Las alarmas de nutricionistas e instituciones ya han saltado. Mientras la crisis financiera hace mella en los hábitos de compra de las familias medias, los estudios hablan claro. España se está alejando peligrosamente del patrón tradicional de la dieta mediterránea y encabeza las listas de países europeos donde más se incrementa el consumo fuera de casa.
El Ministerio de Medio Ambiente, el más actualizado y completo, calcula que el año pasado "una tercera parte del gasto total en alimentación de los españoles", unos 90.000 millones de euros, se realizó fuera del hogar y que entre finales de 2008 y principios de 2009 se registraron 6.810 millones de "visitas individuales a establecimientos".
Lejos de considerar el consumo extradoméstico como una costumbre insalubre de por sí (se puede comer mejor en un restaurante que en casa, por supuesto), los analistas señalan más bien los hábitos y los inconvenientes que a menudo acompañan este consumo: las prisas, la irreflexión a la hora de pedir o la baja calidad de los productos.
"Los españoles creemos comer mejor de lo que en realidad comemos, lo que se convierte en un problema a la hora de convencer a la gente de que tiene que cambiar sus hábitos", apunta Geles Duch, nutricionista y responsable del Grupo de Apoyo Nutricional, entidad barcelonesa que organiza cursos de educación alimentaria, una disciplina que parece cada vez más necesaria si consideramos las conclusiones de la SEN en una valoración del comportamiento alimentario. "La dieta de los españoles se ha modificado notablemente en los últimos 40 años, alejándose del modelo tradicional de la dieta mediterránea, por lo que se deben diseñar estrategias que fomenten la alimentación saludable, comercialización y distribución", señala la investigación. "Todo ello sin olvidar el componente de placer de los alimentos, que se considera clave para mantener o recuperar los hábitos alimentarios".
La nutricionista Geles Duch, basándose en su experiencia de asesoramiento, recuerda que comer mejor es un reto alcanzable. "Hace unos 50 años, por poner un ejemplo, los alemanes comían mucho peor que España. Pero han hecho muchos esfuerzos por cambiar y, con el tiempo, han logrado mejorar su estilo alimentario", cuenta. En España, en cambio, se ha ido perdiendo el valor de la disciplina alimentaria que marcó a muchas generaciones. "Antes, en las familias se comía lo que tocaba. Ahora es mucho más complicado. Hoy se dan casos de familias en las que si se presentan verduras y pescado para cenar, estos productos son rechazados".
14 ene 2010
La dieta meditarránea en España, ¿un mito?
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