El arte del orden compulsivo de Ursus Wehrli

El artista suizo Ursus Wehrli reorganiza el mundo en sus trabajos. Se trata de un artista bastante particular, ya que además es comediante, acróbata, músico y productor. Es que Ursus Wehrli cree que los elementos de una obra de arte deben ser dispuestos de modo racional y rigurosamente simétrico. A partir de esa idea él creó un manifiesto y lanzó el libro de fotografías llamado The Art of Clean Up. En este texto el artista intenta reorganizar situaciones y objetos de uso cotidiano, agrupándolos por tamaños y colores. Es un manifiesto visionario que anhela ser una contribución hacia un enfoque más racional, una forma más organizada y más limpia del arte moderno. En el desmontaje de la obra de Paul Klee, Johns Jaspen y otros maestros, Wehrli postula un mundo del arte más perfecto.

Su próximo libro tiene como misión extender este principio en el mundo físico, con resultados muy “curiosos y satisfactorios”, según ha declarado su autor. Para muestra sólo hay que ver lo que un plato de sopa de letras representa en el mundo de Wehrli. “Después de ver sus conferencias TED y viendo su cosmovisión a través de su libro, he sido infectado y trataré de poner en orden todo lo que veo ahora”, es uno de los comentarios más usuales entre sus seguidores.

Su concepto artístico ha quedado plasmado en una reciente exposición, denominada “Badewiese aufräumen”. En ella hay un dechado de creatividad al servicio del orden. Se trata de un mundo regido por esquemas precisos, un catálogo de montaje a partir de la disección visual de cómo se presentan las cosas según los usos más habituales de los seres humanos.
Una porción de conífera puede ser compuesta a partir de sus ramas y hojas y detalladamente presentarse como si fueran motivo de estudio, sector por sector. Igual suerte para una vista sobre una piscina, con aquel paisaje humano que fuerza el caos visual y el desorden público. Allí es que el artista suizo intenta reparar y hermanarse con la armonía, para darnos una visión equilibrada y racional, más cercana a una disposición puntillosa, una deconstrucción que deriva, finalmente, en una nueva construcción.

Nadie queda impávido ni indiferente ante la propuesta de Ursus Wehrli. El riesgo es asomarse a una obra que discute la evolución de la sociedad y obliga a re-discutir parámetros que de tan usuales parecieran nociones olvidadas. ¿Qué fue de la asimetría propuesta de la naturaleza? ¿qué devino el natural orden de las cosas tan presente en la filosofía occidental? Algunas preguntas, apenas, para reflexionar ante una evidencia siempre sorprendente: la prolijidad, el rigor y el budismo gráfico puesto de manifiesto en las preocupaciones de Wehrli.