30 dic 2010
Isabelle Caro, muerte por anorexia
La modelo y actriz francesa Isabelle Caro, quien en 2007 posó desnuda en una campaña publicitaria mostrando su cuerpo devastado por la anorexia para alertar sobre esta enfermedad, murió el pasado noviembre, informó hoy el diario helvético "20 Minutes".
La primera noticia de la muerte de la modelo de 28 años fue divulgada a través de una red social por un amigo. La joven había provocado una verdadera conmoción con las fotografías para una marca de moda que cubrieron las vallas publicitarias de Italia hace tres años, hasta que fue prohibida.
En medio de la campaña, dirigida por el fotógrafo Oliviero Toscani, conocido por sus ideas provocadoras, Caro explicó que había aceptado posar para alertar a las jóvenes sobre el peligro de las dietas, de los dictados de la moda y de la anorexia.
Su objetivo, dijo claramente, era sensibilizar a las mujeres sobre esa amenaza, que pesaba sobre su vida desde que ella tenía 13 años y que le había llevado a pesar 31 kilos para 1,64 metros en el momento en el que participó en la campaña de publicidad.
La muerte de Caro, que fue mantenida en secreto por la familia, ocurrió el pasado 17 de noviembre y su causa no ha sido revelada.
Su amigo Vincent Bigler señaló al diario suizo que la actriz había estado hospitalizada durante dos semanas por una neumonía y que últimamente mostraba un estado de extrema fatiga, aunque indicó que no conocía el motivo exacto del fallecimiento. Ver vídeo en La Información
19 dic 2010
“La mayoría de los médicos prefiere fumar Camel”
Un post alucinante si tenemos en cuenta lo que ha llovido. “La mayoría de los médicos prefiere fumar Camel”. La campaña, lanzada a mediados de los años 40 por la compañía de RJ Reynolds, aseguraba que “decenas de miles de doctores” de todo el país preferían fumar Camel antes que cualquier otro cigarrillo.
Desde los años 20 hasta bien entrados los 50, las compañías tabaqueras utilizaron la imagen de médicos y profesionales sanitarios sin ningún empacho. En numerosos carteles y anuncios de publicidad aparecían doctores y enfermeras dándole al fumeque y recomendando las excelencias de determinada marca. “Cuida tu salud, fuma Chesterfield”, "L&M, justo lo que el médico te mandó”. He aquí una curiosa recopilación:
“20.679 doctores aseguran que los Luckies son menos irritantes” – decía a mediados de los 50 una campaña de Lucky Strike – “La protección para tu garganta contra la irritación y la tos”. Numerosos anuncios reclamaban las bondades del tabaco a la hora de hacer la digestión, aclarar la garganta o combatir el estrés. En otros, como en la campaña de cigarrillos Fátima a finales de los 40, era una enfermera la que hacía su recomendación.
La figura del médico era utilizada junto a la de deportistas o artistas de cine. “Veinticuatro horas al día tu medico permanece al pie del cañón… – decía un anuncio de 1946 – un par de cabezadas de sueño, unas cuantas caladas al cigarro… ¡y ya está listo para seguir su trabajo!”.
En 1949, el “Journal of the American Medical Association” llegó al extremo de publicar supuestos estudios científicos que demostraban que los cigarrillos de Phillip Morris eran menos irritantes y sugería a los médicos que los recomendaran a sus pacientes. Solo unos años después, una campaña de Marlboro mostraba a una serie de bebés animando a fumar a sus madres. “Antes de regañarme, mamá – decía el mensaje sobre la imagen de un temeroso bebé – sería mejor que te encendieras un Marlboro”. “Sí – añadía el lema de la campaña – no necesitas malos humos, ése es el milagro de Marlboro”.
Más allá de la figura del doctor, la publicidad sobre tabaco llegó a los personajes más conocidos de televisión. En 1961 una campaña mostraba a Pedro y Pablo Picapiedra echándose un Winston mientras sus esposas atendían a las labores del hogar.
La mayoría de nosotros hemos escuchado durante todas nuestras vidas sobre la fuerte asociación entre el tobaco y las enfermedades respiratorias. Por ende es sorprendente saber que este vínculo era completamente desconocido e insospechado hasta los cincuenta.
Ver esta nota. En 1949 el médio-epidemiólogo británico Dr. Doll, en colaboración con su colega el Dr. Bradford Hill, encuestaron a cientos de pacientes de hospitales de Londres con diagnóstico de cancer del pulmón sospechado o confirmado. Se quedarón pasmados a descubrir que entre 649 casos de cancer confirmado, sólo dos eran no fumadores. En cambio, entre los otros pacientes no fumadores, a todos (menos aquellos dos), el diagnóstico resultó ser otro (no cancer).
Como lo dice la nota, "Hoy en día consideramos estos resultados como evidentes y predecibles, pero en aquel entonces los epidemiólogos quedaron atónitos." El resto del artículo describe como, cuando publicaron sus resultados en 1952, pasaron casi desapercibidos. Pero poco a poco, durante los 50, las evidencias acumulaban (incluyendo un estudio precisamente entre médicos fumadores y no fumadores) hasta que en 1957, la Secretaria de Salud británica consintió emitir un aviso suave de los posibles riesgos del tabaco.
15 dic 2010
Año 2011: visiones de futuro desde el año 1931
'The New York Times' lanzó en 1931 un reto a varias personas influyentes del mundo de la ciencia, la sociología o la economía: predecir cómo sería el mundo en 2011. Pese a que algunos pecaron de optimistas, sorprende lo bien que nos conocieron hace 80 años.
10.12.2010 / lainformación.com
Imagen: Henry Ford
En su 80 aniversario en septiembre de 1931, el periódico 'The New York Times' pidió a destacadas personalidades del mundo de la ciencia, la cultura o la industria, que diesen su visión de cómo creían que sería el mundo en ocho décadas, es decir, en 2011.
Los nombres elegidos para hacer sus predicciones, según abnormaluse, fueron el médico de la Clínica Mayo y co-fundador de WJ Mayo, el famoso industrial Henry Ford, el anatomista y antropólogo Arthur Keith, el físico y Premio Nobel Arthur Compton, el químico Willis R. Whitney, el físico y premio Nobel Robert Millikan, el físico y químico Michael Pupin, y el sociólogo William F. Ogburn.
"Los Estados Unidos alcanzarán los 160 millones de habitantes", aseguró William F. Ogburn, una cifra algo alejada de la realidad, ya que en el último censo realizado a finales de 2009 contaba con 308 millones, casi el doble de lo que predijo el sociólogo. Sin embargo, teniendo en cuenta la dificultad de lo que se les pedía, hay que reconocer que estos visionarios no lo hicieron del todo mal. De hecho el mismo Ogburn dió en el clavo en varios aspectos relacionados con el ritmo de vida actual.
"El progreso tecnológico, con su ley exponencial de crecimiento, es la clave para el futuro" aseguró el sociólogo, "sin embargo, la heterogeneidad de la cultura material conllevará el nacimiento de lenguajes que sólo los especialistas podrán entender. El paisaje se transformará a causa de la tecnología y disminuirá el número de agricultores".
El sociólogo también fue capaz de ver aspectos relacionados con la vida familiar ya que aseguró que aunque ésta no se destruiría sí sería menos estable en los primeros años de vida matrimonial con un mayor número de divorcios de los que había en 1931. Asimismo, fue capaz de predecir la emancipación de la mujer, "su vida será más parecida a la de los hombres y pasarán más tiempo fuera del hogar". No obstante, el sociólogo fue demasiado optimista en algunos casos ya que aseguró que la pobreza sería eliminada.
Por su parte, el Doctor Mayo también estuvo muy acertado al afirmar que las enfermedades contagiosas e infecciosas se habrían superado en gran medida y que las principales causas de muerte serían las enfermedades ligadas al corazón, vasos sanguíneos, riñones, enfermedades del sistema nervioso y cáncer. Además predijo que la esperanza media de vida en los EEUU sería de 70 años. El médico no iba tan desencaminado ya que el promedio es de 77,9 años.
El antropólogo Arthur Keith advirtió ya en 1931 de los peligros que podría entrañar un exceso de especialización y para ello ponía un ejemplo: "Hace ochenta años la medicina se dividió entre los tres órdenes de especialistas - médicos, cirujanos y matronas" afirmó el experto al periódico, "ahora hay más de medio centenar de distintas ramas especiales para el tratamiento de enfermedades humanas. Es este aspecto de la vida - su especialización cada vez mayor - que me asusta".
El empresario Henry Ford, predijo apenas dos años después del crack del 29, que en los siguiente 80 años se iba un producir un "repaso y rediseño" de la "máquina económica no para hacer algo diferente a lo que tenemos, sino para conseguir que la máquina actual haga lo que han dicho que puede hacer". La observación asusta teniendo en cuenta que 80 años después seguimos sin saber qué teclas hay que tocar para hacer que esa máquina funcione como es debido.
Robert Millikan aseguró que "la difusión del método científico, que ha sido profundamente significativo para la física, está a punto de ser utilizado para solucionar problemas de índole social".
Por su parte, el científico Michael Pupin se mostró optimista en lo que se refiere a la mejor distribución de los recursos económicos.
"Los grandes inventos que han sentado las bases de nuestras industrias modernas y de la civilización industrial han nacido en los últimos ochenta años. El poder actual para crear riqueza nunca ha sido igualado en la historia de la humanidad pero nos falta todavía la sabiduría necesaria en lo referente a la distribución equitativa de la riqueza que se crea. Por lo que puedo profetizar que durante los próximos 80 años esta civilización corregirá estas deficiencias con la creación de una democracia industrial que garantice a los trabajadores una distribución equitativa de lo producido por su trabajo".
El último de los "visionarios" fue Compton que predijo que las fronteras nacionales poco a poco dejarían de tener la importancia de 1931 y estuvo acertado al afirmar que China "con sus excelentes recursos naturales" tendría "un papel prominente en los asuntos mundiales".
3 dic 2010
Causas de divorcio: ¿en qué trabajas?
NUEVA YORK, Estados Unidos, oct. 14, 2010.- Si su pareja trabaja ayudando o entreteniendo a la gente y esto implica algún tipo de contacto físico, su matrimonio podría estar en peligro, de acuerdo con cifras comparativas de índices de divorcio basadas el censo en Estados Unidos.
Las profesiones basadas en ayudar a los demás, como enfermeras, masajistas y terapeutas físicos, así como las de sector de la hospitalidad tales como meseros, porteros y animadores, tienden a tener altos índices de divorcios.
Según el estudio, éstas serían las 15 profesiones con mayores índices de divorcio en la Unión Americana:
Bailarín: 43%, cantinero: 38%, masajista: 38%, operador de máquinas; 32%, animador: 31%, obrero de fábrica: 29%, operador de teléfonos: 29%, enfermero: 28%, deportista: 28%, portero: 28%, vendedor telefónico: 28%, mesero: 27%, reparador de tejados: 26%, sirvienta: 26%.
El índice de divorcio en Estados Unidos registró 10% en 2009 y sería difícil determinar si estas profesiones y oficios conllevan tendencias de divorcio o atraen a personas inestables.
Los expertos explican que los bailarines, los atletas y animadores, por ejemplo, tendrían un margen más oportuno para no serle fieles a sus parejas, debido a que suelen trabajar lejos de casa y están rodeados por " fervientes simpatizantes", como explicaría Tiger Woods.
Los profesionistas como enfermeros, masajistas y terapeutas, sufren de enorme estrés y trabajan jornadas muy largas que los alejan de sus familias.
Los profesionales del sector hospitalidad como meseros, cantineros, porteros y recamareras suelen trabajar horarios muy irregulares y sus trabajos son estresantes. Generalmente entran en contacto con gente que está vacacionando y la que por tener tiempo, dinero y disponibilidad, podría entablar algún tipo de relación con ellos.
Lo que queda claro es que las profesiones con mayor índice de divorcio son aquellas que conllevan alto nivel de estrés y grandes tentaciones.
Estas tentaciones para Debra Opri, abogada de divorcios, podrían ser el fácil acceso a otras mujeres o hombres, al juego, las apuestas y a bebidas alcohólicas.
Trabajos que requieren viajar continuamente y horas fuera de lo normal generan mucho estrés y desembocan a veces en divorcio porque el trabajador pasa mucho tiempo fuera de casa, separado de su pareja y no siempre es capaz de manejar el estrés acertadamente cuando está fuera del hogar.
Trabajar a horas fuera de lo normal como de noche o de madrugada y pasar más tiempo con los colegas que con su pareja, es causa de divorcio, pero la gran causa de ruptura según el abogado Vanden Eykel es la presión económica.
"Cuando uno no puede pagar sus cuentas, crece una presión económica que resulta en muchos casos inevitable". Esto afecta no sólo a personas de mediano y bajo ingreso, sino a ejecutivos de empresas y dueños de negocios que sostienen niveles muy altos de vida, con grandes riesgos y dificultades y que debido a esta presión tan brutal sus matrimonios terminan a veces en divorcio.
Nueva York es el estado con el menor índice de divorcio en Estados Unidos, después de Nueva Jersey y Dakota del Norte. Se registra por debajo del 9 por ciento. La razón principal es que divorciarse es carísimo. Los gastos para pagar abogados pueden sumar millones de dólares y los juicios suelen tomar años.
En esta época de recesión numerosas parejas que ya no se entienden más optan por seguir viviendo bajo el mismo techo, ya que divorciarse está muy por encima de sus recursos.
Los workaholics
Según las estadísticas se supo que la persona adicta a su trabajo aumenta el doble las posibilidades de divorcio. El estudio fue realizado por la universidad estadounidense de Carolina del Norte, que confirmo que si en una pareja uno es adicto al trabajo las posibilidades del divorcio aumentan mucho mas que las parejas que llevan una vida tranquila.
Al parecer ser adictos al trabajo produce un distanciamiento en la pareja, ya que el adicto lleva los problemas del trabajo a su caso o de tanto trabajar no tiene ni tiempo para ver a sus hijos y a su esposa. A los adictos del trabajo se los llama “workaholics” y según los estudios realizados estas personas no pueden lidiar con ningún tipo de situación de su vida cotidiana, es decir no puede preocuparse ni por su pareja ni por sus hijos.
El estar tan pendientes del trabajo no solo puede conducirnos al divorcio, sino también a la infidelidad por parte de la otra persona, puede reducir daños en la salud, etc.