COLECCIONISMO - Afición a coleccionar objetos. La afición a reunir conjuntos de cosas de una misma clase se denomina coleccionismo. Existen coleccionistas de todo tipo de objetos, pero todos tienen un elemento común, y es que buscan en las piezas reunidas un placer estético e intelectual, al margen de que, a menudo, la recolección lleve también aparejado un atesoramiento económico. Posiblemente esta actividad ha acompañado al hombre desde tiempos inmemoriales, pero no ha quedado constancia de ello. El primer coleccionista del que hay noticia es el rey asirio Asurbanipal, quien, tras conquistar Egipto en el 666 a. de J.C., trasladó a Nínive, capital de su imperio, dos obeliscos y 32 estatuas. Más que la contemplación de la belleza escultórica, lo que debió de mover al rey asirio a realizar el costoso traslado fue su deseo de propagar al mundo sus hazañas guerreras. El mismo afán propagandístico, aunque en este caso unido a un componente religioso, debieron tener las colecciones de estatuas y objetos de culto reunidas en el s. V a. de JC. en los recintos sagrados griegos de Delfos, Olimpia y Éfeso. Durante el helenismo, las obras de arte se desacralizaron, lo que permitió coleccionar y reunir estos objetos a las elites cultivadas. Los nuevos coleccionistas compraban cuadros, esculturas, pinturas, cerámicas o mosaicos motivados por la belleza intrínseca de las obras. El aprecio de las obras escultóricas y pictóricas en función de criterios estéticos provocó que el artista se deslindara del artesano y se individualizara mediante la firma del producto de su trabajo. En este sentido, durante la época helenística, las ciudades griegas se poblaron de obras de los más famosos escultores y pintores. La conquista de Siracusa (212 a. de J.C.) y Corinto (146 a. de J.C.) por Roma llevó aparejado el saqueo de las ciudades y el traslado a Roma de las obras de arte que en ellas se encontraban. La contemplación de estos hermosos objetos desató un afán coleccionista en las elites romanas. A partir de ese momento, Roma se convirtió en la capital del coleccionismo. Con el fin de surtir el nuevo mercado, en Atenas comenzaron a copiarse en serie las obras realizadas por los artistas griegos antiguos más famosos. Pero no sólo se compraba pintura y escultura, sino que también se reunían otros objetos. Ha quedado constancia, por ejemplo, de que los soldados de César asentados en Grecia saqueban sepulturas en busca de antiguos vasos griegos, que alcanzaban precios muy elevados en el mercado de antigüedades de Roma. Como también, que el emperador romano Augusto coleccionaba monedas y huesos de animales fosilizados. Y con el coleccionismo vino la falsificación. Durante la Edad Media, las únicas colecciones son las que reúne la Iglesia. Predomina en ellas la sacralización de los conjuntos, cuyo fin era invariablemente de orden moral y religioso y, en menor medida, didáctico. También entonces cundió la falsificación y tráfico de reliquias. A raíz del interés del Renacimiento por retomar postulados de la Antigüedad, se vuelve la mirada hacia las creaciones antiguas como un modelo a seguir, tanto en el arte como en la cultura. Los restos eran vistos, en todo aquello que hacía referencia al arte y a la literatura, con admiración y desde un prisma idealizante. En esa línea, los vestigios arquitectónicos, las esculturas y todo lo relativo a Grecia y a la Roma clásica fue estudiado con pasión. En este proceso, las cortes principescas italianas desempeñan un papel primordial. Ya a lo largo del s. XV se produce un cambio en la mentalidad. El ejemplo más significatiavo de este desarrollo cultural se produce en Florencia, donde aparece un nuevo tipo de coleccionista y mecenas cuyo prototipo es la familia de los Médicis. Se convirtió en un fenómeno muy común que los artistas estimularan la formación de colecciones. Así lo hizo Donatello para Cosme de Médicis, y el conjunto mediceo estuvo abierto a los creadores para su estudio. El artista, en la medida en que podía, también reunía objetos artísticos. Sabemos, por ejemplo, que Mantegna atesoraba una colección de piezas antiguas. Por otra parte, la aparición de estatuas antiguas en Roma a fines del s. XV estimuló la creación de colecciones en la capital. En el s. XVI, la palabra «museo» designaba las colecciones de curiosidades o ciencias, así como los locales donde se conservaban pequeños objetos de arte. Su exhibición se hace en función del febril afán coleccionista que se despliega en la época sin otro sentido que mostrar el mayor número posible de piezas, dispersas, quizá con algún sentido estético, una tras otras. En Italia, por ejemplo, hay contabilizadas hasta doscientas de estas cámaras y también se ha constatado su existencia en Francia, Alemania y España. Este tipo de colecciones se prolongará hasta mediados del s.XVIII cuando se ponen de moda las galerías, donde se exhiben principalmente pinturas y también esculturas. Ello comportó nuevos criterios de exposición que han permanecido vigentes hasta la actualidad en las pinacotecas europeas.
Durante estos siglos las colecciones reales fueron aumentando en importancia y servirán de base para la constitución de los futuros museos nacionales. Fernando de Habsburgo reunió en su castillo, en las cercanías de Innsbruck, una bibliotea de 4000 volúmenes, 900 tapices, más de 1000 cuadros y grandes cantidades de medallas, bronces y cerámicas. Esta colección fue el núcleo del actual Museo de Viena. En el s. XVIII los museos se pusieron de moda. Dejaron de ser un mero gabinete de pintura y escultura y reunieron todas las producciones del intelecto humano. Psicología del coleccionista. La persona que colecciona objetos lo hace en primer lugar por el placer que le causa su posesión. Los objetos son, en muchos casos, fuente de contemplación y objeto de estudio. El coleccionista se adentra paulatinamente en el análisis del objeto de su devoción y poco a poco va adquiriendo un conocimiento más profundo de aquello que colecciona. El coleccionista llega de una manera gradual al acaparamiento de objetos. Algunas colecciones se suelen comenzar desde niños, como es el caso de sellos o monedas. Estos objetos, que se encuentran por todas partes, despiertan en el niño su curiosidad, son atractivos y, además, tienen un contenido histórico. Son una ventana a un nuevo mundo. Otras colecciones exigen tener poder adquisitivo. Sin embargo, aunque se trata de un coleccionismo más elaborado, el espíritu es el mismo que en el niño. Cualquier cosa puede ser un objeto coleccionable, incluso aquellas que puedan ser consideradas como de mal gusto. Es el caso de instrumentos de tortura o las cuerdas de ahorcado reunidas en el s. XIX por Thomas Tynvitt y algunos de cuyos ejemplares se remontan a la segunda mitad del s. XII. Cada cuerda adjuntaba la biografía del ajusticiado. Diferencias entre el coleccionismo antiguo y el moderno. Hay una clara tendencia a la especialización. Antiguamente un mismo coleccionista tenía distintas aficiones y reunía objetos de todo tipo. En la actualidad, y sobre todo por influencia anglosajona, se registra un auge del coleccionismo especializado y se impone cada vez más centrarse en un determinado tema o época, como por ejemplo soldados de las fuerzas británicas durante la II Guerra Mundial o cierto tipo de locomotoras de un metal específico o antiguas herramientas de jardinería o, en los últimos tiempos, acciones de empresas desaparecidas o tarjetas de crédito caducadas. Cuanto mayor poder adquisitivo tiene una sociedad, mayor es el interés por coleccionar. El coleccionista termina convirtiéndose en muchos casos en un auténtico especialista en la materia. Todo lo que se mueve alrededor de ese tema despierta su pasión. La sociedad mira al coleccionista como a un iniciado. Fruto del interés por este tipo de personajes es el éxito de la novela del español Arturo Pérez Reverte El club Dumas, que refleja en parte la psicología de estos expertos. Por otro lado, el campo abierto por la telemática, especialmente Internet, ha modificado el mundo de las subastas de antigüedades y originado foros de discusión abiertos. Funcionan, además, como fuente de información para quienes empiezan.
20 feb 2010
Coleccionismo
17 feb 2010
Sartre. Teoría fenomenológica de las emociones, existencialismo y conciencia posicional del mundo
Psikeba
Resumen:
En el presente trabajo se trata el problema de la vivencia emocional, se indaga la naturaleza de la conciencia emotiva, es decir, la conciencia de la emoción desde una perspectiva fenomenológica, siguiendo principalmente el pensamiento de Sartre en su obra “Bosquejo de una teoría de las emociones”, obrasigue la tradición fenomenológica de Husserl, haciendo énfasis en las contradicciones en que incurre la teoría psicoanalítica. Se busca evidenciar cómo la conciencia emocional es ante todo conciencia del mundo.
Abstract:
In the present work the problem is the emotional experience, investigates the nature of the touching conscience, that is to say, the conscience of the emotion from aphenomenological perspective, following mainly the thought of Sartre in its work "Sketch of a theory of the emotions", builds work follows the phenomenological tradition of Husserl, doing emphasis in the contradictions which the psychoanalytic theory incurs. One looks for to demonstrate as the emotional conscience is before conscience of the world.
Descriptores:
Conciencia, mundo, emoción, miedo, fenómeno, alteridad, psicología,existencialismo.
Keywords:
Conscience, world, emotion, fear, phenomenon, alterity, psychology, existentialism
1.- Husserl y la "intencionalidad". Antecedentes del existencialismo de Sartre
Como ya lo había anticipado Descartes y profundizado Brentano, sabemos con Husserl que los actos de conciencia poseen una estructura bipolar, esto es,correlacional.Así toda conciencia queda caracterizada por apuntar a un objeto (lo percibido, lo recordado, lo amado, etc.). Pertenece pues a la naturaleza de la conciencia ser relación a otra cosa, una que la descripción fenomenológica deberá precisar. Así por ejemplo el acto de ver, aun en el infortunio de la alucinación, esto es, en el creer ver algo,o soñarlo, tiene lugar con referencia auna cosa, supuestamente presente. Igualmente, el acto de sufrir o el dudar poseen un modo propio de referirse a algo. Es precisamente esta relación a algo otro el carácter relacional o lo que Husserl llama "intencionalidad de la conciencia".
Para Husserl la intencionalidad no es sólo intrínseca a la conciencia sino a priori respecto de su objeto, lo que supone que la conciencia se funda desde sí misma,vale decir que tanto la manifestación de su objeto como la constitución de estefenómeno–la intencionalidad–se dan al unísono en la vivencia 1.
2.- La mirada del otro; conciencia y mundo.
Sartre tomó de la Fenomenología su principio básico, la intencionalidad de la conciencia ("la conciencia es siempre conciencia de algo"); pero criticó el idealismo y el subjetivismo de Husserl. Según Sartre el "yo" no es la conciencia trascendental, sino el conjunto unitario de la intencionalidad de la conciencia que está "fuera, en el mundo", porque "es un ente del mundo, igual que el 'yo' de otro". Las cosas no están en la conciencia, como imagen o como representación, las cosas están en el mundo. "La conciencia es conciencia posicional del mundo", es apertura al mundo, no es el mundo. Mediante este giro reintrodujo a la conciencia en el mundo de la existencia, permitiendo que los sufrimientos y las angustias de los hombres reales recuperaran todo su peso.
En la mayoría de la teorías psicológicas, la conciencia de la emoción se explica como si esta fuera ante todo una conciencia reflexiva, es decir como si la forma primera de la emoción –como hecho de conciencia– consistiera en aparecérsenos como una modificación de nuestro ser psíquico o, si se quiere, en ser aprehendida primero como un "estado de conciencia", lo que es un dato incontrovertible aunque irrelevante a los efectos que nos ocupan, ya que no cabe duda que siempre es posible tomar conciencia de la emoción como estructura afectiva de la conciencia y decir por ejemplo “estoy triste, tengo miedo, etc.”, pero–y he aquí nuestro énfasis–el miedo no es originalmente conciencia de "tener miedo",como tampoco la percepción de este escrito es conciencia de percibir el escrito. La conciencia emocional es ante todo irreflexiva, la conciencia emocional es ante todo conciencia del mundo.
Esta tesis puede ser ilustrada con recurso a algunas observaciones. Es evidente por ejemplo que cuando un hombre tiene celos, y dichos celos –en determinadas circunstancias– le fuerzan a espiar por la cerradura de una puerta -entregándose a esta vergonzosa acción- volcando su ser en ello, en ese momento, los celos mismos lo constituyen tanto psíquica, como corporalmente. Sin embargo este hecho es irreflexivo, es decir, no supone todavía una toma de conciencia respecto de lo vil de aquel acto. Sin embargocuando es sorprendido en aquella acción, es decir, cuando es visto por un otro, o más precisamente, cuando él mismo se aprehende como siendo objeto de una mirada, extraña, sólo entonces, su acto se objetiva, dado que es la mirada del otro la que da consistencia a su ser, de allí que la constitución de nuestra identidad, esto es, el ver claramente dentro de nosotros mismos, nos viene dado desde fuera, por la mirada del otro, del que nos valora, nos aprecia, nos traspasa, de allí que ya no nos resulte tan extraño que Sartre señale que el infierno son los otros, esto por la constante molestia que la presencia de los otros supone y sin embargo, no podemos pasárnoslas sin ellos.
Así, en el momento en que se toma conciencia de los celos quenos constituyen, que nos poseen,la vivencia de los celos se 'congela', de tal manera que la emoción no es la toma de conciencia de esa emoción particular, en este caso los celos. A lo que se apunta es que cuando se asume una posición reflexiva se paraliza la corriente vital del vivir como se vive naturalmente una emoción.
La constitución de nuestra identidad tiene lugar desde la alteridad, desde la mirada del otro que nos objeta; un otro que nos seduce y al que seducimos, al que miramos y por que somos vistos.
Somos, en ese sentido, seres para otros y no solo por la teatralidad y el simulacro 2 propios de la vida, sino por la inquisidora mirada del otro que nos constituye; en ella y por ella nos reconocemos. Así–frívolamente–reducimos todo lo real a mera apariencia utilitarista de nuestra personalidad…y ya no hay esencia o como dirá Sartre “la existencia precede a la esencia”.
Así, el yo viene a la existencia por la intermediación de la consciencia que lo constituye para significar su propia individualidad y su propia unidad. Se trata, pues de una creación originaria. El yo se distingue, también, de los caracteres de una historia o de un relato puesto que es parte de un proceso de mi consciencia; y lo es precisamente en el sentido de que aparece solamente cuando reflexionamos sobre nosotros mismos, a saber, sobre los procesos anteriores de nuestra consciencia. Cuando soy consciente de alguna cosa, no soy más que implícitamente consciente de mí. No es sino volviendo sobre mi consciencia anterior que devengo explícitamente consciente de mí, de mi yo.De esta forma, aprendo a conocerme de manera reflexiva y, por lo tanto, puedo decidir realizarme, o constituirme, como otro que el que era. Y así al infinito pues por mi consciencia yo estoy siempre en camino de mí mismo y me supero constantemente a mí mismo y no termino nunca de alcanzarme.
3.- La conciencia emocional como conciencia del mundo.
La conciencia emocional es ante todo irreflexiva y en este plano sólo puede ser conciencia de sí misma en un modo no posicional, es decir cuando congela la vida y deja de ser vivida como emoción.
Sartre afirmaba que hay mundo sólo porque hay hombre. En sí mismo el mundo carece de sentido. Cuando el hombre descubre lo absurdo de lo real, su esencial contingencia y gratuidad, lo invade el sentimiento de la náusea3.
La experiencia nos muestra que la conciencia, que es conciencia del mundo, es al mismo tiempo distinta del mundo. La ontología sartriana distingue dos tipos de ser: en sí y para sí4. Las cosas son "en sí", idénticas a sí mismas (cada una es "lo que es"). Lo "en sí" es absolutamente contingente y gratuito. Por su parte, la conciencia, que es "para sí", es "una nada de ser y, al mismo tiempo, un poder anonadador, la nada"; es "el ser para el cual en su ser está en cuestión su ser"; es "carencia de ser", que se evidencia en el deseo.
La conciencia, que está en el mundo, siendo esencialmente diferente de él, no se halla vinculada al mundo y por lo tanto es absolutamente libre. Las cosas son lo que son; la conciencia, por el contrario, no es nada, está vacía de ser, es posibilidad, es libertad. El hombre está obligado a hacerse, no tiene alternativa, está "condenado a ser libre". El ser del hombre es su "hacerse" a sí mismo. Por ello nadie llega a ser nada que no haya elegido ser.
4.- Teoría fenomenología de las Emociones.
La conciencia emocional es ante todo conciencia del mundo, es estar volcado sobre el mundo y, remitiéndonos al ejemplo anterior, es ser esos vergonzosos celos que me constituían.
La conducta es irreflexiva. No es inconsciente. Es consciente de sí misma porque se trasciende y aprehende el mundo. La conciencia se trasforma a sí misma para trasformar el mundo5. “La conciencia –señala Sartre– no se limita a proyectar significaciones afectivas sobre el mundo que le rodea: vive en el mundo que acaba de crear.”6
Revisemos algunos de los ejemplos que nos proporciona Sartre:
- Es evidente que el hombre que tiene miedo, tiene miedo de algo, aún tratándose de una de esas angustias imprecisas que suelen experimentarse en la oscuridad en un pasadizo siniestro. Aquí tiende a describirse erróneamente la huida con miedo como si tal huida no fuera ante todo una huida ante cierto objeto como si el objeto del que se huye no permaneciera constantemente presente en la misma huida como su tema, su razón de ser, como aquello ante lo cual se huye. En una palabra, el sujeto emocionado y el objeto emocionante se hallan unidos en una síntesis indisoluble. La emoción es una determinada manera de aprehender e mundo, una manera en que el mundo se me presenta, aunque también puede ser un intento –o un modo– de modificarlo. Aquí cabe una paradoja ya que si en los intentos de modificar o transformar el mundo se fracasa es posible y natural irritarse, de donde se puede colegir que la irritación es también una manera en que se nos aparece o presenta el mundo. Lo que aquí cabe precisar es que aún en esta operación sobre el mundo para modificarlo el sujeto no abandona el plano irreflexivo.
Aquí debemos notar que lo que esta en juego en estos ejemplos es la tesis fundamental de que la emoción constituye un intento de modificación del mundo. En palabras de Sartre7 que "en la emoción el cuerpo, dirigido por la conciencia, transforma sus relaciones con el mundo para que el mundo cambie sus cualidades".
Aquí es necesario decirlo, no hay mala fe, pues si bien la emoción es un juego, es un juego en el que creemos.
La conciencia, al cree en el mundo que ha creado, se hace cautiva de sí misma. Es su propio engaño. Por ello, de acuerdo al ejemplo anterior, cuanto más se huye, más miedo se tiene.
- Tomemos otro ejemplo: el miedo pasivo. Veo llegar hacia mí un animal salvaje. Mis piernas flaquean, mi corazón late más débilmente, me pongo pálido, me caigo y me desmayo. A primera vista nada menos adaptado que esa conducta que me entrega indefenso al peligro. Y sin embargo, se trata de una conducta de evasión. El desmayo es aquí un refugio. Pero no vayamos a creer que es un refugio para mí, que trato de salvarme a mí mismo de dejar de ver a la fiera. No he salido del plano irreflexivo: pero al no poder evitar el peligro por los medios normales y los encadenamientos deterministas, lo he negado. He pretendido aniquilarlo. La urgencia del peligro ha servido de motivo para una intención aniquiladora que ha impuesto una conducta mágica. Y de hecho, lo he aniquilado en la medida de mis posibilidades. Estos son los límites de mi acción transformadora sobre el mundo: puedo suprimirlo en tanto que objeto de conciencia pero esto sólo lo consigo suprimiendo la conciencia misma. O, al menos, modificándola: el desmayo es, en el decir de Sartre6 , el paso a una conciencia en sueños, o sea, "irrealizadora".
- Examinemos otro fenómeno emocional: La huida en el miedo activo, la cual es considerada erróneamente como una conducta racional al interpretarla como la conducta de alguien que quiere interponer la mayor distancia posible entre sí y el peligro. Si así fuera, esta conducta no sería nada más que prudencia. Sin embargo, la verdad es que no huimos para ponernos a cubierto; huimos porque no podemos aniquilarnos en el desmayo. La huida es un desmayo fingido, una conducta casi ritual que consiste en negar el objeto peligroso con todo nuestro cuerpo, trastocando la estructura vectorial del espacio en que vivimos y creando'imaginativamente' una dirección potencial de huida hacia un reducto simbólicamente inexpugnable. La huida en el miedo activo es así una forma de negar el objeto que nos acecha. Así actúan los boxeadores novatos cuando, al abalanzarse sobre el adversario, cierran los ojos: quieren suprimir la existencia de sus puños, se niegan a percibirlos y con ello suprimen simbólicamente su eficacia.
Descubrimos de esta forma el verdadero sentido del miedo:
El miedo es una conciencia que pretende negar, a través de una conducta mágica, un objeto del mundo exterior que aparece como amenaza, procediendo incluso a aniquilarse [a perderse] a sí misma con tal de anular la eficacia del desastre que el objeto comporta8.
- Para terminar de ilustrar la tesis que aquí nos ocupa citaremos el caso de la tristeza pasiva, la cual se caracteriza por una conducta de postración; relajación muscular, palidez, enfriamiento de las extremidades. Quien la padece se vuelve hacia un rincón y se queda sentado, inmóvil, ofreciendo al mundo la menor superficie posible. Frente a la luz del día, prefiere la penumbra; frente a los ruidos, el silencio; frente a las multitudes de los lugares públicos y de las calles, la soledad de un aposento. "Para permanecer a solas, dicen, con su dolor". Esto o es cierto. Es de buen tono, en efecto, aparentar una profunda meditación sobre la propia pena. Sin embargo, son raros los casos en que uno está apegado a su propio dolor. Tal comportamiento obedece más bien a que al desaparecer una de las condiciones habituales de nuestra acción, el mundo exige de nosotros que actuemos en él y sobre él sin esa condición. La mayoría de las potencialidades que se hallan en el mundo (trabajo que realizar, gentes que ver, actos de la vida cotidiana que llevar a cabo) siguen siendo las mismas. Pero los medios para realizarlas, las vías que surcan nuestro "espacio hodológico", han cambiado. Por ejemplo, si me he arruinado, no dispongo de los mismos medios (auto, computador, etc...) para llevarlos a cabo. He de reemplazarlos por nuevos intermediarios (tomar el bus, escribir manuscrito, etc.) y esto es precisamente lo que no quiero.
La tristeza tiende a suprimir la obligación de buscar estas nuevas vías, de transformar la estructura del mundo reemplazando la actual constitución del mundo por una estructura totalmente indiferenciada. Se trata, en buenas cuentas, de hacer del mundo una realidad afectivamente neutra, un sistema con un total equilibrio afectivo; de descargarlos objetos con fuerte carga afectiva, de llevarlos todos al cero afectivo, y, con ello, de aprehenderlos como perfectamente equivalentes e intercambiables, es decir, donde da lo mismo. En otras palabras, al no poder o querer realizar los actos que proyectábamos, procuramos que el universo ya no exija nada de nosotros.
Así la herida que se acaba de sufrir, un fracaso sentimental, o profesional, tal pena o duelo que afecta nuestras relaciones con el prójimo son a menudo el desencadenante, fácilmente identificable de nuestra desesperanza vital9. Una traición, una enfermedad fatal, un accidente o cualquier desgracia imprevistaque nos abruma en la constante avería de lo cotidiano- y que nos arrancan repentinamente de esa categoría que nos parecía lo normal, esto es, lo de gente normal, instalándonos repentinamente en otra vida10.
Una vida insufrible, cargada de penas cotidianas, de tragos amargos, de desconsuelo solitario, a veces abrasador, otras incoloro y vacío. En suma una existencia sin vigor aunque en ocasiones exaltada por el esfuerzo realizado para continuarla, dispuesta a naufragar a cada instante en la muerte. Muerte venganza o muerte redención, será en lo sucesivo el umbral interno de nuestro agobio, el sentido imposible de esta vida cuyo peso nos parece a cada momento insostenible, excepto en los momentos en que nos movilizamos para encarar el desastre.
4.- Excurso en torno a La Metamorfosis de Franz Kafka y la estructura indiferenciada del mundo.
A propósito de estas últimas consideraciones "que el mundo ya no exija nada de nosotros", podemos establecer una relación entre este estado de tristeza pasiva – que no es más que un intento de transformar la estructura del mundo en una estructura totalmente indiferenciada– y el acontecer dramático al interior de La Metamorfosis, el reato de Kafka donde el protagonista –Gregor Samsa– un vendedor viajero, una mañana, tras un sueño intranquilo, se encuentra en su casa convertido en un insecto11. La historia que sigue es la narración de los aparentes esfuerzos de Samsa para ajustarse a su nueva y extraña condición, la que paradojalmente le exime –al imposibilitarlo– de responder a las obligaciones propias de su condición de "pequeño burgués", agravada por el peso de ser el sostén de su familia, de sus padres y demás parientes, los cuales actúan al comienzo con preocupación (al prever que esta condición medirá al joven Samsa mantener la solvencia del hogar) y más tarde con indiferencia, crueldad y olvido. Gregor Samsa, en tanto, se distancia 'mágicamente' de las obligaciones que un mundo exterior en pleno orden y fiel a las exigencias que el establishment consagra, se esfuerza en satisfacer las demandas encarnadas por el jefe que aparece a certificar los trámites que forman parte un implacable protocolo, un último gran rito preservador de la normalidad. Pero Gregor Samsa está en las penumbras de sus "zozobras metafísicas" paralizado, en un estado de indiferencia habiendo neutralizado al mundo de sus exigencias.
Finalmente, y a modo de síntesis es necesario precisar la noción sartriana de la emoción. Podemos preguntarnos cómo surge la emoción y paralelamente con ello en qué consiste una emoción. Podemos responder que la emoción es una transformación del mundo cuando los caminos trazados se hacen demasiado difíciles o cuando no vislumbramos caminos ya no podemos permanecer en un mundo tan urgente y difícil. Todas las vías están cortadas y sin embargo hay que actuar. Tratamos entonces de cambiar el mundo o sea de vivirlo como si la relación entre las cosas y sus potencialidades no estuvieran regidos por unos procesos deterministas sino mágicamente o bien por la posibilidad de ser construidos por nosotros o reconstruidos. No se trata de un juego, nos vemos obligados a ello y nos lanzamos hacia esa actitud con toda la fuerza de que disponemos.
Adolfo Vásquez Rocca
[1] HUSSERL, Edmund, Investigaciones lógicas I – II, Revista de Occidente, Madrid, 1967
[2] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Baudrillard; alteridad, seducción y simulacro”, En PSIKEBA Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales ©, Buenos Aires,2006
[3] SARTRE, Jean-Paul, (1938) La Náusea, Editorial Losada,Buenos Aires, 2003.
[4] SARTRE, Jean-Paul, (1943), El ser y la nada: ensayo de ontología fenomenológica, EditorialLosada, 1986,Buenos Aires.
[5] SARTRE, Jean-Paul. Bosquejo de una teoría de las emociones. Ed. Alianza Editorial, Madrid, 1973.
[6] SARTRE, Jean-Paul. Bosquejo de una teoría de las emociones. Ed. Alianza Editorial, Madrid, 1973, P. 83.
[7] SARTRE. Jean Paul, Bosquejo de una Teoría de las Emociones, Alianza Editorial, Madrid, 1973, pág. 88.
[8] Aquí se impone un paréntesis metodológico y explicativo. Debemos desconfiar de las "explicaciones" psicoanalíticas y sus supuestos, sobretodo cuando ellasinsisten sobre el "hecho" que todo estado de conciencia vale por algo que no es él y que la significación del comportamiento consciente está fuera del mismo, es decir, que él mismo constituye la realización, simbólica, de un deseo reprimido.
Es en este punto donde el énfasis de Sartre se orienta en otra dirección: Sartre propone atender a las condiciones de posibilidad de una emoción,no olvidandoque el hombre actúa ante su mundo, no aisladamente de él.
En segundo término también cabe apuntar otro supuesto de la teoría de las emociones aquí expuesta. La de que el hombre es una unidad psicofísica indisociable, idea presente ya en Aristóteles. Lo que constituye un campo abierto, altamente fructífero para el desarrollodeestrategias filosóficas y terapéuticas, donde se invite tanto a pensar desde el a pensar desde el cuerpo y concebirlo como un "escenario de representaciones", tesis que podemos encontrar en Nietzsche y Freud.
[9] KRISTEVA, Julia, Sol negro; Depresión y melancolía, Monte Avila Editores Latinoamericana, Caracas. 1991.
[10] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk; Espacio tanatológico, duelo esférico ydisposición melancólica”, En Nómadas-Revista crítica de ciencias sociales y jurídicas, UCM, ISSN 1578-6730, Nº. 17, 2008 , pp. 151-158
[11] KAFKA, Franz, La Metamorfosis, Ed. Cátedra, S.A. Madrid, 1994.
Bibliografía:
* SARTRE, Jean-Paul. “Bosquejo de una teoría de las emociones” (1938), Ed. Alianza. Madrid, 1973.
* HEIDEGGER, Martin. “Conferencias y artículos”. Barcelona, 1994.
* HUSSERL, E. “La idea de la Fenomenología”. Ed. F.C.E. México, 1984.
* HEIDEGGER, Martin. “El Ser y el Tiempo”. Ed. F.C.E. México, 1987.
* KARL JASPER. "Filosofía de la existencia". Planeta-Agostini. Barcelona. 1984.
* DERRIDA, Jacques, La de-construcción en las fronteras de la filosofía.
* FERGNANI, F., “La cosa umana. Esistenza e dialettica nella filosofia di Sartre”, Feltrinelli, Mailand 1978.
* FERRY, L., RENAUT, A., “La pensée 68. Essai sur l’anti-humanisme contemporain”, Gallimard, Paris 1985.
* GERASSI, J., “Sartre. Conscience haïe de son siècle (engl. Jean-Paul Sartre. Hated Conscience of his Century”, The University of Chicago Press, 1989), Éditions du Rocher, Paris 1992.
* SARTRE, Jean-Paul, La imaginación (1936)
* SARTRE, Jean-PaulCrítica de la razón dialéctica ( Critique de la raison dialectique, 1960 - 1985 )
* SARTRE, Jean-Paul, “L’être et le néant. Essai d’ontologie phénoménologique”, Gallimard, Paris 1943.
* KRISTEVA, Julia, “Sol negro; Depresión y melancolía”, Monte Avila Editores Latinoamericana, Caracas. 1991.
¿Qué sienten las máquinas?
Una científica española coordina un proyecto europeo para crear robots que lean las emociones
JAVIER SAMPEDRO - Madrid - 04/03/2007
Ahora saben hacer la guerra, pero en el futuro sabrán hacer la casa, cuidar a niños y ancianos y acompañar a los solitarios. Los robots de porvenir sabrán reconocer las emociones humanas e interactuar con ellas. Para conseguirlo, una científica española trabaja desde una universidad británica, en red con investigadores de todo el mundo, para conseguir que los robots reconozcan las reacciones humanas. Parece difícil, pero nuestros gestos de pena, alegría, enfado o sorpresa son universales, y se puede programar al robot para que los reconozca en un sistema de castigo o recompensa. Cuando su dueño se enfade, el circuito de premio dirá al robot: te has equivocado, hazlo de otra forma. Y el robot podrá ir aprendiendo.
La próxima generación de robots no servirá en ejércitos suicidas ni en misiones espaciales. Se dedicará a hacer compañía a los corazones solitarios, cuidar a los mayores, entretener a los menores y echar una mano en casa. Todo ello requiere una avanzada ciencia de la computación capaz de leer e interpretar las emociones humanas, y de permitir al robot ir aprendiendo a convivir con las peculiaridades de su maestro. Una científica española dirige el proyecto europeo desde la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido).
Aunque los más famosos trabajen ahora en el sector de tóxicos y explosivos, los robots no fueron inventados para las tareas temerarias, sino para las soporíferas -el primero fue un ingenio de Tesibio de Alejandría para dar la vuelta al reloj de arena-, y la mayoría sigue trabajando en las interminables cadenas de montaje de la automoción.
El estado del arte son los robots cirujanos, que trasplantan riñones con más eficacia que sus colegas de carne, y los robots científicos, que planifican los experimentos igual de bien, y los hacen mucho mejor. Que los robots no se ocupen aún de las tareas domésticas puede parecer un descuido industrial, pero es un grave problema científico.
Los ordenadores ya igualan a los grandes maestros de ajedrez, pero las tareas que los humanos hacemos sin esfuerzo consciente -como aprovechar un pequeño tropiezo con la alfombra para sentarse en el único hueco libre del sofá- han resultado hasta ahora imposibles de programar en un robot. Y trabajar en casa requiere cosas aún peores.
"Para que los robots puedan vivir con la gente, tienen que crecer con los humanos y aprender a interpretar sus emociones", afirma la científica de la computación Lola Cañamero, de la Universidad de Hertfordshire, en el sureste de Inglaterra. "Esto implica varias estrategias que investigamos en paralelo, como equipar a los robots con el equivalente de un sistema de placer y dolor que priorice sus estímulos, permitirles aprender comportamientos sociales como la distancia que deben guardar a cada persona, y que aprendan a interpretar las emociones de los humanos".
Cañamero es la coordinadora del proyecto Feelix Growing, financiado con 2,5 millones de euros por el programa de robótica avanzada de la Comisión Europea. En él, 25 expertos en robótica, psicólogos y neurocientíficos de seis países colaboran para desarrollar robots "que interactúen con los humanos en su entorno cotidiano y de una forma fértil, flexible y autónoma".
¿Cómo puede un robot leer las emociones de su dueño? "Los robots tendrán que adaptarse a cada persona", explica Cañamero, "pero los humanos expresamos muchas emociones con unos signos externos universales e inconscientes; son ésos los que más nos interesa explorar".
Sus primeras tareas serán "la compañía, la dispensación de cuidados, el entretenimiento y la monitorización de pacientes".
Fue Darwin quien propuso que gestos "como encogerse de hombros en señal de impotencia, o alzar las manos abiertas en signo de asombro" son producto de la evolución, en su libro de 1872 La expresión de las emociones en el hombre y los animales.
Y las ciencias cognitivas contemporáneas -o más en general, los datos- vienen dando la razón a Darwin de manera rutinaria. La pena, la felicidad, el asco, el miedo, el amor, el odio y la sorpresa no sólo son universales en las culturas humanas, sino que hunden sus raíces en el pasado remoto de la especie. Sus signos externos son numerosos y reconocibles entre culturas. Y también lo pueden ser para un robot.
"Los signos externos de las emociones con los que más estamos trabajando", explica Cañamero, "son la distancia, la velocidad a la que anda la persona, las pautas de su movimiento, cómo mueve los brazos -todos estos movimientos son distintos si uno está triste, enfadado o contento, por ejemplo-, la postura general del cuerpo y la posición de la cabeza".
La científica prosigue: "El reconocimiento de los gestos faciales es obviamente un campo con muchas posibilidades, y uno de los grupos del proyecto, el de la Universidad Técnica de Atenas (Grecia), tiene experiencia en ello, pero esto tardará más en desarrollarse. Tampoco vamos a entrar ahora en el reconocimiento del lenguaje, aunque sí en el de la entonación de la voz, que es esencial en las emociones".
Con todos estos sistemas se puede establecer un feedback: por la reacción del humano -aspavientos, entonación de voz colérica- los robots deducen que algo han hecho mal y corrigen los parámetros de su centro de placer para portarse mejor la próxima vez.
Las emociones son la brújula del comportamiento. La pena sirve para mantener unidas a las parejas, y la búsqueda de la felicidad marca tanto los fines inmediatos como las prioridades estratégicas de todo individuo. Según Ronald de Sousa, profesor emérito de filosofía en la Universidad de Toronto, las emociones regulan la vida social, estructuran la educación moral y "nos protegen de una devoción demasiado servil a conceptos estrechos de racionalidad".
Los humanos intercambiamos señales emocionales continuamente, y no sólo con el gesto. Imaginen la coreografía que sigue a la apertura de puertas en un vagón del metro: la distancia es entonces un lenguaje social, como lo es la orientación relativa. Sólo con esas pistas, el movimiento de los robots adquiere unas propiedades chocantes.
"Dos de los prototipos que usamos tienen una apariencia muy simple, casi parecen aspiradoras, pero viéndolos moverse a tu lado resulta a veces difícil evitar la impresión de que son animalillos", dice Cañamero.
El "Henry Ford" del mundo del arte
Taschen, la firma con más éxito del negocio de la edición de libros de arte, relata su historia (que acaba de cumplir un cuarto de siglo) en un álbum de fotos que empieza, como las buenas colecciones, en la cuna de la criatura: una tienducha de 25 metros cuadrados con el escaparate pintado de violeta y una sábana encima, en la que se puede leer la palabra «comics». Corre el año 1980, estamos en Colonia y, dentro de la tienda, espera un adolescente flaco y con cara de malvado que posa en la siguiente instantánea.
El chico es Benedikt Taschen, 18 años, experto coleccionista de historietas y embaucador consumado, capaz de liar a familiares y amigos para que le financien su pequeño tenderete. Desde él, Taschen se inicia en el negocio de la importación y la reedición de libros... Libros que, por entonces, son sólo tebeos estadounidenses (no siempre recomendados para menores) como Sally Forth, la primera referencia de la casa Taschen.
1981: Benedikt se fotografía con la pose de un pequeño magnate sobre una butaca Wassilly. Al chico le ha salido bien la jugada de los comics y se permite editar sus propios catálogos y emplear a un par de amigos. Un año más tarde, podrá cambiar de local e instalarse en un tríplex del centro de Colonia con un cartel como Dios manda, con letras doradas en times new roman. Sentado sobre la mesa de su despacho, Benedikt mira a la cámara risueño delante del póster de un cómic -aparentemente gay-.
La sonrisa se le borra en 1983, año de sucesivos fracasos comerciales.Y reaparece en 1984, con una campanada surrealista. Una partida de 40.000 ejemplares de una edición inglesa abandonada sobre la obra de Renée Magritte cae en las manos de Benedikt, que paga por ellos al peso y los vende a sus compatriotas por un precio irrisorio. Acaba de nacer el Henry Ford del arte contemporáneo.Ya se sabe: vender mucho para vender barato para vender mucho para después...
Antes de terminar 1984, Taschen repite la jugada con Annie Leibovitz y Reinhart Wolf (ya en edición original de Taschen). A partir de entonces, el álbum de la casa se convierte en algo así como una colección de trofeos de caza: Gaudí, Schielle, Picasso, Van Gogh, Dalí... «¿Un genio como yo por 9,95 marcos?», se pregunta el pintor de Figueres en un anuncio de la editorial de finales de los 80.
Al entrar en los años 90, Taschen estrena sede (una imponente mansión de estilo afrancesado), comienza a convertirse en algo más que una editorial y se vuelve ¿un estilo de vida? Junto a la portada de nuevos éxitos, como Bauhaus, abundan las imágenes de fiestas y happenings con personajes como Cicciolina, marcas mitómanas dedicadas a Edith Piaf o Steve McQueen y máximas filosóficas: «No es cuestión del número de ejemplares que uno pueda vender, sino de hacer una colección de libros de la que sentirse orgulloso».
A mitad de la década de los 90, la firma abre tienda en Japón y se inicia en la publicación de un puñado de colecciones de lujo dedicadas a temas cada vez menos ortodoxos. Abren sus puertas sofisticadas tiendas en París y Los Angeles, regresan los comics al catálogo y aparecen colecciones dedicadas al diseño, el cine, «la cultura pop», la moda, el sexo (así, sin más) y el Lifestyle.O lo que es lo mismo: el delicado terreno de las tendencias.
Cientos de miles de compradores de sus clásicos libros monográficos en los grandes almacenes de todo el mundo no pueden sospechar que Benedikt Taschen -y su pandilla de compinches, incluida su ex mujer y aún socia, Angelica- es, por entonces, algo así como un objeto de culto.
La prueba está en todas las leyendas -a menudo, salvajes y simpáticas a la vez- que circulan sobre el bueno de Benedikt. Salvajes y simpáticas, como aquellas fotografías de cama que Helmut Newton hizo con Benedikt y Angelica Taschen hace algunos años y que, por cierto, no aparecen en el álbum de los 25 años de la editorial.
Benedikt, el coleccionista
Benedikt Taschen ya no es un adolescente delgaducho y con cara de gamberro. Ahora, Taschen mira con intensidad a la cámara, viste ropa negra ajustada y se corta el pelo al rape. Más o menos, lo que se puede esperar de un editor de arte cuarentón.
Pese a ello, Taschen sigue ejerciendo un carisma personal diferente que le permite ser una celebridad en los dos países entre los que reparte su residencia: Alemania (donde sigue siendo fiel a su ciudad natal, Colonia) y Estados Unidos (donde cuenta con casas en Florida y Los Angeles).
Su nombre (que no su apellido) es menos conocido en España, en donde alcanzó cierto renombre en el otoño de 2004. Fue entonces cuando el museo Reina Sofía de Madrid expuso, por primera vez en todo el mundo, los (muy divertidos y amplios) fondos de la colección personal de Taschen... Un privilegio que hasta entonces había permanecido restringido a los amigos e invitados del editor.
La afición de Taschen por el coleccionismo de arte, se pudo saber entonces, era una tradición familiar con la que tuvieron que cargar sus padres (médicos de profesión) durante los años de la posguerra. La carestía que sufría Alemania en aquella época hizo que muchos de sus clientes abonaran sus honorarios en especias.Especias como los cuadros y las esculturas con las que creció Benediktus en los años 60 y 70.
16 feb 2010
Mira Sorvino
Actriz de una versatilidad prodigiosa y ganadora de un Oscar, Mira Sorvino continúa añadiendo a su currículo papeles de lo más diversos.
En 1995, Sorvino dejó una indeleble impresión en los espectadores de todo el mundo con la su papel de Linda Ash, la prostituta y actriz porno de Poderosa Afrodita, de Woody Allen. Esta rompedora interpretación le valió el Premio a la Mejor Actriz de Reparto de la New York Film Critics Association y el National Board of Review, un Globo de Oro y, finalmente, el Oscar de Hollywood.
Sorvino ha aparecido más recientemente junto a Harvey Keitel, Steve Buscemi, David Arquette y Natasha Lyonne en La Zona Gris, de Tim Blake Nelson, drama en el que Sorvino interpretaba a una prisionera en Auschwitz que pasaba explosivos para preparar una revuelta. También protagonizó El Triunfo del Amor, de Clare Peploe, colaboradora y esposa de Bernardo Bertolucci, al lado de Ben Kingsley y Fiona Shaw.
Desafiándose constantemente a sí misma, entre los films más recientes de Mira Sorvino hay que destacar Nadie está a salvo de Sam, junto a John Leguizamo; el thriller de acción de Antoine Fuqua, Asesinos de Reemplazo, junto a la estrella de Hong Kong Chow Yun-Fat, Lulu on the Bridge, de Paul Aster, con Harvey Keitel, Willem Dafoe y Vanessa Redgrave.
Entre otros de sus trabajos, estarían su papel de intrépida científica en Mimic, de Guillermo del Toro. La comedia oscura de David Mirkin, Romy y Michelle, con Lisa Kudrow, Beautiful Girls, de Ted Demme, un cameo al lado de Harvey Keitel en Blue in the Face, de Wayne Wang y Between Strangers, co-protagonizada por Sophia Loren.
En 1994, Sorvino co-protagonizó junto a Rob Morrow y Ralph Fiennes Quiz Show: El Dilema, Previamente había participado en Barcelona, de Whit Stillman, film que cosechó excelentes críticas en su momento, así como Tarantella.
Detrás de la cámara, Sorvino ha sido productora ejecutiva de Amongst Friends, y co-productora de Freedom to Hate, un documental sobre el antisemitismo en Rusia. Hace poco, Sorvino produjo Lisa Picard is Famous, que fue a Sección Oficial en la edición de 2000 del Festival de Cannes. Dirigida por Griffin Dunne, la película es un "falso documental" que narra la vida de una mujer en los minutos que preceden a sus 15 minutos de fama.
En televisión, Sorvino fue nominada en 1996 al Emmy y al Globo de Oro a la Mejor Actriz por dar vida a la legendaria Marilyn Monroe en la producción HBO Norma Jean and Marilyn. Actuó al lado de Alan Alda en la producción de CBS Hallmark Jake's Women, de Neil Simon. También se la pudo ver con Ben Gazzara y Gena Rowlands en la producción de Showtime Parallel Lives, y en el papel de 'Conchita Closson' en la mini-serie de la BBC The Buccaneers, basada en la novela homónima inacabada de Edith Wharton.
Sobre los escenarios, Sorvino ha aparecido en Greensleeves de Joyce Carol Oates, así como en Best Of Schools en el UBU Repertory's Festival of New Plays.
Criada en Tenafly, New Jersey, Sorvino se graduó magna cum-laude en la Universidad de Harvard, donde se especializó en Cultura y lenguas de Extremo Oriente, llegando a vivir 8 años en Beijing y escribiendo en una tesis ganadora del prestigioso premio Hoopes sobre los conflictos raciales en China. Tras trabajar en programas sociales orientados a la lucha contra el analfabetismo y la intolerancia, Sorvino se concentró en su vocación como actriz. Mira Sorvino reside actualmente en Manhattan con su perra, Deer.
En 1990, Mira Sorvino se graduó con honores en la Universidad de Harvard con una licenciatura en estudios asiáticos. La Higuera
Profesiones del futuro no tan lejano
Con 2001 Odisea del Espacio fuimos lanzados bruscamente al futuro, y sin embargo ya hemos llegado y las cosas no han cambiado tanto. Pero sí han cambiado y seguirán cambiando. Sin embargo habrá profesiones que continuarán siendo indispensables, algunas más que otras. Habrá más movilidad, seguramente, pero todos necesitaremos un lugar en el que vivir, comer, higiene, educación y atención sanitaria para enfermedades hoy incurables o desconocidas. Habrá problemas económicos, como de costumbre. Siempre se buscará estimular el desarrollar la economía, pero ahora cuidando el medioambiente. La vida política cada vez más globalizada e intrincada. Probablemente querremos saber adónde van a parar lo que recaudan con nuestros impuestos, y querremos tener mayor participación en las decisiones sobre los asuntos que nos afectan en nuestra vida cotidiana.
Habrá nuevos negocios, innovaciones en todos los sectores... Patentes habrá a cada instante y otras quedarán pronto obsoletas. Para los nuevos problemas se buscarán nuevas soluciones. Aumentará la esperanza de vida pero esto significa que habrá mayor distancia intergeneracional. La educación seguirá siendo la clave para la formación de los niños y estudiantes. Pero los sistemas educativos se basarán más en las nuevas tecnologías que en otra cosa. Más serán los que accedan a las nuevas tecnologías y habrá más y más herramientas para interconectarnos. Las expectativas sociales serán cada vez mayores. Se buscará un mayor bienestar para un mayor número de ciudadanos y una de las exigencias será proteger las especies animales y vegetales y el medioambiente. Pero al mismo tiempo la población aumentará y el ecosistema estará más débil que nunca. Serán necesarias fuentes de energías renovables y alternativas, más limpias. ¿Cuáles entonces serán las profesiones por entonces?
Sin duda una policía virtual, genios en ciencias de la salud y en ciencias en general, y en nanotecnología y en investigación medioambiental... Expertos en longevidad, profesionales de la educación virtual, analistas de consumo energético, expertos teletransportadores... expertos en terapias experimentales, gestores de marca personal, expertos en terapias experimentales, gestores de recursos y de negocios bancarios, gestores de bases de datos, programadores personales de entretenimiento, consultores de relaciones personales en la red, especialistas en juegos virtuales, o gestores de avatares, cirujanos para ampliar nuestra memoria, a especialistas en leer la mente y a terapeutas socializadores, técnicos en telemedicina y a diseñadores y mecánicos de robots, analistas de reciclaje, a guías de viajes por el espacio, y a analistas y gestores de redes sociales, diseñadores de sistemas sociales, a los auditores y consultores financieros del cambio climático, comerciales de agua, asesores de derechos del terreno de los desiertos, proveedores de servicios de longevidad, a consultores personales de salud y obesidad, y a nutricionistas.
Conviene ir preparándose desde ya.
14 feb 2010
12 feb 2010
Hijos y famosos
Es de suponer que muchos hijos de famosos preferían no serlo. En primer lugar siempre se habla del "peso del apellido". Se establece una especie de competencia entre hijos y padres por no quedar rezagados en el anonimato, por obtener los mismos logros, por "estar a la altura de". Y, luego, las siempre horribles comparaciones en cuanto a su aspecto. No siempre los hijos heredan las belleza y el buen estilo de sus padres. Ni su talento. Muchas veces, las sucesivas separaciones y divorcios de los padres, o las exigencias apabullantes de los padres respecto de los hijos acaban en el suicidio o en la desgracia de estos últimos. Un ejemplo de ello, la saga de los Brando...
JUDY GARLAND Y LIZA MINELLI
Pero también es cierto que hay casos en los que la cosa funciona. Para ello tenemos el ejemplo de Judy Garland y Liza Minelli, dos mujeres con un enorme talento y mucha personalidad.
CAROLINA DE MÓNACO Y CARLOTA CASIRAGHI
Los genes de Carolina se transmitieron al completo a Carlota: nariz respingona, labios gruesos en forma de corazón, pelo oscuro y piel de porcelana. No ocurrió así con los hermanos de Carlota, más parecidos a su padre.
DEMI MOORE Y RUMER WILLIS
Otro caso en el que los genes de la madre han dominado a los del padre. Ambas tienen un rostro alargado y las similitudes son infinitas: nariz redondeada, labios finos, ojos almendrados y azules. No pueden negar su parentesco.
INGRID BERGMAN E ISABELLA ROSELLINI
Ambas tienen una belleza singular a la que han sabido sacar partido en la gran pantalla. Una mirada desafiante, una mandíbula ancha y fuerte y un tono rosado en la piel, pero sobre todo en los labios; todos estos rasgos supieron enamorar... y no sólo a la cámara.
KIRK Y MICHAEL DOUGLAS
Éste es uno de los parecidos más asombrosos entre padre e hijo. Michael ha heredado toda una serie de rasgos que imprimen a su rostro una distinguida personalidad. ¿Habría conseguido ligar tanto sin ese hoyuelo en la barbilla?
CHARLES CAHPLIN Y GERALDINE
Otro caso de buena genética y mucho talento. Charlie Chaplin era cómico dentro y fuera del cine. Gustaba a la gente y le gustaba la gente. Se recuerdan escenas públicas como aquella en un restaurante en que, al pedir su plato preferido de pescado, pescado a la plancha entero y muy grande, se ponía a dramatizar mientras todo el restaurante miraba desternillándose de risa cómo se lo comía lamentando su pérdida. U otras como probar el vino que le daba el camarero en su primera copa, escupirla con enorme asco ante el asombro de todos, incluido el camarero, y cuando se hacía el silencio mirar al camarero y decirle: «¡Excelente!». Son anécdotas de cómo la vida con él era una caja de sorpresas. (Comentado por su hija Geraldine en entrevistas). En los últimos años de su vida se mantuvo alejado del mundo en su mansión de Suiza, donde falleció el 25 de diciembre de 1977, mientras dormía, a la edad de 88 años. Alguna vez su hija Geraldine comentó curiosamente que a Charlie Chaplin nunca le gustó la Navidad ni disfrutar de ella, y que murió ese mismo día para recordarles todos los años la fecha de su muerte.
La química de los cosméticos
En la actualidad muchos productos de belleza y de higiene personal comerciales son elaborados con químicos que pueden ser peligrosos para la salud.
Incluso, en los Estados Unidos aproximadamente 60,000 mujeres son afectadas por el uso de estos productos con quemaduras, erupciones, alergias y hasta caída de cabello; sin contar los posible efectos cancerígenos que podría tener a largo plazo la exposición a estos químicos. Debido a ello, es necesario tener cuidado a la hora de escogerlos.
A continuación se ofrece un listado de productos para higiene y cosmética fabricados con ingredientes dañinos los cuales detallamos los siguientes:
Antibacterianos: Contienen colorantes (azul brillante FCF-E133; verde brillante BS-E142; amarillo/tartracina-E102; amarillo ocaso FCF-110; rojo 33); dietanolamina (DEA); formaldehído de quatemium 15; éter de glicol; mercurio y plomo; metil, propil, butil y etil parabenos; petrolato, fenilenediamina (PPD); falatos y tolueno; todos estos elementos, con un uso contínuo, pueden resultar peligrosos.
Jabón desodorante: Su pH 9 elimina el manto ácido protector de la piel. También contiene amoníaco, formaldehído y fenol, todos ellos carcinógenos, y triclocarban, que puede llegar a serlo con el uso diario.
Champú: Contiene cocamida DEA, que se asocia con nitrosaminas carcinógenas y lauril sulfato sódico, un conocido mutágeno.
Crema de afeitar: Contiene apinene, un producto químico que perjudica el sistema inmunológico.
Antitranspirantes: Contienen aluminio, ingrediente relacionado con el mal de Alzheimer.
Pasta dentífrica: Contiene sacarina y resorcinol, que puede causar trastornos sanguíneos, convulsiones y muerte.
Enjuagues bucales: Contienen un 27% de etanol, sospechoso de causar cáncer de esófago. También fenol, que puede provocar envenenamientos mortales al ser absorbido por la piel.
Lacas o fijadores de pelo: Contienen polivinilpirrolidina PEG-40, que posee niveles peligrosos de dioxina y propileno glicol. Los estudios sobre estos últimos han mostrado que pueden alterar las ondas cerebrales y producir trastornos hepáticos y renales.
Sombra de ojos: Contiene óxido de hierro, que es sospechoso de ser una toxina carcinógena.
Delineador de ojos: Contiene ascorbil palmitato y los palmitatos están considerados carcinogénicos, mutagénicos o tóxicos.
Rímel: Puede estar contaminado con bacterias. También contiene polivinilpirrolidina (PVP), carcinógeno.
Lápiz labial: Contiene parafina, que es una mezcla de hidrocaronos derivados del petróleo. Está contaminada con los carcinógenos benzo-a-pireno y benzo-b-fluroanteno.
Perfumes: Contienen tolueno, sospechoso de producir cáncer, así como benzaldehído, que es depresor del sistema nervioso y puede causar daños renales.
Protectores solares: Contienen padimato O y el conservante BNPD. Ambos crean la nitrosamina carcinógena
Loción corporal: Contiene aceites minerales que, al ser derivados del petróleo, incluyen hidrocarbonos aromáticos policíclicos contaminantes (PHAs), conocidos como xeno-estrógenos.
Talco: Resulta tóxico por inhalación. Se ha comprobado que dosis intravenosas mínimas causan tumores en las ratas.
Humectantes: Contienen ácido fenol carbólico, que puede provocar parálisis, convulsiones, coma y hasta la muerte por fallo respiratorio.
Es importante observar que no todos los productos cosméticos y de higiene personal son elaborados necesariamente con estos elementos, pero si una gran mayoría de ellos.
Por esa razón, se sugiere a la hora de adquirir un producto de belleza, leer la etiqueta donde se especifica su contenido. Sin embargo, resulta mejor elaborar los propios productos de belleza con elementos naturales los cuales son más saludables al organismo. Belleza Natural
11 feb 2010
Howard Phillips Lovecraft
JAVIER MEMBA
En mayor o menor medida, la creación literaria siempre obedece a las obsesiones de su autor. Ahora bien, en lo que a Howard Phillips Lovecraft se refiere, podemos ser categóricos al afirmar que construyó toda su obra, una de las más singulares e influyentes de la literatura fantástica, en base a sus fobias y complejos. Así, su aversión al pescado, le llevó a imaginar una serie de abominaciones procedentes del mar; su racismo, a las monstruosidades surgidas del apareamiento de los humanos con ellas; y las pesadillas, que invariablemente poblaron sus sueños, a la creación de un universo onírico que supera a las visiones producidas por la ingestión de alucinógenos.
Bien en solitario o bien en colaboración con alguno de sus muchos discípulos, que ya en vida le rindieron culto, Lovecraft escribió alrededor de 70 relatos, decenas de artículos y cientos de poemas. Paralelamente, su inveterada costumbre de contestar a cuantas misivas le remitieron sus lectores, hace que sus cartas estén cifradas alrededor de las 100.000. 60 años después de su muerte, Cthulhu, la más célebre de las siniestras divinidades por él imaginadas, ocupa el mismo lugar en la galería de la literatura de miedo -digámoslo con las palabras de Rafael Torres Oliver, uno de los mejores traductores del maestro- que Frankenstein, Drácula o el Bilbo Bolsón de Tolkien.
Padre viajante y madre autoritaria
Nacido en Providence (Rhode Island) el 20 de agosto de 1890, fue su padre un viajante de comercio -según algunos autores alcoholizado- que murió, sin haber conocido apenas a su hijo, cuando el futuro escritor contaba ocho años. Quedó así la educación del joven Lovecraft al cuidado de su madre, una mujer posesiva y autoritaria que le inculcó su misantropía en base a la creencia de que su ascendencia británica los hacía superiores al resto de los norteamericanos. Es curioso que tanta vanidad no le impidiera recordar constantemente su fealdad al pequeño Howard. En efecto, una de las claves de cuanto a él se refiere hay que buscarla en su ingrata apariencia; otra, en la espléndida biblioteca de su abuelo materno. Despreciado por el resto de los niños, solitario, fantástico y reprimido, Howard Phillips hallará refugio en las lecturas tempranas. Sólo tiene seis años y ya conoce las leyendas del paganismo clásico. Así las cosas, no tardará en llamar a la antigüedad clásica "la Edad de Oro del mundo".
Ya avanzada su experiencia como lector, los autores que más le influirán serán Edgar Allan Poe -a quien define como "deidad y fuente de toda ficción diabólica"-, lord Dunsany, Arthur Machen y el resto de los que, con el correr del tiempo, reunirá en su ensayo 'El horror en la literatura', la más lúcida reflexión sobre el género. Muerta su madre en 1921 y agotada la fortuna familiar que le ha permitido vivir hasta entonces, por primera vez en su vida H. P. Lovecraft se ve en la necesidad de trabajar. Como lo único que sabe hacer es escribir, será crítico, corrector de estilo y, lo que verdaderamente cuenta para nosotros: autor de cuentos de terror. Entre sus primeros lectores se encuentran algunos de los escritores que no tardarán en convertirse en sus discípulos: August Derleth, Frank Belknap Long, Clark Ashton Smith, Donald Wandrei o Robert Bloch. A ellos -con quienes superará su antigua misantropía- dirige algunas de sus primeras cartas, que a menudo firma con el seudónimo de Abdul Alhazred, evocando el más célebre de sus personajes.
Un texto fabuloso
Es Abdul un árabe que perdió el juicio durante la redacción del 'Necronomicón', texto fabuloso en donde se recopilan los ritos de Cthulhu y los sortilegios para invocar a los Dioses Arquetípicos y demás divinidades que esperan volver a dominar nuestro planeta, como lo hicieran antes de la llegada a él del hombre. La saga de Cthulhu -"un monstruo de perfil vagamente antropomórfico, pero con una cabeza semejante a la de un pulpo cuya cara fuera una masa de tentáculos; un cuerpo con escamas de aspecto gomoso; tremendas garras en las extremidades delanteras y traseras, y alas largas y estrechas detrás"- constituye lo mejor de su producción.
Casado con Sonia Greene en 1924, se iría con ella a vivir a Brooklin para separarse dos años después. De regreso a su Providence natal, Lovecraft volvió a ser el misántropo de siempre, sin más interés que sus lecturas y sus escritos. Murió de cáncer intestinal el 15 de marzo de 1937. Desde entonces, su prestigio entre los lectores de las más variadas nacionalidades ha ido en aumento. El Mundo
¿Te gusta escribir y quieres ganar dinero?
No cabe duda de que internet ha revolucionado nuestro modo de vida. Hoy puedes ganar dinero solo por escribir en blogs o páginas web, estés dónde estés si tienes un portátil y conexión wii-fi, o simplemente desde tu casa. Incluso puedes hacerlo con tu iPhone...
Pero lo importante es que te guste escribir y lo hagas correctamente. No todos saben hacer un resumen o comentar un libro. Pero si se os da bien, aquí os dejo dos páginas que creo que os pueden interesar:
Una de ellas es Shvoong. Puedes redactar comentarios sobre libros, páginas webs, reseñas de libros, de películas, resúmenes de artículos, sobre temas variados (echa un vistazo a las categorías antes de empezar). Cualquier contenido que viole los derechos de autor será borrado. Tu abstracto no deberá exceder las 900 palabras. Desde el mismo momento de comenzar por la senda de "escribir resúmenes" se ha de llenar un formulario con vuestros datos, incluída la dirección de correo electrónico) a los efectos de realizar los pagos de honorarios por intermedio de la companía PAYPAL). Los pagos se efectuarán por intermedio de vuestra cuenta. El monto de vuestras ganancias estará determinado por la "cantidad de visitas a la página del resumen" y conforme a su calidad.
La segunda es Practicopedia. En este caso se trata de enviar ideas prácticas bien redactadas según numerosas categorías. Las ideas reciben visitas y votos, y tú cobras según contribuyas a AdSense. Para colaborar necesitas por lo tanto tener el ID de AdSense (para ello debes tener a su vez un blog o una web con anuncios de AdSense).
En fin. Si llevas un redactor en el alma no te lo pierdas.
10 feb 2010
La arquitectura y el comic: Arquicomics
ARQUICOMICS es un blog creado recientemente para recopilar información sobre la relación entre la arquitectura y los cómics.
Se trata de dibujantes y autores de cómics que dan una visión personal de la ciudad, la arquitectura o los arquitectos.
En otros casos son los arquitectos quienes se sirven del lenguaje y recursos del cómic para contar sus proyectos o transmitir ideas.
En cualquier caso, esperan reunir muchos ejemplos e información sobre este tema. De momento, podéis ir viendo algunos de ellos.
Estáis invitados a participar.
Romance entre filósofos: Martin Heidegger y Hannah Arendt
Carta de Martin Heidegger a Hannah Arendt
¡Queridísima!
Gracias por tu carta. Si solamente pudiera decirte cómo soy feliz contigo- acompáñándote mientras tu vida y mundo se abren de nuevo. Y puedo ver apenas cuánto has entendido y cómo todo es providencial. Qué nadie aprecia jamás es cómo la experimentación consigo mismo, por esa circusntancia, todos los compromisos, técnicas, moralización, escapismo, y cerrando su crecimiento puede inhibir y torcer la providencia de Ser. Y esta distorsión gira en torno a cómo, a pesar de todos nuestros sustitutos para la "fe," no tenemos ninguna fe genuina en la existencia en sí misma y no entendemos cómo sostener cualquier cosa como esa por nosotros mismos. Esta fe en la providencia no excusa nada, y no es un escape que me permitirá terminar conmigo de una manera fácil. Solamente esa fe-que como fe en en el otro es amor-puede realmente aceptar al "otro" totalmente. Cuando vi que mi alegría en tí es grande y en crecimiento, eso significa que también tengo fe en todo lo que sea tu historia. No estoy erigiendo un ideal-aún menos sería tentado jamás a educarte, o a cualquier cosa que se asemeja a eso. Por suerte, a tí -como eres y seguirás siendo con tu historia- así es cómo te quiero. Sólo así es el amor fuerte para el futuro, y no sólo el placer efímero de un momento – sólo entonces es el potencial del otro también movido y consolidado para las crisis y las luchas que siempre se presentan. Pero tal fe también se guarda de emplear mal la confianza del otro en el amor. Amor que pueda ser feliz en el futuro ha echado raíz. El efecto de la mujer y su ser es mucho más cercano a los orígenes para nosotros, menos transparentes, por lo tanto providencial pero más fundamental. Tenemos un efecto solamente en cuanto somos capaces de dar-si el regalo es aceptado siempre inmediatamente, o en su total, es una cuestión de poca importancia. Y nosotros, cuanto mucho, sólo tenemos el derecho de existir si somos capaces de que nos importe. Nosotros podemos dar solamente lo que pedimos de nosotros mismos. Y es la profundidad con la cual yo mismo puedo buscar mi propio Ser, que determina la naturaleza de mi ser hacia otros. Y ese amor es la herencia gratificante de la existencia, que puede ser. Y así es que la nueva paz se desprende de tu rostro, el reflejo no de una felicidad que flota libremente, pero sí de la resolución y la bondad en las cuales tú eres enteramente tú.
Tu Martin.
La relación entre Martin Heidegger y Hannah Arendt tuvo dos momentos: el amor clandestino y el largo epílogo de esa pasión. La amistad de más de medio siglo debió superar un singular obstáculo: ella era judía –además de ser una gran teórica del totalitarismo– y él apoyó al nazismo durante los primeros años de la década del 30.
Se conocieron en 1924: Hitler escribía en la prisión Mi lucha y la inflación crecía hasta agotar las reservas de papel para la impresión de billetes. En ese contexto, las muchachas sensatas elegían oficios que les permitieran ganar algún dinero. Hannah Arendt, en cambio, eligió la filosofía. Dejó Königsberg y viajó a Marburgo, para estudiar con dos profesores que despertaban fervor entre sus alumnos: Rudolf Bultmann –renovador de la teología protestante– y Martin Heidegger.
Heidegger nada tenía que ver con el modelo del profesor tradicional. Vestía un traje de paño tirolés y sacaba a la filosofía fuera de las aulas en agotadoras excursiones por los caminos de montaña.
Pero también Hannah Arendt llamaba la atención de estudiantes y profesores. A su audacia intelectual sumaba un aspecto que intrigaba a los hombres: se había cortado el pelo a lo garçon y usaba ropa moderna y elegante, en particular un vestido que le valió el mote de La Verde. Vivía en una pequeña habitación, con un ratón al que alimentaba y mostraba orgullosa a las visitas.
La primera vez que se entrevistó a solas con Heidegger vestía un impermeable que le ocultaba media cara y un sombrero que le tapaba la otra mitad. A pesar de sus 18 años, estaba acostumbrada a enfrentarse al mundo con altivez y desenfado; pero esa vez eligió la timidez. Apenas respondía un sí o un no a las preguntas de su profesor, que era 17 años mayor. A un breve intercambio de cartas formales siguieron las citas clandestinas.
Heidegger estaba casado y tenía dos hijos. Su esposa, Elfride, una mujer de carácter férreo que más tarde apoyó al nazismo con mucho más fervor que su marido, organizaba el hogar y la vida social. Heidegger impuso a Hannah el más riguroso secreto: ninguno de los amigos de la muchacha debía enterarse de su romance.
El refugio de Heidegger era una cabaña en el monte Todtnauberg, en la Selva Negra, que conservó hasta el fin de su vida. Y allí, mientras continuaba su romance, comenzó a escribir el libro que lo consagró: Ser y Tiempo (1927). A la vez que exploraba un nuevo lenguaje para la filosofía, también aprendía el idioma del amor clandestino: citas secretas, mensajes en clave, lámparas que se encendían para alertar o para invitar.
En el verano de 1925 se separaron, porque ella viajó a Friburgo para estudiar con Edmund Husserl. A pesar de eso, en 1926 volvieron a tener varios encuentros en Suiza. Luego ella se estableció en Heidelberg para estudiar con Karl Jaspers y allí concibió un libro sobre Rahel Varnhagen, una judía que vivió entre los siglos XVIII y XIX. Rahel estuvo a punto de casarse con un gentil, el conde de Finckenstein, cuya falta de decisión acabó por frustrar la boda. En su retrato del conde, Arendt aludió a un Heidegger sin carácter, siempre indeciso, pero capaz de sacar provecho de su indecisión.
En 1929 Hannah se casó con Günther Stern, intelectual judío que, como ella, procedía de una familia liberal. Ella no era feliz en su matrimonio y pronto los problemas se agravaron por el ambiente hostil de la Alemania de entreguerra. Stern huyó de Alemania unos pocos días antes del incendio del Reichstag, atentado que sirvió a Hitler para consolidar su poder con leyes de excepción. Hannah se quedó con su madre, Marta, y aunque fueron arrestadas por la policía, pronto consiguieron la libertad y huyeron a París. Entre tanto, Heidegger descubría en el movimiento de Hitler una suerte de revolución metafísica capaz de salvar a Europa del peligro de la técnica desencadenada. En 1934, Heidegger fue nombrado rector de la Universidad de Friburgo y se afilió al Partido Nacionalsocialista. Las autoridades impulsaban nuevas leyes que limitaban las actividades de alumnos y profesores judíos. El rectorado de Heidegger se extendió hasta febrero de 1934, cuando se le exigió la separación de dos decanos designados por él y se negó.
Heidegger mantuvo un largo silencio sobre su grado de adhesión al nazismo. Cuando en 1966 concedió una entrevista al semanario alemán Der Spiegel, puso como condición que el reportaje fuera publicado luego de su muerte. Allí respondió con firmeza a las acusaciones más graves, como la prohibición de entrada a la Universidad de Husserl, la expulsión de alumnos judíos y la expurgación de la biblioteca de obras de autores judíos. Pero a pesar de afirmar que luego de su rectorado se dedicó a criticar al régimen, en 1935 todavía continuaba firmando algún indirecto elogio al nazismo.
La historia pasó sobre Heidegger sin obligarlo a moverse de su sitio; Hannah, en cambio, debió viajar una y otra vez. Tras el divorcio de Günther Stern, se unió a Heinrich Blüchner, que en su juventud había estado en las filas de Rosa Luxemburgo. Con la entrada de Francia en la guerra, Hannah, como tantos otros alemanes, fue llevada a un campo de detención. Le tocó un campo en Gurs, cerca de la frontera española, donde convivió en una barraca con otras sesenta mujeres en medio del barro, las ratas y los piojos. Cuando logró escapar del campo se escondió en Montauban, donde se reencontró con Blüchner.
Aprovechando sus contactos con las organizaciones sionistas, lograron tomar un tren hacia Lisboa y allí embarcaron rumbo a Nueva York. Pronto Hannah ganó un lugar como escritora independiente y alcanzó la dirección de la organización Jewish Cultural Reconstruction. Regresó a Alemania en 1949. Todavía no era una autora conocida: su obra fundamental, Los orígenes del totalitarismo, apareció meses más tarde. Visitó primero a los Jaspers en Basilea y el 7 de febrero de 1950 llegó a Friburgo. Le hizo llegar a Heidegger una nota sin firma, que sólo decía: “Estoy aquí”.
El filósofo respondió invitándola a cenar e insistiendo luego en que se quedara a conocer a su esposa. Alois Prinz cita en su biografía de Arendt, La filosofía como profesión o El amor al mundo, una de las cartas de la pensadora a su marido: “Hoy se ha peleado con su mujer; ella le hace la vida imposible desde hace veinticinco años, o desde que, de alguna manera, se las ingenió para hacerle confesar la verdad. Y él, que es un mentiroso notorio y miente siempre y sobre todo lo que puede, confesó en el curso de la maldita conversación entre los tres que la nuestra había sido antaño la pasión de su vida. Me temo que, mientras viva, la mujer estará dispuesta a estrangular a todos los judíos”.
Heidegger y Hannah siguieron el resto de su vida en contacto. Cuando ella le envió en 1960 su libro Vita activa, lo acompañó con una carta donde le decía que ese texto, concebido en los primeros días de Marburgo, le debía todo a Heidegger. En otra hoja escribió: “La dedicatoria de este libro está vacía. Quería dedicártelo a ti, al confidente, al que guardé fidelidad, y no guardé, ambas cosas con amor”.
Hannah visitó a Heidegger varias veces más durante los años sesenta. A Elfride ya le preocupaba menos el viejo romance que los cigarrillos de Hannah. Cuando ella se marchaba, ventilaba durante días los ambientes.
Entre tanto, Arendt había sumado a su reconocimiento como escritora el incómodo renombre de la polémica. En 1962, cuando siguió para The New Yorker el proceso a Adolf Eichmann, sus consideraciones sobre la complicidad de los consejos judíos causaron estupor. También incomodó su idea de la banalidad del mal, que muchos interpretaron erróneamente como una atenuación de la culpabilidad nazi. Las críticas de las instituciones judías arreciaron y varios de sus antiguos amigos se distanciaron de ella.
Hannah y Heidegeger se vieron por última vez en 1975. El 4 de diciembre de ese año, Hannah fue alcanzada por un segundo infarto en su departamento de Nueva York. En su funeral, Hans Jonas, amigo desde los tiempos de Marburgo, dijo que para Hannah la amistad era lo más importante, y que cuando se vinculaba con alguien de verdad, lo hacía para toda la vida. Así había ocurrido con Heidegger, destinatario de tantas cartas y de una dedicatoria vacía.
Por: Pablo De Santis
9 feb 2010
Descargar Adiestrar la mente, Dalai Lama
Este texto es un comentario sobre los Ocho versos de Langri Tangpa que proviene de la escuela kadampa del budismo tibetano.
En la primera parte el Dalai Lama habla de los principios budistas en general ya que los versos son una enseñanza sumamente condensada.
Luego en la segunda parte toma los versos uno por uno para indagar en su significado.
El Dalai Lama dio estas enseñanzas en la Universidad de Washington D.C. el 8 de noviembre de 1998, con motivo de la invitación de la Conservancy for Tibetan Art and Culture (CTAC) y del Kennedy Political Union de la Universidad Americana.
El contenido del texto digital e impreso es idéntico.
Ver también:
- Los ocho versos de Langri Tangpa (texto original para descargar)
- Eight Verses for Training the Mind Serie de conferencias MP3 dadas por Subhuti (en inglés) acerca de los ocho versos
- Libros acerca del budismo tibetano
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¡Más cafeína!
KARELIA VÁZQUEZ 20/12/2009
La vida sin café es dura, al menos sin las dosis imprescindibles: el primero de la mañana, el de después de comer, el de media tarde... Si ha leído hasta aquí, seguramente es porque usted también habrá elaborado alguna vez argumentos como "voy con el piloto automático hasta que no me tomo un café" o "no soy yo sin un café". Nunca hay que sentirse solo y en esta "guerra" sobra la compañía. Los caffeine crazies -siempre hay un término acuñado en inglés en toda tendencia que se precie- podrían formar varios ejércitos. Unos toman cafés; otros, Coca-Cola o sus versiones, y otros, bebidas energéticas, entre las que reina Red Bull con 80 miligramos de cafeína en cada bote.
Necesitamos estar despiertos, brillar y ser ingeniosos todo el tiempo. Y como vamos escasos de horas de sueño, tiramos de ayuda extra. El éxito global de Starbucks, las cafeteras Nespresso y el Red Bull atestiguan el posicionamiento de la cafeína, un polvo cristalino blanco y brillante perteneciente a la familia química de los alcaloides y que no sufre el descrédito de otras sustancias, como estimulante contra la fatiga.
Mark J. Penn, autor de Microtendencias. Los pequeños cambios que están detrás de los grandes cambios de mañana, recomienda a empresarios y políticos prestar atención a la pasión que levanta la cafeína entre sus compatriotas. Uno de cada cuatro americanos -señala Penn- bebe varios cafés durante su jornada laboral, y Red Bull ha pasado en cuatro años de ser una bebida desconocida a ser la séptima más consumida. ¿Por qué necesitamos algo que nos despierte? Penn asegura que los estadounidenses duermen un 25% menos que hace 100 años y tratan de maquillar esta carencia con toneladas de cafeína. Por otro lado, asegura que una población envejecida como la americana -también la española lo es- valora como nunca antes la sensación de vitalidad y energía. "La mayoría de nosotros quiere estar alerta, con las pilas bien cargadas, para ser superhombres o supermujeres. Nadie quiere estar cansado. Si Red Bull me puede dar todo esto, "¿qué importa que me beba tres latas al día?", escribe en su libro.
Según el experto, en Estados Unidos también triunfan inventos diabólicos como el Donut con cafeína (Buzz Donet), un intento de hacer un dos en uno y condensar café y bollo para los que van con prisas. Incluso en el Reino Unido se investigan las cifras del creciente consumo de café, que amenaza con ponerse a la altura de la británica costumbre de tomar el té.
¿Y qué hay de malo con animarnos con un poco de cafeína? La dosis letal es de 5.000 miligramos, luego habría que beber 40 tazas de café bien cargado en un corto periodo de tiempo y, la verdad, no es muy habitual. De hecho, las intoxicaciones mortales por cafeína son una curiosidad médica.
El efecto de un café con azúcar sobre el rendimiento intelectual de 80 estudiantes universitarios fue medido por un grupo de investigadores de la Universidad de Barcelona mediante técnicas de resonancia magnética. Se comprobó que las dosis bajas de una mezcla de cafeína y glucosa, como las que se encuentran en una taza de café o en un refresco de cola, mejoraban el rendimiento, el aprendizaje y la memoria. A partir de los 500 miligramos de cafeína empezaron a aparecer estados de ansiedad y un exceso de estimulación. Pero éstos son problemas menores frente a la enorme ventaja que el Homo sapiens de principios del siglo XXI ha encontrado en la cafeína: la posibilidad de estar alerta. Mark J. Penn, cuyo trabajo es dar pistas a los empresarios de buenas oportunidades de negocio, lo ve muy claro: "Es el momento de abrir bares de cafeína donde puedan juntarse personas de diferente naturaleza, cultura y nacionalidad con un objetivo común: permanecer despiertos 24 horas".
En dosis
Entre 75 y 150 miligramos. Eleva la temperatura, el ritmo respiratorio y los niveles de ácido gástrico en el estómago. Cantidades más altas pueden producir ansiedad, irritabilidad, insomnio, taquicardia y diarreas. Pero todo depende de cada organismo.