6 nov 2016

Klaus Kinski y la ira de Dios

Nikolaus Karl Günther Nakszynski o Klaus Kinski (Sopot, Ciudad libre de Dánzig, 18 de octubre de 1926 - Lagunitas, California, 23 de noviembre de1991) fue un controvertido actor alemán, muy vinculado al director Werner Herzog. Fue el padre de la actriz Nastassja Kinski.

Biografía

Kinski sirvió como paracaidista en el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial movilizado forzosamente por las Juventudes Hitlerianas. Muy al comienzo de la guerra fue hecho prisionero en los Países Bajos y pasó el resto de la guerra en un campo de prisioneros en Inglaterra, donde aprendió inglés y teatro improvisado para prisioneros.
Al finalizar la guerra, empezó a actuar en obras de teatro con una troupe ambulante, cobrando fama con sus monólogos de William Shakespeare y del patriarca y prócer de los poetas malditos, François Villon, que interpretaba con una dicción impecable del alemán y con una pasión declamatoria poco tradicional a los estilos dramáticos de generaciones anteriores. Trabajó con grandes directores teatrales que inculcaron en él principios propios del teatro de la crueldad, abstracto y experimental, prohibidos durante el nazismo y también aprendió conceptos de la teoría de la representación que utilizaría durante toda su carrera. Pero Kinski pronto pasó a la industria del cine, que consideró mucho más rentable.
Poseedor de un carácter temperamental e irascible, sus actuaciones fueron verdaderamente teatrales y sus personajes psicóticos. Era además adicto sexual, de una coprolalia irrefrenable, y solía dejar a su paso una estela de enemigos personales debido a su grosería y agresividad. Una rara excepción es Claudia Cardinale, con quien trabajó en Fitzcarraldo, pues lo recuerda cortés y atento.

Debutó en el cine en 1948, en el film Morituri. Actuó en un gran número de películas, casi todas ellas de ínfima categoría, como él mismo reconocía al no importarle las diferencias de calidad o profesionalidad para ser exigente. Llegó inclusive a pensar despectivamente y tener serias dudas sobre la excelencia del arte y medios artísticos en los que se empeñaba y sospechaba ser personalmente explotado al igual que su contemporáneo Marlon Brando, de los que llegó a decir: «Soy una prostituta. Hago esta basura por el dinero, nada más». 
No obstante, algunas de ellas fueron películas importantes dentro de sus respectivos géneros, como Doctor Zhivago (David Lean, 1965) y Per qualche dollaro in più (Por unos pocos dólares más o La muerte tenía un precio, Sergio Leone,1965).
Alcanzó cierto renombre con sus papeles de psicópatas y dementes, y llegó a ser de alguna manera estereotipado para ocupar dichos roles.
Su participación en Angel (Venus in Furs o Paroxismus), en 1968, fue el punto de encuentro con uno de los directores con los que más conectó (quizá más que conWerner Herzog), Jesús Franco. Con el director madrileño trabó una gran amistad, quizá debido a la peculiaridad de sus respectivos caracteres. El director español es uno de los pocos que reccordaban con placer a Kinski, afirmando que lo prefería a él, con su locura y temperamento, que a Christopher Lee, por ejemplo, «demasiado señorito inglés». Otras películas que Kinski realizó con Franco fueron Jack the Ripper, El conde Drácula y Justine (Deadly Sanctuary).
A principios de los años 1970 llevó a cabo una serie de polémicas presentaciones teatrales conocidas como Jesus Christus Erlöser o simplemente Jesus Tour, en las que se enfrentaba abierta y hostilmente al público, se autoproclamaba el mesías e incitaba la reacción visceral del auditorio con toda suerte de provocaciones. Los guiones completos de sus presentaciones, así como su grabación en audio, se conservan. El momento más célebre de esta presentación se puede encontrar en el documental biográfico Mi enemigo íntimo (Mein Liebster Feind, 1999), de Werner Herzog.

Trabajo con Herzog

La reputación internacional de Kinski se forjó gracias a sus colaboraciones con el director Werner Herzog —a quien, curiosamente, había conocido cuando Herzog era todavía un niño, pues habían compartido pensión en Múnich. Protagonizó cinco de sus largometrajes: Nosferatu, el vampiro un film clásico del terror que alberga una de sus mejores actuaciones, en un papel hecho a su medida, Aguirre: la cólera de Dios (o Aguirre, la ira de Dios), Woyzeck, Fitzcarraldo y Cobra verde.
Entre Herzog y Kinski siempre hubo una difícil relación profesional que se podría calificar de amor-odio y que quedó plasmada en el documental Mi enemigo íntimo, en el que Herzog afirma que ambos llegaron a planear asesinarse mutuamente. De hecho Kinski habló de Herzog de la siguiente forma:
«Es un individuo miserable, se me pega como una mosca cojonera, rencoroso, envidioso, apestoso a ambición y codicia, maligno, sádico, traidor, chantajista, cobarde y un farsante de la cabeza a los pies. Su supuesto “talento” consiste únicamente en torturar criaturas indefensas y, si hace falta, matarlas de cansancio o asesinarlas. Nadie ni nada le interesa, a excepción de su penosa carrera de supuesto cineasta. Impulsado por un ansia patológica de causar sensación, provoca él mismo las más absurdas dificultades y peligros y pone en juego la seguridad e incluso la vida de otros, sólo para después poder decir que él, Herzog, ha domeñado fuerzas aparentemente insuperables. Para sus películas echa mano de personas poco desarrolladas mentalmente y de diletantes, a los que puede manejar a su antojo (¡y, supuestamente, hipnotizar!), y a los que paga un salario de hambre, y eso si les paga. El resto son tullidos y abortos de todo tipo, a fin de parecer interesante. No tiene la menor idea de cómo se hace una película. Ya ni intenta darme instrucciones. Hace tiempo que ha renunciado a preguntarme si estoy dispuesto a llevar a cabo sus aburridas chorradas, ya que le tengo prohibido hablarme».

Ya desde un inicio, las tensiones en el tándem Herzog-Kinski habían tocado picos peligrosos y se amenazaron de muerte en repetidas ocasiones. Por otro lado, la actitud de divo de Kinski en las filmaciones le granjeó numerosos enemigos, hasta el punto de que, según Herzog, en una ocasión un jefe indio se le ofreció para matar a Kinski. El actor plasmó su rencor y resentimiento hacia Herzog en su autobiografía, en la que dice, refiriéndose a Herzog: «Sucio bastardo, que no sabe nada de cine, todo lo rodé yo, no tiene nada de cultura, es un analfabeto»; y sigue: «Le rompería la cara, le cortaría la cabeza, lo mataré con mi fusil de balines». Afirma también que es un «cagado y gallina», que le tiene miedo a los indígenas y que es un cruel y vil que maltrata a los animales y a la gente de su troupe. En fin, para completar el cuadro, hay que decir que Werner Herzog afirma que estos insultos fueron una maniobra publicitaria planeada por ambos.
La más turbulenta colaboración de Kinski con Herzog fue, sin duda, Cobra verde, en la que representaba al tratante de esclavosFrancisco Manoel Da Silva. Durante el rodaje, Kinski atacó físicamente a Herzog y abandonó la filmación sin haber concluido la película. Dicho episodio terminó de romper la relación entre Kinski y Herzog.

Después de Herzog

Después de la ruptura definitiva entre los dos artistas, Kinski siguió interpretando papeles en films de muy diverso tipo. Llegó a participar incluso en Los frutos de la pasión, respecto a la cual afirmó que los actores realizaban el acto sexual de verdad.
Otros films de esta época son Androide, La chica del tambor, Venom, Psicópata y Crawlspace. Volvió al papel de Nosferatu enNosferatu en Venezia y en 1985 rodó a las órdenes del director español Fernando Colomo El caballero del dragón. Se dice que en este rodaje Kinski intentó arrancar con la mano las barbas del director y se subió a las espaldas de Fernando Rey.
Su última película, rodada en 1989, marcó su debut como director, guionista y hasta montador, por supuesto con él como protagonista. El título fue Kinski: Paganini, o solamente Paganini, ambicioso proyecto que en inicio pretendía ser una miniserie de 16 horas para la televisión italiana.
Según Herzog, Kinski le pidió que dirigiese esta cinta, pero su relación se hallaba tan deteriorada que Herzog declinó el proyecto y asumió entonces total control el impulsivo Kinski. Una vez que los responsables y productores del proyecto tuvieron acceso al material inicial que Kinski estuvo filmando, decidieron abortar el rodaje, accediendo a estrenarlo como un largometraje y ya no como teleserie. El film terminó siendo un caótico y colorido reflejo de la singular personalidad del actor y recibió críticas negativas que, unidas al fracaso económico de la cinta, terminaron por defenestrar el proyecto.

Paradójicamente, es conocido el manifiesto interés que grandes directores tuvieron por trabajar con Kinski, quien rechazó a autores como Federico Fellini, François Truffaut, Pier Paolo Pasolini, Luchino Visconti o Steven Spielberg.  
Kinski era, además, un erotómano adicto al sexo. Sus hazañas sexuales quedaron reflejadas en su autobiografía, titulada Yo necesito amor. Se casó tres veces y, según su propia autobiografía, tuvo al menos cinco hijos, de los cuales solo a tres trató como tales: Nastassja, con quien tuvo una relación conflictiva que terminó rompiendo el vínculo padre-hija; Pola, y Nikolai Nanhoï. Todos fueron actores. En una entrevista publicada en enero de 2013 en el semanario dominical alemán Bild am Sonntag, así como en un libro suyo publicado en 2013 y titulado, en alemán, Kindermund («La boca de los niños»), Pola Kinski afirmó que su padre había abusado sexualmente de ella durante catorce años. 

Kinski, que se había retirado del cine y de la vida pública, preparaba sus memorias cuando murió a los 65 años, víctima de unataque cardíaco, en Lagunitas, una parcela selvática en California. Wikipedia

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