 49 % de los usuarios de comercio electrónico son mujeres. Más allá del estereotipo, los portales más elegidos por ellas son los que facilitan la vida cotidiana, como el changuito virtual de Cotodigital, Discovirtual y Leshop. Quienes estudian los comportamientos de consumo de los usuarios de Internet aseguran que su perfil dio un vuelco en el último año: "Hace un año, el perfil de un consumidor online clásico en Argentina era el de un usuario con más de cuatro años de antigüedad, de 35 años promedio, de un nivel socioeconómico ABC1 y C2, pero esto ha cambiado", explica Marcos Pueyrredón, miembro de CACE. Y agrega: "El aspecto más importante de cambio es que las mujeres están empezando a pesar en el consumo on line y lo están incorporando como un canal más de compras. Esto se da con especial énfasis en los hogares con doble ingreso"

Dicen los expertos en comercio electrónico que los típicos miedos de hacer compras por Internet –que nos roben los datos de la tarjeta, hacer un depósito a una empresa fantasma– son más bien mitos que empezaron a superarse y que si se lo piensa dos veces "es más inseguro darle la tarjeta a un mozo en un restaurante". Dicen que cuando alguien empieza a compran por Internet "no hay vuelta atrás". Y se refieren a la comodidad de comparar precios sin caminar la calle y a la posibilidad de ahorrar adquiriendo no sólo productos usados o discontinuos sino también nuevos, igualitos a los de las vidrieras.

Los datos del último "Informe de cuantificación del mercado Informático y de telecomunicaciones de Argentina" que Prince & Cooke, una consultora especializada en tecnología, elabora desde hace 18 años, dan cuenta del crecimiento del e- commerce: comparado con el 2007, el comercio electrónico creció en 2008 un 29,3%. De los 20 millones de usuarios, el 18% es comprador on-line y gasta en promedio más de $ 1.000 por año.

"En la gran mayoría de los casos, cuando alguien empieza a usar el comercio electrónico no hay retorno", dice a Clarín Juan Martín de la Serna, presidente de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) y gerente del portal Mercado Libre. "Los compradores encuentran una gran variedad de artículos disponibles en forma permanente: no hay un local que cierre a cierta hora y no importa en qué parte del país esté porque se le envía el producto a domicilio. Pero el principal beneficio es el ahorro: las compras por Internet son más baratas que las del mundo off line", dice. Según CACE, el promedio de ahorro por compra es del 15% y no siempre el costo de envío a domicilio anula el ahorro: de acuerdo al análisis de perfil de usuarios de Prince & Cooke, "para aprovechar el ahorrro, el 41% compra virtualmente pero luego retira el producto en los locales".

¿Por qué comprar por Internet puede ser más barato? "Porque hace más eficiente el comercio: un importador puede vender directamente a un consumidor final y evitar los intermediarios que intervienen en la cadena comercial y encarecen el producto", dice de la Serna. Además, un fabricante puede vender barato porque no tiene costos fijos: "Tienen la mercadería en un depósito y evitan tener que invertir en un local en una galería céntrica para existir". Según los especialistas, como vender desde un local que no es de venta al público abarata mucho los costos, varios supermercados buscan incentivar las compras on line con descuentos o beneficios que no existen en la compra tradicional.

Lo que también baja los costos es la opción de comprar productos usados, discontinuos o excedentes. "Para muchos comerciantes las plataformas de comercio electrónico son un excelente canal para liquidar inventarios, vender productos discontinuos o llegar a otros compradores que no tienen entre sus clientes. Por eso promocionan a precios muy accesibles", dice Patricia Jebsen, Gerente de Negocios y Operaciones de Comercio Electrónico de Clarín Global y responsable de MasOportunidades.com y Confronte.com.

Según la encuesta de Prince & Cooke, los principales beneficios para quienes compran online son: comodidad (41%), ahorro de dinero (18%) y de tiempo (16,8%). "El Comercio electrónico creció un 29,3% en el 2008 conformando un mercado de $ 3750 millones".

Quienes estudian sus conductas sostienen que esta forma de comercializar, que empieza por Internet y finaliza por los canales tradicionales, delineó nuevos consumidores: "El consumidor on line es más exigente: tiene más poder, más información y tiene la posibilidad de comparar y de hacerse escuchar con sus críticas o recomendaciones a un clic de distancia, cosa que no sucede a través de canales tradicionales", explica Marcos Pueyrredón, director de Latinvia y miembro de CACE. Jebsen agrega que el nuevo consumidor además "investiga" antes de comprar: "Más del 70% de los usuarios de Internet ya investiga sobre su futura compra.

Muchos de ellos eligen plataformas de comercio electrónico pero otros prefieren sitios de comparación de precios, tiendas y productos, como Confronte.com o Buscape.com, que están pensados para la comparación de precios y facilitar la toma de decisión". Por ejemplo, una cámara gigital Sony Cyber Shot aparece en Confronte desde 585 pesos. La misma cuesta 1.149 pesos en Sony Style.

Y cuando se trata de ahorro, todo remite a la nueva crisis: "La coyuntura internacional y local en vez de estar provocando una contracción está provocando un efecto disparador y potenciador; los compradores encuentran precios más accesibles y muchos empiezan a publicar para convertir sus artículos en efectivo", dice Pueyrredón. Clarín

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Librerías especializadas

Librería de Náutica

Ésta en una de las más prestigiosas Librerías Náuticas de España. Cerca de 6000 títulos en libros náuticos, publicaciones de navegación marítima y deportes náuticos a su disposición, así como un extenso catálogo de cartas náuticas y de navegación de los principales Institutos Hidrográficos. Completa la oferta un completo catálogo en Instrumentos de Navegación.

La Librería de Nautica.com es una división de la Librería Balear de Náutica para la venta on-line de sus productos. Cuenta con 21 años de experiencia en el sector náutico, y desde su ubicación en Palma de Mallorca hace que le puedan dar la bienvenida personalmente en sus visitas a las Islas Baleares.

Naos

Naos Libros es una librería especializada en arquitectura. Cuenta con una enorme colección de libros y revistas sobre el tema, pero también, de arte, diseño, literatura en general, e infantil y juvenil. En esta página mantienen un fondo permanentemente actualizado de más de 26.000 libros sobre arquitectura y temas afines. No obstante, si no encuentra el libro que busca puede escribir a naos@naoslibros.es.

Altaïr

Altaïr es el lugar de referencia para ampliar tu conocimiento de los distintos pueblos, culturas y regiones de la tierra y, actualmente, es la mayor librería europea especializada en viajes. Altaïr nació en Barcelona en 1.979 y desde hace unos años también nos puedes encontrar en Madrid.
¿Qué nos distingue?

La labor de Altaïr rebasa ampliamente el concepto habitual de una librería: se trata de un espacio cultural, un lugar de encuentro, de intercambio de ideas, de conexión entre viajeros, de elaboración de proyectos y, cada vez más, un espacio de actividades culturales vinculadas al hecho de viajar.

¿Qué ofrece Altair?

Un fondo documental de más de 60.000 referencias para preparar tu viaje en el que podrás encontrar la más amplia selección de guías de viaje y cartografía de cualquier lugar del mundo y en varios idiomas. Una abundante selección de libros de importación para cubrir la información que no se halle disponible en castellano y catalán sobre cualquier lugar del mundo y, sobre todo, una atención personalizada que te orientará a la hora de elegir la bibliografía más adecuada a tu proyecto de viaje y a tu curiosidad por conocer los aspectos geográficos, sociales, culturales, históricos, políticos y económicos sobre tu lugar de destino.

Ecobook

La librería del economista. En el año 1998 se reunieron un grupo de profesionales de la Economia y la Empresa para fundar la empresa ECOBOOK S.L. con el fin de crear una librería altamente especializada que reuniera toda la información necesaria para el ejercicio de la profesion de Economista.

El resultado es ECOBOOK-Librería del Economista, donde se pueden conseguir todos los libros, tanto nacionales como extranjeros, relacionados con el mundo de la Economía y la Empresa.

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Los ricos comen más ligero

JESÚS CONTRERAS CATEDRÁTICO DE ANTROPOLOGÍA SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA
«Hoy, los ricos son los que comen más ligero»
30.10.07 -
VIOLETA SANTIAGO

-Siempre me he preguntado por qué cuando hay algo que festejar se organiza una comida, o una cena O sea, por qué lo celebramos todo comiendo

-¿Comiendo ¿y bebiendo! Yo creo que hay varias distintas respuestas antropológicas a esto. La más razonable sería que, históricamente, los alimentos de calidad eran escasos. El ser humano tenía poca oportunidad de comer azúcar y grasas y, por eso, la celebración por excelencia, era hacerse con algo dulce y algo muy graso, como la carne. Hoy mantenemos esa inercia cultural y las fiestas siguen girando en torno a lo dulce y lo graso. Yo supongo que tardaremos en organizar una fiesta con verduras. El hecho de ponerse alrededor de la comida para festejar también tiene que ver con el hecho de que antes una familia no sacrificaba un animal sólo para ella. Tenía que haber más gente, porque una vez muerto el bicho no había forma de conservarlo. Así que, si se decidía un sacrificio, había que avisar a más personas. De esta forma, cada sacrificio se acababa convirtiendo en una ocasión especial.

-Hoy sabemos que la alimentación es un factor fundamental para una buena calidad de vida, pero este conocimiento no se transmite a los niños ¿o sí?

-No, todavía no se ha dado este paso. Hay que tener en cuenta que, hasta los años 60, la alimentación venía determinada por el poder adquisitivo. Las personas no comían lo que querían, sino lo que podían. No estaban en condiciones de elegir. Acuérdese de lo que se decía a los críos: «para comer, lentejas. Si las quieres, las comes y si no, las dejas». Si las rechazabas, no había otro plato. Esto ha cambiado radicalmente y en todas las casas se le pregunta al niño que qué quiere para comer, tal es la abundancia de alimentos que tenemos. Y a esto súmele que, quien hoy tiene que educar, no está mentalizado para ello, ya que los padres actuales crecieron en otra generación, de más privaciones. Las personas que hoy tienen 50 ó 60 años están conjuradas para que hijos y nietos no pasen ni una sola penalidad alimentaria Y hay tantos mensajes contradictorios sobre lo que es bueno y lo que es malo Yo creo que es muy necesaria una reeducación alimentaria en las familias.

-Leí que, en Francia, un estudio demostró que el sobrepeso en los adolescentes va unido a un bajo nivel económico o social. ¿Las estadísticas en España dicen algo parecido?

-Sí, las encuestas lo muestran claramente: el sobrepeso es mayor en las clases medias-bajas o bajas que en las altas. Hoy, los ricos están más delgados porque son los que comen más ligero. Al contrario de lo que pasaba hace un siglo, cuando había poca carne y estar gordo era lo bueno.

-Usted analiza la modernidad de la comida. ¿Qué debemos desterrar de la tradicional y qué debemos defender con uñas y dientes?

-Es una cuestión muy compleja. La comida tradicional tampoco era la panacea. Por ejemplo, no se comía pescado fresco, era todo en salazón. Y esto que llamamos 'dieta mediterránea' se inventó en los años 60, que están ahí mismo. La cocina tradicional tiene cosas buenas, (las verduras y las legumbres), pero se ha idealizado: era muy monótona. La actual tiene más peligros, sobre todo el exceso de dulces, aunque es mucho más variada, lo que es muy importante. Habría que buscar un punto intermedio entre ambas. El Diario Montañés

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¿Quién compró la Patagonia?

Personajes como Douglas Tompkins, Joseph Lewis, Luciano Benetton o Ward Lay, son dueños de un trozo especial del planeta: la Patagonia. Propietarios de instituciones financieras o sofisticadas tiendas, arribaron a ese lugar para quedarse. Allí se erigen sus mansiones o sus ambiciosos parques ecológicos. Piñera está haciendo lo suyo en la Isla de Chiloé y hasta Marcelo Trivelli está interesado en el nuevo negocio.

Bosques milenarios cubren millones de hectáreas de selvas impenetrables. Ríos, lagos y fiordos nacen en el lado argentino de los Andes y llegan al Pacífico cargados de colores. Campos de hielo continentales con una antigüedad de 20 mil años, glaciares y ventisqueros que dan el paso al territorio antártico. Así es la Patagonia chilena, fuente de recursos inagotables. El lado argentino tiene otro plus: tres cuartas partes de las reservas de petróleo y gas de ese país están ahí.

Cuesta imaginar cuánto daría un extranjero por ver ese espectáculo. Mucho. Porque para hombres como el magnate inglés Joseph Lewis, nada es suficiente, si de concretar su sueño se trata. El mandato parece claro: hoy quien no es dueño de un trozo del paraíso llamado Patagonia, está out.

“Tío Joe” -como llaman a Lewis- tiene una billetera de 2.200 millones que lo transforma en la sexta fortuna del Reino Unido. Es el flamante propietario de restaurantes como el “Hard Rock Cafe”, “Planet Hollywood”, y de equipos de fútbol como el Tottenham Hotspur y el Vicenza, entre otros negocios. Pero Joe ama el sur. Y posee la totalidad de las tierras que rodean al lago Escondido, ubicado a 30 kilómetros de la hippie localidad El Bolsón, en Argentina. Un paraíso de casi 14.000 hectáreas atrapado entre cordillera, bosques milenarios y cielos imponentes, como dio a conocer la revista Gatopardo.

RICOS Y PATAGONES

Lewis es sólo un botón de esta cautivante tendencia: extranjeros acaudalados que llegan al fin del mundo para edificar ahí sus sueños y ambiciones. En la Patagonia argentina, por ejemplo, Ted Turner -el dueño de la CNN- se pasea tranquilo por Villa Traful, donde se ubica “La Primavera”: su ostentosa mansión. Ward Lay, nieto del creador de las papas fritas Lay y dueño de Pepsico Inc, agasaja a sus visitas en el Rancho Alusina: un lodge de pesca que se erige muy cerca de Bariloche.

Pero para los paisanos, el king de la Patagonia es Luciano Benetton, quien camina orgulloso por el glaciar Perito Moreno. En 1991 compró 900 mil hectáreas de Patagonia y 300.000 mil ovejas. En ese lugar hoy tienen una monstruosa casa de descanso. El imperio Benetton tiene hectáreas repartidas entre las provincias de Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz. Se trata de tierras cercanas a la cordillera de los Andes, a unos 30 kilómetros de la frontera con Chile.

Desde el lado chileno, cruza la cordillera en su camioneta el magnate Douglas Tompkins, ex dueño de Esprit y North Face. Este habitante del fin del mundo, posee en suelo criollo más de 300 mil hectáreas del proyecto de conservación ecológica Pumalín. Tompkins está orgulloso: hace poco su reserva fue galardonada como Santuario de la Naturaleza. Desde ahí, el magnate impregna su filosofía de ecología profunda a los miles de turistas que se dejan caer por la zona. Además del parque, en la provincia de Palena, se agregan 84 mil que posee en Corcovado, Décima Región; y 15 mil en Melimoyu, en la Isla Magdalena.

PATAGONIA VIP

Dentro de esa lista de acaudalados, en el lado chileno también figura el empresario Andrónico Luksic, quien compró 60 mil hectáreas cerca de la reserva de Huilo Huilo, en la Décima Región, para destinarlas a la conservación de bosques nativos. Además del proyecto de ecoturismo que posee Mario Kreutzberger, que abarca un considerable número de islas en la misma zona. En total, son unas 800 mil hectáreas que ya están en manos de privados.

Sin embargo, Sebastián Piñera es el referente criollo que más se parece a los hombres del fin del mundo. El presidenciable tiene una fortuna que bordea los 1.200 millones de dólares. Y tal como varios “patagones”, no pone todos los huevos en la misma canasta. Es controlador de LAN, inversionista en Marinsa, Antarchile y Pampa Calichera, la empresa con la que Ponce Lerou controla Soquimich. Además participa en el negocio inmobiliario, con empresas como Aconcagua y Valle Escondido. Y en el negocio de los medios, como dueño de Chilevisión.

Su idilio con el sur se concretó en diciembre de 2004, cuando se convirtió en el propietario de casi el 15% de todo Chiloé, a un precio de seis millones de dólares. Su sueño-ambición es crear el “Parque Chiloé”: un oasis terrestre y marino, similar al que tiene Tompkins en Aisén.

Los terrenos eran del magnate norteamericano Jaremiah Henderson. Gran parte de ellos -cerca de 140 mil hectáreas - jamás han sido pisados por el hombre. Bajo la consigna de “proteger, restaurar y conservar”, Piñera pretende abrir al público esos parajes de bosques vírgenes y fauna autóctona.

De una u otra forma, lo claro es que nadie quiere quedarse fuera del nuevo negocio. Además del paisaje, las cifras son redondas: Ward Lay, por ejemplo, gana un millón de dólares al año por concepto de turismo premium. Para él, este desierto austral se transforma en la Texas de los 50, un lugar donde todo está por hacerse.

Trivelli se suma a la causa

El ex intendente de Santiago no es un magnate, pero sí reconocido ecologista. Como tal, está negociando la compra de cerca de mil hectáreas en la parte norte de la isla Chiloé. Su sueño es construir ahí un parque ecológico. Un empresa similar a la que comparte hace diez años con otras 43 familias, incluida la ambientalista Sara Larraín. En ese tiempo, Trivelli y sus amigos invirtieron en la compra de un terreno de unas mil 900 hectáreas en Cochamó, pleno Chiloé continental. Colindante con la reserva forestal Parque Alerce Andino, levantaron lo que hoy se conoce como Parque “El Estuario”, un proyecto de preservación ecológica reconocida desde 1995 por la Conama.

Hoy, Trivelli volvió a embarcarse en un proyecto parecido, aunque esta vez como una iniciativa familiar. Bajo la consigna “yo creo en la naturaleza siempre y cuando esté habilitada para convivir con el ser humano”, Trivelli levantará ahí un parque ecológico, abierto al público.

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Los divorcios más caros de la historia... hasta ahora...

Madonna y Guy Ritchie

La cantante estadounidense ingresará en la cuenta de su ex unos 100 millones de libras y el reparto de los bienes que incluye una casa en Londres y un pub.

Tiger Woods y Elin Nordegren

La modelo sueca Elin Nordegren, podrá ahogar sus penas en 300 millones de dólares, cifra concretada en el acuerdo prematrimonial.

Silvio Berlusconi y Veronica Lario

La segunda mujer de Silvio Berlusconi ha solicitado un total de 43 millones de euros al año.

Britney Spears y Kevin Federline

La 'princesa' del pop perdió la custodia de sus dos hijos y tuvo que pagar 19 millones de dólares, que correspondían al 50% de la casa en común y las ganancias generadas.

Nicole Kidman y Tom Cruise

La 'Kidman' no salió muy bien parada, ya que de 350 millones de dólares que poseía el matrimonio la actriz australiana se quedó con 4,3 millones, una mansión en Los Ángeles y la casa de Sydney.

Michael Jordan y Juanita Vanoy

Los términos se basan en el pago a Juanita de 150 millones de dólares, que corresponde a la mitad de la fortuna de Jordan.

Thierry Henry y Claire Merry

Han llegado a un acuerdo amistoso y Henry tendrá que abonar la friolera cifra de 9,2 millones de euros a su ex mujer. Para Saber

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Los últimos días de Jean Paul Sartre

Pocos días después de la Semana Santa de 1979, los parroquianos del barrio Montparnasse en París pudieron observar en el interior de La Coupole o en la terraza del café Dôme, a un hombrecito ciego, tembleque, mal afeitado y casi decrépito blandiendo con dificultad su vendada mano izquierda. Era evidente que quienes lo podían reconocer quedaban asombrados. Se trataba de Jean Paul Sartre, la más alta expresión de la inteligencia y el pensamiento del siglo XX, el gran activista de la libertad en nuestro tiempo, que venía de ser el protagonista de un caso típico de baranda policial. Un poeta loco, Gerard de Cléves, de origen belga, a quien Sartre acostumbraba ayudar de vez en cuando con algunos francos, en una de las salidas que se le permitieron de la clínica siquiátrica resolvió acosar a su benefactor presionándolo a diario. Sartre le dio dinero durante varios días consecutivos hasta que, harto, le advirtió que no le recibiría de nuevo. Pero ocurrió que un día el hombre volvió furibundo, y mientras discutían por encima de la cadena de seguridad de la puerta - que Sartre no había querido quitar para que aquel no se entrara - el poeta enajenado sacó un cuchillo con el que le cortó su mano izquierda. Luego comenzó a golpear con violencia el portón que entre Sartre y su hija adoptiva, Arlette, lograron cerrar desesperadamente. El forcejeo fue tal, que pese a que la puerta estaba blindada, estuvo a punto de derrumbarse. Arlette llamó a la policía. Los gendarmes, sin embargo, se vieron a gatas para detener al hombre por entre los pasillos del edificio. La mano de Sartre comenzó a sangrar profusamente hasta que le fue curada y vendada. Esto ocurría un año antes de su muerte.

Los últimos doce meses en la vida del filósofo de la libertad no debieron ser, además, muy consoladores para él en lo que se refiere a la comprensión de sus amigos más íntimos. Es que hay que pensar en lo que debió haber sufrido ese viejo ciego y tierno, libre y terco y por añadidura terriblemente orgulloso, pese a la capacidad crítica que tenía de auto-cuestionarse, de reconocerse en sus propios errores y de corregirlos con sabia resignación. Porque el orgullo —no soberbia — que lo acompañó siempre, fue un orgullo inteligente y racional. Pero este anciano tembloroso y tímido comenzó a sentirse asediado por las miradas turbias de sus más próximos (cuánta razón tuvo al desarrollar sus observaciones sobre la mirada de los otros y al afirmar que son precisamente ellas, las miradas, el infierno del otro), a verse regañado, incluso a sufrir de sus más queridos, viejos y leales compinches como Pouillon, Simone de Beauvoir, Bost, Lanzmann y otros, el rigor de la censura a su pensamiento y la asechanza final a la publicación de sus ideas, como ocurrió con el último reportaje que concediera a Pierre Victor para el semanario Nouvel Observateur unas semanas antes de su muerte. Y ejemplo de esa incomprensión desmesurada y cruel, es esta declaración de Jean Pouillon, su grande amigo a Annie Cohen-Solal: Para mí era angustioso, cuando comíamos juntos, ver como se le caía la comida de su tenedor sobre las piernas, lo que exasperaba al castor (Simone de Beauvoir) y enseguida, darme cuenta de la dificultad con que él seguía una conversación normal; se demoraba un cuarto de hora para respondernos alguna cosa pertinente. Bost, Lanzmann o yo mismo hubiésemos podido prestarle la ayuda que le prestaba Victor (su secretario durante los últimos siete años) pero nosotros no teníamos tiempo".

......Con razón Françoise Sagan en su último libro, Con mi mejor recuerdo, explicando su emotivo homenaje Carta de amor a Jean-Paul Sartre —carta ésta escrita precisamente el día en que Sartre celebraba su último cumpleaños, el 21 de junio de 1979—, expresa indignada: Debo confesar que contrariamente a lo que relatan sus allegados, a los recuerdos que tienen de sus últimos meses, nunca me sentí horrorizada ni molesta por su manera de comer. Por supuesto que todo zigzagueaba un poco en su tenedor, pero era a raíz de su ceguera, no por chochez. Me da mucha rabia los que se han quejado en artículos o libros, afligidos y despectivamente, de esas comidas. Hubieran debido cerrar los ojos, si eran tan delicados, y escucharlo. Escuchar esa voz alegre, valiente y viril, oír la libertad con que hablaba.

El 4 de febrero de 1980, dos meses antes de su muerte, Sartre se hace un chequeo médico en el hospital Broussais de París. Se le encontró aparentemente normal. Los médicos no sabían, ni pudieron intuirlo, que habiendo dejado el cigarrillo, continuaba bebiendo en abundancia y amando más que nunca a aquellos sus amores contingentes. Siempre, hasta el final de su vida, estuvo rodeado de mujeres. Fue un mujeriego irredento. Muchas de esas mujeres, todas inteligentes por supuesto, ya han dado y seguirán dando sin duda sus testimonios más encendidos. Por una de ellas precisamente es que nos enteramos que un domingo por la mañana, comenzando el mes de marzo de 1980, es decir, a escasos treinta días de su muerte, Arlette lo encontró tirado sobre la alfombra de su habitación, con una terrible resaca. Supimos —dice Simone de Beauvoir— que se hacía traer botellas de whisky y de vodka por sus amigas, ignorantes del peligro. Las ocultaba en un cofre o detrás de los libros. Aquel sábado por la noche —la única noche que pasaba solo, cuando Wanda se marchaba— se había emborrachado. Arlette y yo vaciamos los escondrijos; llamé a las amigas pidiéndoles que no trajeran más alcóhol e hice a Sartre vivos reproches.

......Alrededor de anécdotas como éstas se ha desatado dentro de la familia sartriana universal, luego de su muerte, una encendida polémica. Los unos no perdonan la divulgación de ciertas escenas que aunque fueran verídicas, por lo íntimas y privadas debieron haber sido extrañas al conocimiento público. Para los otros, el mismo Sartre, totalizador él, no hubiese aceptado como válido el hecho de que se arropasen con velo de gasa las tripas de su vida mundana.

......Durante sus últimos años las personas más cercanas a él fueron todas mujeres, aparte de su secretario Pierre Victor, y casi todas ellas sus amores contingentes. Cuántas mujeres no se cruzarían por la vida del escritor que se confesaba serenamente polígamo. De ellas decía que le gustaban ante todo lindas y que las prefería a los hombres porque le parecían menos cómicas (ya Lacan había sentenciado que el hombre era particularmente cómico); que tenían una sensibilidad más desarrollada y que sus conversaciones, fluidas y naturales, se oponían a la pesadez del hombre siempre preocupado por las ideas. Para complicarse la vida un solo pensador basta y se sobra, debió haber concluido cuando decidió que prefería la compañía de las mujeres.

......Buscaba en ellas una atmósfera sentimental e intelectual bien equilibrada para que los encuentros sexuales no fueran degradantes a ninguno de los dos, y veía enriquecidas sus ideas cuando estaban contagiadas por el manto de la sensibilidad femenina. Pero nunca claudicó de su escogencia radical por las mujeres bellas. Cuando le preguntaron si alguna vez se había sentido atraído por una mujer fea, respondió tajantemente: si era real y completamente fea, no, nunca. Veía en la belleza femenina una manera natural para desarrollar su propia sensibilidad, y consideraba a la sensibilidad y a la inteligencia paralelas en el ascendente desarrollo integral del ser humano. Con los hombres, una vez que se ha hablado de política o de algo parecido —dijo en cierta ocasión—, gustosamente me callaría. Me parece que la presencia de un hombre durante dos horas en un día, aunque no vuelva a verle al día siguiente, es más que suficiente. Mientras que con una mujer esto puede durar todo el día y además continuar al día siguiente.

......Pero con todo, hay que reconocer, por encima de lo que diga Simone de Beauvoir, que fueron Victor y Arlette las personas más cercanas a él durante sus últimos años y particularmente durante sus últimos meses.

En el otoño de 1973 Sartre se enfrentó a la ceguera definitiva. Pierden entonces interés para él, por aquella época, las agitaciones callejeras, los alborotos periodísticos, el Flaubert, que de hecho abandona, la escritura, la lectura y hasta su propio aspecto personal.

......Poco se inmiscuye en el arreglo de su último apartamento en el 29 del Boulevard Edgar-Quinet y naturalmente se desentiende de archivos, manuscritos y variados papeles preciosos. Creí ver a un muerto, le dice Raymond Aron a Claude Mauriac el 20 de junio de 1979, con ocasión de una conferencia de prensa en el hotel Lutecia relacionado con el Comité Un barco para el Vietnam. A los cuatro años de edad había perdido su ojo derecho y a los sesenta y siete viene a perder el izquierdo. Aparte de la hipertensión y de la trombosis de una vena temporal, el diagnóstico fue preciso: excesos diversos, entre otros el alcóhol, el tabaco las drogas (coridrina, mezcalina, etc.). Comenzaban pues los años de la oscuridad física que vendrían a abatirlo, a debilitarlo, a hacerle decir: Mi oficio de escritor está completamente destruido. Y con ella, con la ceguera que no perdona, se acumularían los males del cuerpo, las pérdidas de equilibrio, la mala circulación de la sangre, los dolores atroces en las piernas. Se necesita ser demasiado inteligente para padecer lúcidamente todo ello. Y es entonces cuando su carácter independiente y orgulloso se derrumba y cede. Comienzan a aflorarle las muletas, todas ellas a cual más absorbentes y posesivas. La dependencia física de Sartre es deplorable aunque se haya propuesto racionalizarla, dosificarla y soportarla estoicamente. Y aparecen pues en su vida los dos personajes que a punta de amor y lealtad, de constancia y sacrificio, de inteligencia y visión futurista habrían de competirle a Simone de Beauvoir su privilegiado sitial histórico: Pierre Victor y Arlette Elkaïm. Victor, su último interlocutor intelectual y políticamente válido, el sucedáneo que escogiera él libremente y con el cual pensaba no solamente revitalizarse sino remitir sus sueños de futuro, preservar su proyecto, prolongarse en su propio pensamiento, joven filósofo judío nacido en El Cairo, militante maoísta que respondía al verdadero nombre de Benni-Lévi y Arlette Elkaïm-Sartre, nativa de Constantina, ciudad del nordeste de Argelia, también judía, a la que Sartre conoció en julio de 1956 cuando la joven estudiante preparaba en Versalles el concurso de ingreso a la Escuela Normal Superior de Sévres. Ella le había escrito hablándole de algunos trabajos escolares suyos sobre la filosofía sartriana y detallándole la reprimenda que por ello había recibido de parte de su profesor de filosofía. Esta audacia, sumada a las dotes intelectuales que él le viera y a su simpatía y personalidad, llevaron a Arlette a convertirse, el 18 de marzo de 1956, en la hija adoptiva de uno de los hombres más importantes del siglo XX. Quizás, Arlette para lograrlo, supo hacer suya la sentencia de Sartre de que la existencia no es un regalo y que cada cual está obligado a legitimarla con sus actos. Ella y Victor conocían muy bien la filosofía sartriana del proyecto y lo hicieron a él a Sartre, el suyo propio, legitimando con la compenetración que alcanzaron con el filósofo, el derecho a ser reconocidos no sólo como sartrianos puros sino también como los dos últimos compañeros de ruta del sabio anciano ciego. La una como su hija, y el otro como su amigo y sucedáneo intelectual.

......Pero nada en esta vida nace o muere impunemente, nada alcanza gratuitamente el verdadero color rosa que añoramos de las cosas. En el entorno de Sartre, el aleteo de los celos y las incomprensiones, de la discordia y la competencia, afloran al tiempo que ellos dos se acercan con su afecto. La antigua familia sartriana reclama sus derechos pontificales y se atrinchera en el Templo; crea el Alto Tribunal Sartriano que está representado en lo intelectual por Bost, Lanzmann y Pouillon y en lo sentimental por Simone de Beauvoir. Sin embargo, la nueva familia no se detiene y responde: Usted traicionó a Sartre, dice Arlette a Simone de Beauvoir: ...y sería una cobardía de mi parte continuar callada. Yo hice lo posible por convertirme en sus ojos mientras usted no hizo nada para sentarse a su lado y, leyéndole punto por punto, le hiciera conocer aquello con lo que usted no estaba de acuerdo con él. Créame que él se sorprendió de que usted no hiciera nada...", etcétera.

......La ejecutora testamentaria de Sartre, su hija adoptiva, Arlette Elkaïm, no sólo estaba desplazando en los afectos a quien fuera su compañera de vida durante 50 años, sino que repentinamente y en forma acusatoria, venía a erigirse como la detentadora de la verdad, al menos de la última verdad sartriana. ¿A cuál de las dos creerle? Creemos que ni siquiera Sartre hubiera podido dirimir con justicia esa querella. Pero también Víctor, cuyos siete años de secretario y amigo íntimo le habían dado ciertos derechos —no todos gratuitos por cuanto se dice que llegó a conocer más a fondo la filosofía sartriana que el mismo Sartre, e incluso que le condujo las últimas lecturas al filósofo—, acosado por insultos como el que le hiciera Goldmann de ser un talmudista extraviado en el maoísmo, o el hombre de ninguna parte, que dijera Maurice Clavel, o la prótesis de naturaleza dudosa de Pouillon y que a sus 28 años tenía la desfachatez nunca vista de tutear a Sartre, debió responder que era lamentable que Simone de Beauvoir no hubiese comprendido que su relación con Sartre llevaba implícita la sobrevivencia intelectual de éste.

......Cuando Sartre conoció a Víctor, éste último se encontraba atravesando una difícil situación política. Era un apátrida sin documentos legalizados en ningún país del mundo. Sartre, a petición suya, resolvió engancharlo como su secretario y asignarle un sueldo que le permitiera aparecer ante las autoridades francesas como alguien a quien podía dársele una carta de estadía temporal. Pero con el tiempo fueron tales las simpatías que desató en él, que Sartre se dirigió al entonces Presidente de la República, Valéry Giscard d'Estaing, en una muy conmovida y antisartriana nota rogándole su intervención personal para que se le otorgara la naturalización francesa a su protegido.

......Entre otras cosas le decía: ...mi vista reducida hará que la lectura y la escritura me sean en adelante imposibles. Tengo por la tanto necesidad de este muchacho para terminar mi obra. El me ayudará a rematar mi Flaubert... ¡ Y todo este humilde y quejumbroso ruego dirigido nada menos que a un hombre de Estado, ex-ministro de De Gaulle y presidente de Francia! Giscard, pese a conocer de la dificultad de la diligencia por tratarse de un reconocido militante extremista, se apresuró a complacer al invidente filósofo. Ya De Gaulle había dicho en su hora que no se encarcelaba a Voltaire cuando Sartre tuvo dificultades con la policía durante su gobierno, y ahora Giscard advertía que no había favores imposibles si se trataba de Sartre, un francés que con su pensamiento supo fecundar como ningún otro nuestro siglo. Ahora bien, en 1978 habría de comenzar el estallido de la crisis última de la gran familia sartriana. De pronto, Sartre no parece interesarse más en sus antiguos discípulos, toma sus distancias frente a Simone de Beauvoir a quien ve demasiado posesiva y dominante, no quiere saber nada de Les Temps Modernes y públicamente se le ve feliz, productivo y sereno junto a sus dos nuevos discípulos. Sobrevive intelectualmente gracias a ellos, ve por sus ojos, le leen y le informan, sus mentes le agitan su mente; Arlette le describe las imágenes de las películas en TV, lo lleva a pasear a la casa que ella tiene en el midi; Víctor le discute fieramente para que no se duerma, lo conmina a que se repase y corrija, le alimenta sus sueños de seguir escribiendo. Los dos le hacen ver que ellos prolongarán su propio proyecto. Él entonces comienza a hablar entusiasmado de su próximo libro que, desde luego, se hará a dos manos con Víctor: Poder y Libertad. Es para mi un libro sobre la política y la moral que quisiera ver terminado al final de mi vida, declara. Está radiante. No quiere que los celos de sus envejecidos primogénitos enturbien su dicha. Intenta aislarse un poco de aquellas tensiones pero no lo logra. Está allí entre la jauría, impotente, casi dócil. Y es entonces cuando uno imagina sus gestos confusos y su aire perplejo recubriéndole el rostro de su inteligente resignación y de su sabia paciencia. Cuando uno imagina, además, su inexorable desconsuelo, lo profundo de su tristeza y quizá también, por qué no, su alegría de no poder ver la codiciosa mirada de los otros posada sobre su endeble humanidad, devorándole como buitres su propia razón y sus principios en una lucha feroz por perpetuarlo como una momia histórica, intocable, inmutable, y pétrea, que nada tiene que ver con él y que él mismo rechazara en el 64 cuando la Academia sueca creyó recuperarlo con el Nobel de Literatura desde Las palabras, suponiendo que con ellas el autor se despedía definitivamente de su desafiante vida intelectual, arrepintiéndose. Y tiene que imaginarlo uno por último envidiando desde su corazón generoso Una muerte muy dulce, él, que tendría una muerte tan amarga. Allí nos parece verlo en el café Dôme, sombrío y ensimismado en medio del alboroto.

......Y es precisamente a raíz de una serie de reportajes que toda aquella antigua unión fervorosa de su familia se verá quebrantada. Luego de una gira de cuatro días por Israel en compañía de Arlette y Víctor, éste lo interroga y prepara un texto con tres reportajes que envía a Nouvel Observateur en donde no sólo tutea a Sartre, sino que firma: Sartre-Víctor. Además, según los antiguos, con conceptos débiles, ambiguos, contradictorios. Una nueva filosofía vaga y blanda que Víctor le atribuye, dicen. Lo arrastró a renegarse de sí mismo, afirma Simone de Beauvoir, Arlette y Víctor lo están manipulando, agrega.

......Ese giro sorpresivo del pensamiento de Sartre no sería permitido. Se pone en acción una formidable fuerza de presión para impedir que se publicara. Es lamentable, le reclama airada Simone de Beauvoir a Sartre. Déjalo, yo no le doy ninguna importancia, afirma ella que le respondió él. Y sin embargo, la lucha continúa por impedir la catástrofe, su publicación. Todos a una arrecian en su empeño. Y es entonces, según parece, en ese mismo instante en que ella le dice que es lamentable y él le contesta que lo deje, cuando se produce la ruptura total y definitiva de los dos viejos amantes del moderno siglo XX, dos meses antes de que el filósofo de la libertad, de la existencia y de la vida, muriera.

......En medio de toda la barahúnda, dice Jean Daniel, el responsable de Le Nouvel Observateur, "estaba a punto de llamar a Sartre en presencia de Horst y sin darme tiempo de que lo hiciera, el mismo Sartre me llamó. Su voz tenía una nitidez perfecta y hablaba con extrema autoridad: Creo saber que usted esta atormentado, me dice, yo sé que mis amigos han hecho su agosto. Soy yo, Sartre, quien le pide publicar ese texto y publicarlo integralmente. Si usted por ningún motivo quisiera hacerlo, yo lo publicaré en otra parte, aunque le quedaría agradecido si es usted quien lo hace. Sé que mis amigos lo han prevenido pero ellos se engañan. Lo que ocurre es que el itinerario de mi pensamiento se les escapa a todos, incluida el Castor Muy raras veces, continúa Jean Daniel, Sartre había sido tan nítido, tan preciso, tan dueño de su pensamiento y de sus palabras. De otra parte, cuando le dije que había un pequeño error en el texto y que yo estaba preocupado porque quería que fuera corregido por él, le pregunté: ¿Tiene usted a mano el texto? Me respondió: Lo tengo en la cabeza. Y, en efecto, se lo sabía de memoria. Cuento con usted, me dijo para terminar".

......Pero no son Simone de Beauvoir y Victor quienes chocan directamente en esta ocasión, como debió ser, teniendo en cuenta que ella le atribuía a éste una abierta manipulación del pensamiento y la voluntad sartriana y sabiendo que ya habían tenido un fuerte altercado con anterioridad. Son, quién lo creyera, aquella propia pareja mítica, los viejos amigos, los ancianos e inseparables amantes; él le mostró, en su apartamento del Boulevard Edgar-Quinet, los originales de la entrevista provocando en ella un desconcierto total, la consternación encarnada. Sobre los detalles de lo que nosotros nos atrevemos a llamar la primera y última ruptura de los dos grandes escritores, cuenta Arlette Elkaïm Sartre, la más confiable y cercana de las fuentes: Sartre no se encolerizaba nunca, era un hombre sólido que no se contrariaba por nada. Después de esta escena, y por primera vez, demostró una inmensa contrariedad. Anteriormente él jamás me habló de haber tenido contrariedades con el Castor; después de esta crisis, por primera vez, me dijo que no la comprendía; que luego de la lectura de las entrevistas, ella se había puesto furiosa; que había llorado y que había tirado, regándolos por toda la pieza, los textos de la entrevista. Que él quiso explicarle: "Pero hablemos de ello, Castor", le dijo, pero que ella no había querido, no había podido hablar. Sartre quedó, según la versión de Annie Cohen Solal, profundamente turbado por esta ineluctable alteración de sus relaciones con Simone de Beauvoir. Y se pregunta enseguida: De otra parte, en el curso de los dos meses que separaban esta escena del fin de su vida, ¿sus profundos lazos pudieron restablecerse verdaderamente? A lo que responde Sartre, según versión de Arlette: Yo todavía he almorzado con esas dos musas austeras (se refiere a Castor y a su amiga Sylvie) y ni siquiera me dirigieron la palabra.

......Simone de Beauvoir en La Ceremonia del Adiós hace alusión completa de este asunto, pero se cuida de tocar a fondo el altercado remitiéndose a atacar duramente a Víctor y a Arlette: Víctor era apoyado por Arlette, que desconocía por completo la obra filosófica de Sartre y simpatizaba con las nuevas tendencias de Víctor; aprendían juntos el hebreo. Ante este acuerdo, a Sartre le faltó esa perspectiva que sólo habría podido conseguir con una lectura reflexiva y solitaria: así pues, se doblegaba...

......¡Cómo no pensar entonces en la soledad amarga del anciano y ciego filósofo, de un hombre que no conoció la gratitud en esta vida y que, sin embargo, le dio luces a su siglo y ayudó a aclararlo, si lo que lo rodeaba en el ocaso de su existencia no era otra cosa que el conjunto de barrotes acerados de sus celosos discípulos cercándolo, el ruido y los entrecejos, los cortantes rictus del odio y de la envidia! Gris y triste debió verse el rostro del talentoso y obcecado pensador cuando su propio pensamiento, al final de su vida, se veía contradicho y enjuiciado por sus herederos espirituales. Del obcecado pensador, decimos, porque las palabras fieles de Jean Daniel confirman su terquedad y también su lucidez, su talento y su honestidad.

......Su formidable humor de hombre grande debió encerrarse huraño y extrañado entre los pliegues de su corazón desconcertado. Pero su obcecación la interpreta Simone de Beauvoir, después de su muerte, así, miserablemente: Sartre se entercó porque estábamos contra él; redobló su entercamiento por debilidad... pensaba que yo no lo comprendía, creía que yo lo manipulaba, siendo que él era manipulado por Víctor y Arlette, hacia la que se había inclinado hábilmente después de la crisis del 78. Estaba desgarrado por todo eso y no tenía deseos de darse cuenta de la verdad... Sartre no delegaba en nadie la pretensión de ser el futuro de Sartre, pero él ya no contaba con sus ojos, no tenía futuro y sabía muy bien que estaba condenado próxima e irremediablemente a la muerte..."



ME TRATABAN COMO A UN MUERTO QUE TIENE EL INCONVENIENTE DE MANIFESTARSE

......Pero no podemos dar por terminado este episodio sin traer a colación dos testimonios más. El primero, de Robert Gallimard, su editor de siempre, quien afirma que Sartre le dijo por esos días: Vamos, Robert, usted no vaya a ser como todos los demás, no vaya a joderme también. Dése cuenta, condenarme a nombre de los sartrianos, es como para morirse de la risa.

......Y el último con relación al asunto, de Arlette: A él no le molestó tanto la crítica como la apropiación por el grupo de Los Tiempos Modernos de la verdad sartriana. Me dijo: Me tratan como a un muerto que tiene el inconveniente de manifestarse... él acababa de poner en tela de juicio el libro de Simone de Beauvoir Final de cuentas, en donde ella hacía un balance de sus vidas...

......El inmenso Sartre, como dijo alguien, aquel hombre que ocupara su siglo como Voltaire y Hugo ocuparon el suyo, llegaría también a su final. Había dicho que quería que su muerte no entrara en su vida, que no la definiera, por cuanto él quería ser siempre un llamado a vivir, pero no había previsto la anarquía y la soledad que le rondarían durante sus últimos días.

......El jueves 20 de marzo de 1980, mientras aparecían en Nouvel Observateur los famosos reportajes que le irían a amargar la víspera de su definitivo descanso, bajo el título de La Esperanza Ahora, firmados por Benni Lévy, el verdadero nombre de Víctor, Sartre es internado en el hospital Broussais. Aquella mañana a las nueve, Simone de Beauvoir fue a su apartamento del Boulevard Edgar-Quinet a despertarlo. Lo encontró sentado en el borde de la cama semiparalizado, en medio de una atroz crisis que se le repetía y a la que él había denominado en ocasión anterior aerofagia.

......Llamaron de urgencia a los médicos y a punta de oxígeno se lo llevaron en una ambulancia en estado de extrema gravedad. Eran aproximadamente las 11:00 a.m. Simone de Beauvoir confiesa que regresó al apartamento de Sartre, se arregló allí por última vez y se fue a cumplir un compromiso de almuerzo que tenía con Jean Pouillon. Sartre grave, metido dentro de una ambulancia, atravesaba las calles de París bajo el ensordecedor ruido de las sirenas y ella no había indagado siquiera por el sitio donde sería recluido. Cuando terminó de comer, enterada ya del nombre del hospital, se dirigió allí en compañía de Pouillon. Se encontraba en la sala de reanimación, cuenta después, no estuve mucho tiempo allí... no quería hacer esperar a Pouillon... El viernes 21 por la tarde, los médicos le comunicaron que tenía un edema pulmonar y sufría de fiebres altas que lo llevaban a delirar.

......Que, además, la falta de irrigación en los pulmones, lo tenía en ese estado de gravedad. Entonces Sartre y Simone de Beauvoir discutieron. Ella le dijo que todas esas cosas que decía en medio de su delirio eran puros sueños y nada más. Me dijo que no, con aspecto enojado, cuenta ella misma que le respondió él.

......A los pocos días volvió a recaer y fue llevado de nuevo a la sala de reanimación. Como su vejiga le funcionaba mal, le hicieron una desviación y podía vérsele llevar, cuando se paraba a caminar, una bolsa de plástico llena de orina que colgaba de su entrepierna. Fue cuando por primera vez se habló de uremia. El doctor Housset le hizo una reflexión científica que interpretada por Simone de Beauvoir y vista hoy en perspectiva, no deja de ser polémica e históricamente controvertible. Los médicos me explicaron después —dice ella— que los riñones ya no estaban irrigados, y por consiguiente ya no funcionaban. Sartre orinaba, pero no eliminaba la urea. Para salvar un riñón hubiera sido necesario una operación que no podía soportar; y entonces sería el cerebro, por donde la sangre no circularía correctamente, lo que provocaría la chochera. No había más solución que dejarlo morir en paz.

......La falta de circulación sanguínea hizo que la gangrena le invadiera el cuerpo y que las escaras o costras lo cubriera todo y le dieran un aspecto repugnante, que al mismo tiempo lo hacía sufrir a causa de las constantes curaciones a que era sometido.

......Entre tanto las visitas se fueron sucediendo bajo el control riguroso de su hija adoptiva, Arlette. Víctor fue llamado de urgencia a El Cairo en donde se encontraba por esos días preparando un reportaje para el Corriere de la Sera y cuenta que cuando entró en su pieza, Sartre se despertó y le dijo: Ah, Víctor, vamos a mejorarnos pronto, tú sabes. Pero la única especulación que realmente nos interesa por ahora es la que se refiere a sus últimas palabras.

......Georges Michel asegura que sus últimas palabras fueron las que le dirigió a Pouillon cuando éste le alcanzara un vaso con agua: La próxima vez que bebamos juntos —habría dicho Sartre— será en mi casa y con whisky. Annie Cohen-Solal ratifica la anécdota pero como ocurrida un día... y Simone de Beauvoir, admitiendo la exactitud de las palabras de Sartre a Pouillon, niega que éstas hubiesen sido las últimas. Dice que un día Sartre le habló preocupado sobre los costos del entierro: ¿Cómo vamos a hacer para pagar los gastos del entierro?, le habría dicho él ansioso y contenido a la vez, mientras ella se ponía a explicarle lo de la Seguridad Social y a desviarlo de esa torturante preocupación.

......Ya al otro día, asegura, Sartre, con los ojos cerrados, la agarró de la muñeca y le dijo a ella sus últimas palabras: "Je vous aime beaucoup, mon petite Castor".

......Pero que sea el contradictorio encanto de una amor eterno y total, esencial y no contingente, un amor ambiguo y absorbente, dominante, un amor que, lo admitimos también, habría que salvar para la historia, quien nos guíe hacia el itinerario de una muerte que nos hizo pensar que el siglo XX no tendría una segunda oportunidad de lucidez y se había encaminado irremediablemente hacia la estupidez y la locura. Que sea ese amor con todos los derechos adquiridos quien nos cuente el final de Sartre a todos aquéllos que amaron a Sartre, que lo aman o que lo amarán, pero respetando en todos ellos, en todos nosotros, que quisiéramos ocupar los tres tiempos, el derecho que también tenemos a amar la verdad.

......Y hay que decirlo ya, de una vez por todas: a lo largo de esta historia hemos visto la versatilidad de Simone de Beauvoir para narrar su historia, su afán por llegar de primera a una versión. Y todo eso nos parece no sólo sospechoso, sino muy difícil de equilibrar. Pero, en fin, ningún relato, ningún relato histórico es refractario a ciertas mentirillas.

......Y por eso habría que descubrir muy bien, entre líneas, los matices de su humor, de ese humor con que le dejara impregnada Sartre cuando debió haberle dicho que no más, que estaba harto de depender de su poderosa benevolencia, que él no estaba loco ni chocho, que tenía su mente lúcida y tenía derecho a dejar que su pensamiento evolucionara, así fuera por la sola razón de sus interminables diálogos con el joven maoísta Víctor, o por su postrera militancia callejera; o cuando ella, según él mismo lo refiere, lanzó su pensamiento al suelo de la sala desparramando hojas y lágrimas de soberbia. Y queda además por saber qué hubiese pasado si Víctor y Arlette también hubieran tenido la oportunidad de su intimidad durante los cincuenta años siguientes. Ni siquiera el amor pudo vencer el desarrollo de su inteligencia. El amor así, absorbente, caprichoso y dominante es una trampa. Fue quizás ese amor amargo el que le hizo contar los últimos diez años de Sartre como los contó y el que le hizo tejer así, con espíritu casi infecto, el relato de su muerte. Veámoslo:

......El 14 de abril, cuando volví, dormía; se despertó y me dijo unas palabras sin abrir los ojos: después me ofreció la boca. Le besé en la boca, en la mejilla. Se durmió. Estas palabras, estos gestos, insólitos en él, se situaban evidentemente en la perspectiva de la muerte.

......Housset me afirmó también que las contrariedades que había padecido no habían influido para nada en su estado; una crisis emocional violenta le habría ocasionado, quizá, en un momento dado, algunos efectos funestos pero, diluidos en el tiempo, las preocupaciones, los disgustos, no alteraron en absoluto la causa de la enfermedad... .

......El martes 15 de abril por la mañana cuando pregunté, como de costumbre, si Sartre había dormido bien, la enfermera me respondió: 'Si, pero...'; fui enseguida al hospital. Dormía, respirando con bastante dificultad; visiblemente estaba en coma desde la noche anterior. Durante unas horas, me quedé allí mirándolo. Hacia las seis dejé el sitio a Arlette, diciéndole que me llamara si ocurría cualquier cosa. A las nueve sonó el teléfono. 'Se terminó'. Fui con Sylvie. Se parecía a sí mismo, pero ya no respiraba. Sylvie avisó a Lanzmann, a Bost, a Pouillon, a Horst, que vinieran enseguida. Se nos autorizó a permanecer en la habitación hasta las cinco de la mañana. Rogué a Sylvie que fuera a buscar whisky y estuvimos bebiendo y charlando.... En un momento dado, rogué que me dejaran sola con Sartre y quise tenderme a su lado, bajo las sábanas. Una enfermera me detuvo: 'No, cuidado... la gangrena'. Entonces comprendí la verdadera naturaleza de sus escaras. Me acosté sobre la sábana y dormí un poco. A las cinco entraron unos enfermeros. Cubrieron el cuerpo de Sartre con una sábana y una especie de funda y se lo llevaron.

......Fui a casa de Lanzmann a terminar la noche y también pasé allí la del miércoles. Los días siguientes me alojé en casa de Sylvie... Lanzmann, Bost y Sylvie se ocupaban de todas las formalidades... El viernes comí con Bost y quise volver a ver a Sartre antes del entierro. Trajeron a Sartre en un ataúd vestido con el traje que Sylvie le había comprado para ir a la Opera; era el único traje que tenía en mi casa y ella no había querido subir a la casa de Sartre para buscar otro. Estaba sereno, como todos los muertos, y como la mayoría de ellos, inexpresivo. El sábado por la mañana nos reunimos en el anfiteatro... unos hombres cubrieron con la sábana el rostro de Sartre, cerraron el ataúd y se lo llevaron... Un inmenso gentío nos seguía: cerca de cincuenta mil personas... Cuando me bajé del coche, el ataúd estaba ya en el fondo de la fosa. Pedí una silla y permanecí sentada al borde de la fosa... Me encontré en casa de Lanzmann con algunos amigos... Fuimos todos a cenar a Zeyer, en un salón particular... No me acuerdo de nada. Dicen que bebí mucho, que fue necesario ayudarme a bajar las escaleras... El miércoles por la mañana tuvo lugar la incineración en el cementerio de Pére-La chaise, pero me encontraba demasiado agotada para ir... Las cenizas de Sartre fueron trasladadas al cementerio de Montparnasse... Hay una cuestión que en realidad no me he planteado y el lector quizás lo haga: ¿No debería haber prevenido a Sartre de la inminencia de su muerte...? Hasta aquí la historia de Simone de Beauvoir.

......Lanzmann, Bost y Pouillon, incómodos en estos días por el remezón familiar dado por Víctor y Arlette, van pues a encargarse de los pequeños detalles del entierro. En el cementerio de Montparnasse los atiende su director. Ya Sartre había dicho que quería ser incinerado y que sobre todo, sobre todo, quería escapar al lugar que le habían reservado en el cementerio de Le Pé re-La chaise al lado de su madre y su padrastro. El director del cementerio les ofrece una tumba entrando a la izquierda, provisional, con la promesa de que después será trasladado definitivamente al primer corredor de la derecha. Ustedes verán, les dice, es un sitio muy tranquilo y no está muy lejos de Baudelaire. De otra parte, si no recuerdo mal, Sartre había escrito un libro sobre Baudelaire, ¿no es cierto? Todo un señor, el señor director. E inclinándose un poco hacia el oído de Pouillon, con un gesto circunspecto, le susurra: Yo sabía muy bien que él vendría a donde nosotros.

......El presidente de Francia, Giscard d'Estaing, al enterarse del rechazo por parte de sus amigos para unos funerales oficiales, reclama de su familia el privilegio de una visita suya al hospital para rendir un homenaje personal al filósofo, no sin antes advertir: Jean Paul Sartre rechazaba todos los honores. No conviene por lo tanto que el homenaje del presidente de la República parezca contradictorio a su escogencia íntima. El 6 de mayo de 1985, Valéry Giscard d'Estaing narra sus impresiones: Yo llegué al hospital. El director me esperaba para saludarme; después di vuelta a la izquierda y debajo de un cobertizo me encontré el féretro de Sartre junto a otro ataúd. Me quedé allí durante una hora. Nadie más vino. En la parte de afuera había mucha agitación de parte de la prensa. Y yo estaba ahí, solo, recogido delante del féretro de Sartre, debajo de un cobertizo banal y anónimo. Al salir, pensé que Sartre hubiera amado este homenaje sin parada del primer personaje del Estado.

......Aquél sábado 19 de abril de 1980 a las dos de la tarde, el cortejo fúnebre comienza su largo y lento recorrido de tres kilómetros bajo un cielo grisáceo. La tumultuosa y cálida muchedumbre, de la que se dijera que había sido la última manifestación del 68, atraviesa las perplejas y mudas alamedas parisienses. Desde la terraza del sartriano café La Coupole, en Montparnasse, próximo al cementerio y a su apartamento, los garçons inclinan reverentes sus cabezas ante los despojos mortales del hombrecito ciego, torpe y generoso que durante los últimos años se les prodigó en propinas y visitas.

......Pero como si la parábola sartriana hubiese sido superior a la inteligencia y al amor de sus amigos, nadie lo despidió a él con la palabra, a él que había despedido a tantos, que erguido sobre sus tumbas había despedido a Camus, Merleau-Ponty, Nizan, Gide, Togliatti, Fanon...

......Una tarde brumosa del otoño de 1974, en París, Jean Paul Sartre, velados sus ojos por la ceguera pero con aquel mismo espíritu crítico y lúcido y libre que lo convirtiera en la más alta conciencia de nuestro siglo, le dijo a Simone de Beauvoir: ... la muerte, sin embargo, no me causa miedo y me parece natural. Natural en oposición al conjunto de mi vida que ha sido cultural. En última instancia, es la vuelta a la naturaleza y la afirmación de que yo era naturaleza... escribí. Eso fue lo esencial en mi vida.

Artículo creado por Germán Uribe. Extraido de: http://www.ucm.es/info/especulo/numero7/jpsartre.htm

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