Philippe Schaus dice que España es un mercado en crecimiento, y el séptimo país en el que abren tienda «online». Es otra forma de descubrir el lujo y aporta un servicio añadido, una plataforma nueva y amplísima desde la que relacionarnos con los clientes. No se trata sólo de vender. Podemos explicar mejor nuestra filosofía. Por la experiencia adquirida, esperamos vender como en cualquier tienda, aunque la clientela suele ser entre tres y cinco años más joven y con más presencia masculina.
- ¿Tendrá ventajas respecto a las tiendas tradicionales?
- Venderemos bolsos y complementos. Quizá en un futuro haya también calzado. Y, por supuesto, siempre al mismo precio que en las tiendas. Pero el cliente podrá también diseñar su propio bolso y artículo de viaje personalizándolo con más de doscientos millones de posibilidades de colores en cintas, logos o iniciales completamente a su gusto. No habrá nada más exclusivo. Eso es Louis Vuitton: algo único.
- Vuitton nunca hace rebajas.
- Siempre tenemos los mismos precios. Tratamos de tener un precio justo que refleje los materiales y la mano de obra. Ésa es una de las razones de que Vuitton haya tenido un éxito tremendo aún en la crisis, es un valor que nunca se pierde. Es sencillo: nunca vas a pagar algo y en tres meses descubrir que cuesta un 50% menos. Siempre lo hemos hecho así. No hay que olvidar que las madres dan los bolsos a sus hijas. El producto gana valor con el tiempo.
- ¿Qué impacto ha tenido la crisis en la compañía?
- Vuitton registró un crecimiento importante el año pasado. Hemos ganado mercado por nuestros principios: el control de la distribución, no tener rebajas y unas campañas de comunicación particularmente valiosas.
- Pero el grupo LVHM (el mayor del mundo del lujo y al que pertenece Vuitton) sí ha sufrido...
- Hay algunas partes del lujo que no se salvan: aquellas que tienen distribuidores, como los relojes. Estas marcas bajaron sus ventas en 2009, aunque comienzan a recuperarse. Los intermediarios amplifican los ciclos, compran mucho «stock» o quieren reducirlo al máximo y no compran nada. En Vuitton no tenemos este problema, sólo vendemos en nuestras tiendas (445 en 62 países). No hemos notado la crisis.
- ¿Cómo afronta el grupo 2010?
- Abrimos veinte tiendas al año. En los próximos meses, los países elegidos son Polonia, Líbano y República Dominicana. Es un año de continuación. También vamos a abrir una decena en China, y tenemos grandes proyectos como la ampliación de nuestra tienda principal en Londres.
- ¿Y para España?
- España es un mercado en crecimiento, donde aún estamos concentrados en muy pocas ciudades. Sólo tenemos ocho tiendas. El objetivo es continuar en las dos grandes capitales.
- ¿Y el resto del país?
- Vuitton está explorando otras ciudades de tamaño medio. Ya el año pasado abrimos en Bilbao. Y ahora estudiamos otras como Palma de Mallorca, Sevilla, San Sebastián o Zaragoza. No puedo decir que vayamos a abrir allí, pues es un proceso largo.
- ¿Cómo combate la empresa a los falsificadores?
- Los bolsos falsos se parecen a los nuestros, pero no hay milagros. Cuando utilizas nuestra calidad, nuestra experiencia y nuestros materiales no puedes vender a esos precios. Es una industria soterrada, como la droga o la prostitución, con la que tiene vínculos. Los falsificadores son bandas criminales.
- ¿En España es un problema?
- Hay mucha falsificación y no dejamos de luchar contra ello. Nuestro presupuesto global contra la falsificación ronda los veinte millones de euros anuales. Fuente: ABC
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