¿Qué pasa con el lujo si hay crisis?
Joan Barril Martes, 26 de octubre del 2010 El Periódico
Camino por Pau Casals a las siete de la tarde. Una tienda de bolsos luce sus productos en el escaparate y un hombre elegante como si se tratara de un introductor de embajadores abre y cierra la puerta. A menudo los bolsos son más caros como contenido que por su contenido, pero a pesar de esta contradicción el escaparate se va vaciando. Más allá, en una terraza cercana a Pedralbes un chico con pulóver que se ve suave desde la lejanía muestra a sus amigos un Porsche Cayenne. Dice que ya sabe que ese tipo de coches forma parte del pasado, pero un Porsche es un Porsche. Y la vida, en tiempos de crisis, dura más que una temporada. Entre un estrépito de crustáceos, un restaurante simpático y no precisamente barato intenta llegar a todos los comensales. En una mesa, un hombre solo pide un plato de angulas. La carta indica que ese plato de angulas va a 85 euros. El vino está en consonancia con lo que el solitario va a degustar dentro de poco. La crisis existe, pero cuando se encuentra con el lujo, ¿quién vence?
Paseando por la Bonanova entro en uno de los templos de la automoción. No es el primero. Hace unos minutos en un concesionario BMW poco ha faltado para que me dieran un coche de alta gama. Me detengo en Auto Beltrán, que se dedica a los Mercedes.
Consumo irreal
3 Xavier Beltrán me recibe. En el mostrador, una bandeja de cruasanes rellenos de chocolate indican la dolce vita del consumo antiguo. «¿Se vende más ahora que hace unos tres años?». Evidentemente hace tres años el consumo era irreal. Ahora las cosas vuelven a la normalidad. La gente se compra un coche porque lo necesita, en ningún caso por el simple hecho de cambiar. «No únicamente eso: los coches de superlujo se han acabado. Y los coches ostentosos, al menos en Catalunya, se esconden. Es decir: que se venden, pero que raras veces circulan».
Recuerdo a un amigo mío que tiene un espléndido Jaguar verde oscuro con tapicerías de piel de color crema. Tras una comida me llevó a su garaje y me lo enseñó. «Este coche no sale de aquí. Solo lo uso para tumbarme en el asiento posterior y echarme una siesta». Existe un prurito especial a la hora de mostrar las propiedades. «No sería de buen gusto que un empresario que acaba de firmar un ERE por el que 50 familias se han quedado sin ingresos vaya por la calle en un coche excesivo».
Por suerte para las grandes factorías europeas, el mercado chino ha salvado a todos. «Mire usted», me dice Xavier. «Hace cuatro años la China se llevaba 15.000 Mercedes. Hoy ya son 65.000. Y se trata de coches no tan austeros como suelen ser los vehículos alemanes. Los nuevos millonarios chinos quieren de todo en el interior de sus vehículos».
O sea, que la crisis existe pero no para todo el mundo. Porque el dinero está ahí: lo ha demostrado la reciente y exitosa velocidad con la que han desaparecido los bonos de la Generalitat al 4,75%. Pero, mientras tanto, sobre el sector de la automoción, ese al que los contribuyentes mantenemos con dineros públicos, se le aplica una subida del IVA, un nuevo aumento de la matriculación y un constante incremento del precio de los carburantes. A pesar de todo, el lujo existe, aunque sea para encerrarlo en un garaje y esperar despertarnos de la siesta con ese aroma a piel y a tabaco enfriado que las economías eternas saben administrar tan bien.
China pasa a ser el primer mercado de coches alemanes
El país asiático superará este año a Alemania en la compra de marcas germanas
Martes, 26 de octubre del 2010
RUBÉN GÓMEZ DEL BARRIO / Berlín
Por primera vez en su historia, la industria del automóvil alemana venderá este año más vehículos en China que en su propio territorio. Así concluye un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Automotrices de la Universidad de Duisburgo-Essen, que prevé que las ventas en el gigante asiático alcancen este año 2,1 millones de vehículos frente a los dos millones que se matricularán en el territorio germano.
Alemania dejará de ser el principal mercado para la producción de las marcas automovilísticas de ese país, que es uno de los mayores proveedores de vehículos del mundo, y cederá el primer lugar como comprador a China. Este cambio es solo el principio si se tiene en cuenta que el año pasado se vendieron 2,5 millones de coches alemanes en Alemania mientras que 1,6 millones se fueron para el país asiático.
«El mercado de Alemania para la industria del motor se convertirá en insignificante», aseguró a tenor de estos datos el director de este instituto de investigación, Ferdinand Dudenhoeffer. De hecho, el mismo estudio puntualiza que hasta el 2025 el mercado en China irá creciendo hasta los 30 millones mientras que las ventas en el territorio germano se estancarán en los tres millones de unidades. «China es el nuevo centro de la industria automotriz global», matizó Dudenhoeffer, lo que -por otro lado- comporta que el empleo del sector se traslade cada vez más al país asiático.
Volkswagen, el mayor fabricante europeo, tiene previsto construir en territorio chino antes del 2015 tres nuevas fábricas, tras las que dispondrá en este país de tantas cadenas de montaje como en Alemania. Algo que, de llevarse a cabo, puede llevar a que, en los próximos 10 años, se fabriquen coches de marcas alemanas en China para que posteriormente sean vendidos dentro de las fronteras germanas.
MÁS PRODUCCIÓN / Los datos del estudio no han sorprendido al sector. La matriz de la alemana Opel, General Motors, ha anunciado que en el futuro se convertirá en el primer fabricante de coches en China y que comenzará a exportar su pequeño sedán familiar New Sail de Chevrolet, de fabricación china, a otros países emergentes de América del Sur, el norte de África y Oriente Medio. Una decisión que deja claro que los grandes fabricantes automotrices mundiales están comenzando a utilizar a China como base para la manufactura de bajo coste de productos destinados a mercados emergentes.
De hecho, también Audi ha comunicado que este año venderá unas 200.000 unidades en ese país asiático, además de marcarse el objetivo de aumentar esta cifra hasta el millón de vehículos para el 2013 y de inaugurar al mismo tiempo más de 400 puntos de venta. Junto al auge de China, el director general de BMW, Norbert Reithofer, aseguró que su compañía seguirá expandiendo su presencia en Estados Unidos al considerar que el país norteamericano se mantendrá como el principal mercado de vehículos de lujo del mundo.
25 oct 2010
Lujo en tiempos de crisis
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