Para huir de la Corte de Versalles, María Antonieta encarga en 1783 su Aldea. Allí disfruta de los encantos de la vida en el campo, rodeada de sus damas de compañía. El conjunto se convierte además en una auténtica explotación agrícola, dirigida por un granjero, cuyos productos abastecían las cocinas del Palacio. Bajo el Primer Imperio, la Emperatriz María Luisa procede a reamueblar la Aldea con un gusto refinado. Lee más
13 nov 2016
La Aldea de María Antonieta en Versalles
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