8 feb 2010

La Bauhaus

Escuela de diseño, arquitectura e industria, "la Bauhaus" fue fundada en 1919, en Weimar, por Walter Gropius, trasladada en 1925 a Dessau y disuelta en 1933 en Berlín. El espíritu y las enseñanzas de esta institución puede decirse se extendieron por todo el mundo. Henry Van de Velde, director antes de la I Guerra Mundial de la Escuela Ducal de Artesanía y de la Escuela Ducal Superior de Artes Plásticas ambas en Sajonia, propuso al Gran Duque como sucesor suyo, a Walter Gropius.

Tras una entrevista con el Gran Duque, consiguió plena autorización para reorganizar estas Escuelas. Al entrar en funciones como director en 1919, reunió ambas escuelas en una sola con el nombre de Das Staatliche Bauhaus Weimar (Escuela estatal de Arquitectura de Weimar). Esta fusión de las escuelas tuvo gran importancia elevando de rango instantáneamente el complejo Arte-Oficios. Gropius sostenía que el artista y el arquitecto deben ser también artesanos, para conocer experimentalmente los materiales de tan diferente naturaleza con que han de operar al mismo tiempo que deben dominar la teoría de las formas y el modelado. Gropius acabó con la tradicional separación entre artistas y artesanos. Un edificio terminado ha de ser el resultado de la labor conjunta de los artistas y de los artesanos, cada uno de los cuales habrá aportado su trabajo propio orientado al mismo fin. Propugnaba el trabajo en equipo para la construcción, el mobiliario, la cerámica y para todas las demás artes relacionadas con la arquitectura. También la formación industrial entraba en el plan de enseñanza de la Escuela.

Gropius no era, como Morris, enemigo del empleo de las máquinas en la obtención de objetos de arte, sino subordinaba las maquinas a la acción creadora del artista. Muchos criticos opinaron, en cambio, que los estudiantes estaban recargados de trabajo, ya que tenian que aprender un oficio y ademas habian de ocuparse del manejo de las máquinas. Para Gropius, la máquina solo era el perfeccionamiento de las herramientas del artesano, que, antes de utilizar las máquinas, debe conocer exactamente los materiales y todas sus posibilidades. El equipo de trabajo para la construcción tiene su paralelo en la colaboración para fines industriales; en ambos casos, se obtienen los mejores resultados cuando cada colaborador no solo domina su propio cometido como tarea aislada, sino como parte de la obra en su conjunto. La misión de la Escuela cada vez de mayor envergadura, no se limitó a la artesanía, sino a la creación de modelos para la producción masiva industrial. En este sistema de montaje el artista halló un verdadero estímulo que le impulsaba a su propio perfeccionamiento; cuando, por ejemplo, formaba con sus manos, un modelo de tetera en barro para la fabricación en serie, no era ya un mero dibujante, autor de bosquejos sobre el tablero, sino un proyectista y un artesano al mismo tiempo. El plan de enseñanza de la Escuela preveía dos cursos paralelos, el del trabajo manual y el de las formas. En los primeros años de la Escuela, en cada clase intervenían dos profesores, un artista y un artesano, que trabajaban en íntimo contacto. La enseñanza comenzaba con un curso preparatorio de seis meses, dedicado a prácticas de taller con diversos materiales: piedra, madera, metal, barro, vidrio, colorantes y tejidos, juntamente con nociones de dibujo y modelado. El estudiante debía manifestar qué material le resultaba más atrayente y para cuál poseía una mayor facilidad de trabajo. Los escolares aprendían el manejo de las herramientas y después el uso de las máquinas que en la industria sustituyen a aquéllas. En la enseñanza de las formas entraba el estudio de principios fundamentales en la construcción de los edificios, de la oposición y conocimiento del espacio, de los colores y sobre todo de las formas. Gropius logró reunir un profesorado sobresaliente, que alcanzó gran éxito en su misión. En 1919, llegó a la Escuela Johannes Itten al que un año antes Gropius había encontrado en una escuela privada de Viena, y al cual confió la dirección del curso preparatorio. Itten, organizó muy acertadamente el estudio de los materiales, ya que para trabajar con exito un material debe conocerse su estructura. El alumno que debe trabajar un material determinado, ha de estar familiarizado con el mismo y conocer todas sus propiedades, en comparación con otros materiales. Otros profesores en la Escuela de Weimar fueron: el pintor Lyonel Feininger y el escultor y ceramista Gerhard Marcks, que entraron ambos en 1919; en 1920, llega a la escuela el pintor y escritor Georg Muche; en 1921, Paul Klee y Oskar Schlemmer; en 1922, Wassily Kandinsky, y en 1923, el pintor, decorador, fotógrafo y tipógrafo Lászlo Moholy-Nagy. En 1923, a petición de la Dieta de Turingia, se redacta una Memoria sobre la Escuela, aunque ya Gropius se había adelantado a ello; el tema de esta Memoria era Arte y Técnica: una nueva unidad y se refería a distintos trabajos efectuados sobre diferentes materiales y con herramientas individuales, a estudios teóricos y a la casa unifamiliar “Am Horn”, construida por la Escuela. Esta casa, de planta cuadrada, en la que varias habitaciones pequeñas se agrupaban alrededor de una mayor, fue calurosamente elogiada por muchos críticos, entre ellos el Dr. E. Reldslob, Regidor de Arte del Imperio Aleman. Pero estos éxitos de la Escuela no impidieron que en Weimar tropezara con la violenta oposición de los conservadores, porque era considerada por muchos como de carácter socialista. También el Gobierno de Turingia mostró su hostilidad a la Escuela, viéndose obligado Gropius, a fines de 1924, a ordenar su clausura. Apoyado por los profesores y por los alumnos, el 26 de diciembre anunció al Gobierno de Turingia que, al terminar su contrato, en abril de 1925, se disolvería la Escuela. Varias ciudades solicitaron la Escuela: Frankfurt, Hagen. Mannheim, Darmstadt y Dessau. El burgomaestre de Dessau manifestó un especial interés por el traslado de la Escuela a su ciudad, adquiriendo siete locales, en los que funcionaría provisionalmente la Escuela, hasta la erección del edificio definitivo que Gropius proyectó, a propuesta del Consejo de Dessau; empezó la construcción del nuevo edificio en el otoño de 1925 y se terminó en diciembre de 1926. Constaba la nueva Escuela de tres alas principales, una para la enseñanza técnica, otra para los laboratorios y talleres y otra para los alojamientos. En el puente o paso entre los locales para enseñanza y para laboratorios, se encontraban las oficinas, el club y un taller privado de Gropius; la planta de alojamiento, de seis pisos, contenía 28 habitaciones para los alumnos. La construcción se hizo, en parte, con estructura de hormigón armado. En el ala de los talleres y laboratorios se emplearon cubiertas de hormigón armado y pilares en forma de capiteles que permitieron la formación de una fachada de vidrio, corrida, a lo largo de tres pisos. Esta fué la primera vez que se empleó el cierre de pared cortina en un edificio industrial, y, al igual que en esta Escuela, pronto se extendió su uso, en Europa y América, a edificaciones análogas. Al trasladarse la Escuela a Dessau, hubo un cambio en el plan de enseñanza. En vez de la clase doble de modelado y artesanía, cada una a cargo de un profesor, se nombró un solo profesor, especializado en ambas disciplinas, para las dos clases. Fue posible esta innovación porque ya había profesores que habían sido antiguos alumnos: Josef Albers, Herbert Bayer, Marcel Breuer, Hinnerk Scheper y Joost Schmidt. Siete de los profesores de Weimar se incorporaron también a Dessau. En cambio, Gerhard Marcks no pudo trabajar en la nueva Escuela, por haber fallado el proyecto de montar un taller de alfarería y cerámica en Dessau. Johannes Itten abandonó la Escuela en la primavera de 1923, por no estar conforme con la orientación del curso preparatorio; su labor fue proseguida por Moholy-Nagy y Josef Albers, que ampliaron notablemente el contenido de este curso. También en Dessau, la Escuela cumplió su contenido y fue fiel a su divisa: la enseñanza de las formas, de la técnica y de la artesanía en todos los campos de iniciativa creadora, pero especialmente en la construcción; trabajos prácticos de investigación, sobre todo en arquitectura y en interiores; preparación y formación de modelos para la industria y al artesanía, y venta de estos modelos para la industria y la artesanía, y venta de estos modelos a la industria para su comercio. La doctrina general de la Escuela fue siempre la conexión de todos los trabajos artísticos y la dependencia íntima entre unos y otros. Gropius dirigió la Escuela de Dessau hasta 1928, y hay que tener en cuenta toda su actuación anterior, para enjuiciar como es debido su labor y su dedicación a la Escuela. Por recomendación del propio Gropius, le sucedió el arquitecto suizo Hannes Meyer, que antes había sido director de la sección de Arquitectura. Meyer, dimitió en junio de 1930, por discrepancia con las autoridades de la ciudad, reintegrándose Gropius nuevamente a su cargo. Finalmente tomo posesión de la dirección de la Escuela Ludwig Mies van der Rohe, a la propuesta de Gropius. Por presión de los nacionalsocialistas, que tomaron e poder en el Ducado de Sajonia, se trasladó la Escuela a Berlín en 1932, y en abril de 1933 fue disuelta. Aunque la Escuela se cerró entonces, no murieron sus enseñanzas y métodos, sino que se extendieron por todo el mundo.

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