Norman Percevel Rockwell (Nueva York, Estados Unidos, 3 de febrero de 1894 – Stockbridge, Massachusetts, Estados Unidos, 8 de noviembre de 1978) fue un ilustrador, fotógrafo y pintor estadounidense célebre por sus imágenes llenas de ironía y humor.
Su infancia fue feliz, viajando y pasando los veranos en Nueva Jersey junto con su familia. Desde pequeño dio muestras de un gran talento para el dibujo, comenzando con unos acorazados que gustaron mucho a los niños de su localidad. Alrededor de 1908 descubre que su verdadera vocación es, definitivamente, la ilustración, y por ello asiste todos los días desde ese año a las clases de arte de la Chase School en Manhattan.
A los quince años, abandona definitivamente los estudios para ir a la National Academy School, donde hacía copias de vaciados en yeso, costumbre propia de muchos artistas del siglo XIX, a modo de aprendizaje.
En 1910, Rockwell se trasladó a la Art Students League, donde aprendió anatomía e ilustración, perfeccionando sus conocimientos previos, con maestros como George Bridgman o Thomas Fogarty.
Sin embargo su carrera se verá para siempre inmortalizada por su empleo como ilustrador oficial del Saturday Evening Post, una revista de actualidad y sociedad; su primera portada data de 1916; Norman Rockwell trabajó para esta revista hasta 1963. Sus portadas, anuncios, ilustraciones y demás publicidad han sido repetidas e imitadas hasta la saciedad, símbolo del típico ilustrador virtuoso norteamericano: hizo publicidad para McDonald's o Coca-cola, cereales, chicles, neumáticos, etc.
Rockwell reconocía al también gran ilustrador Joseph Christian Leyendeckercomo influencia e inspiración y así lo menciona en su autobiografía My Adventures as an Illustrator (Mis aventuras como ilustrador). Rockwell fue también amigo personal de Leyendecker.
Su estilo a lo largo de los años
Las primeras obras de Norman Rockwell tienen un profundo sentido anecdótico; proliferan, durante principios de siglo y los primeros años veinte y treinta, las obras que representan a niños en diferentes actitudes, siempre enfatizando los detalles propios del carácter de los niños: corriendo, burlándose de otros, tomando el desayuno, yendo a la escuela o jugando al baseball.
En torno a los años treinta y cuarenta, plasmó con exactitud el clima típicamente hollywoodense del momento, prácticamente ajeno al clima apocalíptico de la Segunda Guerra Mundial, a la que, sin embargo, dedicó un cuadro de carácter publicitario pro-soldados americanos, "Démosle suficiente y a tiempo" (1942, haciendo así un llamamiento público para apoyar a los soldados. El resto de su obra en estos veinte años oscila en el plasmado de la sociedad norteamericana de entonces y sus convenciones sociales, y otros momentos concretos a los que la llegada del cine sin duda ayudaron a forjar, como "Un golpeador de primera" (1941, "Los flirteadores" o "Chica leyendo el Post", ambos de 1941 también.
Durante estos años, Rockwell también profundizó en un tipo de representaciones que cada vez ganaron mayor significación en su obra global, como los dedicados a la crítica social o a ensalzar ciertos valores o virtudes del pueblo norteamericano y de la raza humana en general. Algunos de sus trabajos respiraban cierto aire patriótico, valor por entonces tenido muy en cuenta debido a la entrada de Estados Unidos en la guerra, como sucede con "La lealtad del Boy Scout", de 1942.
De esta convulsa época destaca su serie de "Libertad", formada por varios cuadros: "Libertad de la necesidad", de 1943, que representa a una familia reunida en torno a una mesa el día de Acción de Gracias, "Libertad de expresión", del mismo año, "Libertad del miedo" y por último, "Libertad de culto", considerada por muchos su obra maestra, plena en emoción, detalles y solemnidad.
Ya en la década de los 50 y 60, Rockwell volvió a sus temas amables y tiernos, representando imágenes navideñas, familias reunidas, viajes familiares en automóvil, interiores de tiendas o barberías, heladerías con niños, e incluso hizo algunas obras repletas de ironía, como "El entendido", de 1962, donde representó a un hombre de espaldas observando con pose afectada un cuadro perteneciente al Expresionismo abstracto, propio de pintores como Pollock, por los que Rockwell se sentía atraído. El hecho de que Rockwell supiera representar la realidad con una maestría increíblemente precisa, hacía contraste con sus obras de carácter expresionista, las cuales realizaba tanto a modo de burla como de estudio.
Fueron llegados ya mediados de los 60 y principios de los 70, cuando Rockwell recuperó su punto mordaz y crítico con la sociedad: los cambios políticos que entonces sufrió norteamérica, entre ellos los de la integración de los negros, la lacra del racismo y la investidura del presidente Kennedy, fueron tomados e interpretados por Rockwell, quien siempre abogó por la multiculturalidad, la integración y sobre todo, la defensa del débil y el apoyo a los negros perseguidos o insultados: de este período destacan obras impactantes como "El problema con el que convivimos todos", de 1964, donde representa con delicada intensidad a una niña negra que tiene que ir escoltada a la escuela, víctima de los insultos y agresiones de otros ciudadanos; o el magnífico lienzo "La regla de oro", de 1961, donde queda patente su pasión por la defensa de los derechos humanos, su religiosidad y su respeto a todas las razas.
Personalidad y vida íntima
Norman Rockwell fue una persona de talante sereno y profundamente reflexivo; sin embargo, se sabe que sufría de leves depresiones constantes, y también pasaba ocasionalmente por hondas crisis de autoconfianza con respecto a su arte, incapaz de sentirse ubicado o integrado entre las corrientes artísticas de entonces; no hay que olvidar que llegado el siglo XX, la ilustración pasó a ser un arte arcaico, y la pintura tradicional o figurativa había olvidado sus raíces; de hecho, Norman Rockwell se quejaba habitualmente de que "nunca iba a poder crear una gran obra, una obra maestra", y que se sentía sobrecogido por otros artistas y comúnmente infravalorado.
Con su primera esposa, Irene, estuvo casado poco tiempo; se divorció de ella en 1930. Su segunda esposa, maestra de profesión, Mary Barstow, fue de las tres que tuvo la más duradera y la que sin duda mejor comprendía el carácter de Rockwell. Con ella tuvo tres hijos, Jerry (Jarvis), nacido en 1932, Tommy, nacido al año siguiente, y Peter, el último, nacido en 1936. Wikipedia
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