13 oct 2012
Historia de una marca: Mercedes Benz
Ésta, es una historia compartida. Es muy difícil explicar la historia una marca como esta sin remontarse a sus orígenes y sin ver su evolución posterior, por lo que, en esta ocasión, relataremos la historia conjunta de las siguientes marcas: Daimler, Daimler-England, Benz, Mercedes, Mercedes-AB, Mercedes-Benz, Daimler-Benz, y Daimler-Chryster.
Empezaremos con una breve introducción a la historia de los inicios del automóvil, siguiendo con unas breves biografías de sus precursores reconocidos, Gottlieb Daimler y Karl Benz, un semblante conjunto, la fusión Daimler-Benz, reseñas a cerca del nombre de la marca, su símbolo y su eslogan, y finalmente hablaremos de la actual Daimler-Chrysler y la actualidad de la marca. BREVE HISTORIA DE LOS INICIOS DEL AUTOMÓVIL
La palabra automóvil procede del Griego antiguo AUTO: (Propio, Personal, por uno mismo, voluntariamente) y del Latín MOVILIS: (movile).
Los primeros pasos del automóvil fueron los vehículos propulsados a vapor. Se cree que los intentos iniciales de producirlos se llevaron a cabo en China, a finales del siglo XVII, pero los registros documentales más antiguos sobre el uso de esta fuerza motriz datan de 1769, cuando el escritor e inventor francés Nicholas-Joseph Cugnot presentó el primer vehículo propulsado a vapor.
Se trataba de un triciclo de unas 4,5 toneladas, con ruedas de madera y llantas de hierro, cuyo motor estaba montado sobre los cigüeñales de las ruedas de un carro para transportar cañones. Su prototipo se estrelló y una segunda máquina quedó destruida en 1771, pero la idea sería retomada y desarrollada en Inglaterra en los años siguientes.
Hasta 1840, se construyeron en Inglaterra más de 40 coches y tractores propulsados a vapor. Incluso en 1836, circulaban regularmente unas 9 diligencias a vapor, capaces de transportar cada una entre 10 y 20 pasajeros a unos 24 km por hora.
La búsqueda se concentraba en alguna forma más práctica de mover los coches autopropulsados. Y la solución apareció nuevamente en Europa en 1860, cuando el belga Etienne Lenoir patentó en Francia el primer motor a explosión capaz de ser utilizado siguiendo las ideas aparecidas en Inglaterra a finales del siglo XVIII.
El camino estaba trazado, pero habrían de pasar otros seis años hasta que el alemán Gottlieb Daimler construyera en 1866 el primer automóvil propulsado por un motor de combustión interna. Su prototipo era un gigante de casi dos toneladas de peso que fue presentado en la Exposición de París de 1867 por su patrón, el industrial alemán Nicolás Augusto Otto. Esta fue, sin duda, la base de la nueva industria.
Tras años de trabajo, el mismo Daimler ideó una variante de apenas 41 kg. que sería el precursor de todos los motores de explosión posteriores.
GOTTLIEB DAIMLER (1834-1890)
Gottlieb Daimler, ingeniero e inventor, nació el 17 de marzo de 1834 en Schorndorf (Württemberg), Alemania. Hijo de un humilde hornero, adquirió su vocación por la mecánica desde joven por lo que posteriormente cursó estudios de ingeniería.
Durante 10 años, Daimler trabajó en la mítica fábrica de motores Deutz, junto a otro gran personaje de la historia del automóvil, Nicolas Augusto Otto, el que para muchos ha sido el auténtico primer inventor del motor de explosión.
En 1870, Daimler, ayudó en la elaboración del novedoso motor de petróleo y más adelante se convirtió en el director de la empresa Deutz.
Las discrepancias personales que surgieron entre Daimler y Otto, provocaron la salida de la fábrica de Daimler que, con su fino olfato, había intuido la verdadera transcendencia del descubrimiento y a pesar de que había expuesto en varias ocasiones el tema, no le prestaron la atención suficiente por lo que decidió marcharse y llevar a cabo personalmente su proyecto.
La idea fundamental de Daimler consistía en que los motores, para proporcionar una potencia aceptable, debían aumentar su régimen de giro, situado entonces en cien revoluciones por minuto y esto podría conseguirse, si se reducía el tamaño y el peso. Reduciendo estos,, podría vender tantos motores "como caballos había sobre la superficie del planeta".
Con los ahorros de toda su vida, una enorme carga de ilusión y la ayuda de su fiel e inseparable amigo Wilhelm Maybach, estableció su taller en el número 13 de la Gartenstrass de Bad-Cannstatt, cerca de Stuttgart.
El primer paso consistió en perfeccionar el motor y estos trabajos se iniciaron a finales de 1882, cuando Daimler contaba 48 años de edad. El objetivo que se impusieron los dos dos ingenieros fue superar la barrera de las quinientas revoluciones por minuto. Para ello, se basaron en la experiencia del propio Daimler sobre el sistema de encendido, fenómeno que se manifiesta por la combustión espontánea de la mezcla de aire-gasolina bajo determinadas condiciones de presión y temperatura.
El resultado de aquellos trabajos se plasmó en un motor que pesaba 70 kilos y giraba a 900 revoluciones por minuto. Sobre esta base, patentaron el primer motor "ligero" de combustión interna.
La siguiente etapa no podía ser otra que la de aplicar aquel ingenio a un vehículo, para lo cual eligieron... ¡una bicicleta!. La poca consistencia de los biciclos de la época, retrasó en gran medida las investigaciones, ya que construir la bicicleta con la robustez adecuada, les llevó casi un año. Tal vez fue un error de planteamiento, pero el hecho supuso que el primer vehículo automóvil fuera una motocicleta con aspecto de triciclo con cuatro ruedas, ya que disponía de dos ruedas auxiliares para mantener el equilibrio.
En verano de 1885, el ingenio estaba terminado y sobre Wilhelm Maybach recayó el honor de ser el primer motociclista y automovilista de la historia de la Humanidad, al estrenar aquella pequeña maravilla en el jardín de la casa de los Daimler. En abril de 1886, Daimler compró un carruaje que sería el primero en propulsarse por caballos obtenidos de la energía producida por un motor de combustión interna.
A los cinco meses de iniciarse los trabajos de acoplamiento del nuevo motor, llegó a sus oídos que un tal Benz, a 140 kilómetros de su domicilio, había construido un triciclo con motor. Los trabajos se aceleran al máximo al conocer la noticia, y en otoño de aquel mismo año, vio la luz el primer automóvil de la historia. Un "Daimler".
En el Salón del Automóvil de París de 1889 presenta en sociedad su primer vehículo de uso diario: con un motor refrigerado por agua y cuatro piezas de transmisión, teniendo capacidad para cuatro pasajeros.
Con el éxito alcanzado, Daimler fundó su propia empresa de fabricación de automóviles junto con Karl Benz. Pero su fama no le duró mucho tiempo. En 1890 le sorprendió la muerte antes de que pudiera ver florecer su marca. A pesar de todo, su legado es grande: fue el predecesor de lo que hoy es la prestigiosa Mercedes Benz.
KARL BENZ (1844-1929)
Karl Benz, nació el 25 de noviembre de 1844 en Karlsruhe, Alemania. En la Escuela Politécnica de su ciudad estudió ingeniería mecánica, graduándose apenas con 20 años. Trabajó luego para una fundición, pero siempre pensando en formar una empresa propia.
Poco tiempo después juntó algo de capital, y junto a un socio, abrieron un taller mecánico. A pesar de que el negocio duró poco tiempo, Benz no se amilanó y empezó a estudiar y desarrollar diversos tipos de motores por su propia cuenta.
En 1878 desarrolló un motor de combustión interna de dos tiempos, y más adelante uno de cuatro tiempos.
En 1885 sobre la plataforma de un vehículo Daimler, Karl Benz construye el triciclo que lo hizo famoso: era uno de motor de combustión interna, un sólo cilindro y 0.88 HP. pero durante las pruebas iniciales en Münich, el motor del triciclo falló una y otra vez, siendo objeto de burla del público asistente. Pero el primer paso estaba dado y logró la patente el 26 de enero de 1986, quedando como el creador del primer automóvil capaz de moverse por sí mismo con un motor de combustión interna.
El mismo Benz presentó un primer automóvil de cuatro ruedas con la marca “Benz” en 1893 y construyó un coche de carreras en 1899.
Pero si bien su empresa había sido pionera, a principios del nuevo siglo había quedado algo relegada por negarse a incorporar los adelantos más modernos logrados por otros precursores, como Daimler y su socio, Wilhelm Maybach.
Todo lo cual hizo que en 1926 se fusionara con la Daimler Motoren Gesellschaft de Gottlieb Daimler formando así la Daimler-Benz AG.
Construyeron el primer automóvil. Entre ambos crearon la empresa de fabricación de automóviles conocida hoy en día como Mercedes Benz.
Al contrario de Daimler, Benz si pudo ver el surgimiento y primeros éxitos de su marca antes de morir, el 4 de abril de 1929 en Ladenburg, Alemania.
SEMBLANTE DE DAIMLER Y BENZ
En aquella época, o sea en la segunda mitad del siglo XIX, ya existían una cantidad considerable, de inventores que volcaban todos sus esfuerzos en la idea de construir un vehículo motorizado apto para el tránsito callejero. Algunos de ellos se perdieron en inmensos laberintos, y la mayoría fracasó. A pesar de que Daimler y Benz tuvieron que soportar múltiples penurias, lograron finalmente poner en las calles un vehículo motorizado. Cada uno por su cuenta. La tozudez había vencido. Karl Benz estuvo a punto en el año 1877 de perder su "Fundición de hierro y talleres mecánicos", ubicados en Mannheim, en una subasta judicial, dado que las guarniciones que fabricaba para la industria de la construcción no tenían el volumen de ventas necesario. Con esta situación desesperante, Benz se lanzó con sus últimas energías al "invento capital": la construcción de un motor.
Gottlieb Daimler aceptó el reto que lanzaron los locomóviles a vapor, que se presentaban como vehículos callejeros del futuro. Contra este tipo de ingenios, grotescos y pesados, y contra la dependencia de los mismos de tener que acarrear un gran peso de carbón y agua, se opuso con su muy "manual" motor de altas velocidades. Daimler conoció a su gran colaborador y compañero de trayecto, Wilhelm Maybach, cuando fue nombrado para dirigir la Fábrica de Maquinarias Karlsruhe, en la cual Maybach prestaba sus servicios. Años más tarde fundó su propia firma en Cannstat, ciudad cercana a Stuttgart, pues ya no soportaba más su trabajo en la fábrica de motores de Gas Deutzer, cuyo propietario era Nicolaus August Otto. Las diferencias de opinión en lo referente al futuro desarrollo del motor, eran irreconciliables. Daimler y Benz nunca trabajaron juntos durante su vida, ni siquiera se conocieron personalmente.
Es casi imposible de comprender, cómo evolucionando por caminos tan dispares, pudieron desarrollar sus ingénios y llegar a la meta con los objetivos que se habían propuesto al mismo tiempo.
A Benz desde un principio le obsesionaba la idea de un vehículo motorizado apto para el "tránsito callejero", una unidad entre vehículo y motor. Daimler en cambio veía su meta en la motorización masiva de todos los sectores. No sólo pensaba en vehículos que circularan sobre vías y calles, en barcos y aeronaves, sino también en maquinarias aptas para la agricultura, máquinas de producción y máquinas motrices.
Karl Benz, que prácticamente no contaba con apoyo financiero ninguno, tuvo ya desde un principio que preocuparse por conseguir capital externo. En la época de sus inicios, allá por 1880, sólo se podía conseguir apoyo financiero, si uno formaba una sociedad con el que aportaba el capital, o sea lo integraba totalmente en la Firma.
Por esta razón, Benz tuvo que ligar contractualmente, que su fábrica consiguiera un nombre prometedor y una dirección comercial con vistas al futuro y muy severa. Ambas partes comprendieron tarde que sus opiniones conceptuales, tanto desde el punto de vista del artículo, como de los objetivos y las metas a fijar por la Firma, eran diametralmente opuestas. Su nuevo socio quería comercializar maquinarias o piezas, para las cuales había ya un mercado apto. Para Benz lo primordial era obtener capital y más tiempo y capacidad de fabricación para el desarrollo de su invento. Uno se sintió timado, el otro cohibido. Y fue así que la sociedad no funcionó bien mucho tiempo.
En 1883 y tan solo transcurrido un mes, Benz se retiró de una sociedad creada recientemente para ese fin, la cual llevaba el pretencioso nombre de "Fábrica de Motores de Gas de Mannheim Sociedad Anónima".
Sus siguientes aportadores de capital, fueron el comerciante M.C. Rose y el técnico F.W. Esslinger, quienes tuvieron más paciencia, hasta que terminó los trabajos relacionados en su invento. Pero llegado el momento, y cuando vieron que los potenciales compradores de su "Coche motor patentado" eran prácticamente "asustados" por el própio Benz (pues pensaba que su creación no estaba aún madura para la comercialización), temieron por su dinero y su inversión y lo manifestaron de manera irritante y claramente audible.
A ellos les siguieron como socios en el año 1890 Friedrich v. Fischer y Julius Ganss, quienes se prometieron pingües ganancias con la venta de los motores de gas estacionarios con los cuales ya Benz había logrado una buena posición en el mercado. Tuvieron tanto éxito en la venta y trabajaron tan incansablemente que Benz pudo trabajar casi sin interrupciones en el desarrollo de su vehículo motorizado. A mediados de la primera y esperanzada ola de motorización, en el año 1903, Karl Benz tiene un nuevo y espectacular retiro de escena.
La dirección de su Firma "Fábrica de Motores del Rin" lo atacaba cada vez con más persistencia, porque él se negaba tenazmente, a construir conjuntamente con Daimler automóviles cada vez más veloces. Para él, la seguridad tenía primacía sobre la velocidad. Y consecuentemente se apartó de la Firma. Un año después regresaría, atraído por los vehementes ruegos de sus socios.
También para Gottlieb Daimler su tranquilidad llegó a su fin, en el momento en que éste empezó a probar suerte con sociedades. Los fabricantes de municiones Max Duttenhofer y Wilhelm Lorenz ya hacía tiempo que le habían propuesto ampliar su capital social. Esto provocó que en 1890 Daimler le encontrara sentido a expandir su Firma y a tener un poco más de capital disponible para mejorar sus construcciones.
Cuando se llegó a la firma del contrato, hubo problemas porque Daimler no podía hacer entender a sus socios, que su Firma no debía ser salvada y que además no necesitaba una nueva o mejor dirección comercial. El contrato que entonces se firmó de forma muy apresurada, tenía algunos puntos oscuros. Daimler y su inseparable colaborador Maybach, se sintieron relegados y engañados dentro de la nueva sociedad que se había creado "Motores Daimler". Para poder quedar liberado de la Compañía y obtener nuevas posibilidades de desarrollo, Daimler dejó que sus propios socios en el año 1894 "compraran su parte". Bajo condiciones bastante catastróficas. El fiel Maybach siguió su camino con él en el desarrollo de los motores.
Cuando la sociedad "Motores Daimler", se encontró en 1895 próxima a un embargo por parte de sus acreedores, le hizo una oferta de paz a Daimler. Este aceptó, después se le indemnizó generosamente y se le otorgaron poderes amsolutos. Naturalmente volvió a la Firma acompañado de Wilhelm Maybach.
Se debe decir, que Daimler tuvo mucha suerte en sus contactos con el importante comerciante mayorista austriaco Emil Jellinek que residía en Niza.
Sin estar ligado contractualmente con este dinámico y mundial comerciante, recibió de él, el empuje necesario para romper las barreras que dieron paso al camino de los éxitos. Jellinek, que ya había conducido en Francia motocicletas y triciclos motores, estaba fascinado por el deporte automovilístico y de las posibilidades comerciales que se podían derivar del mismo. En 1897 realizó el pedido de un automóvil de Daimler, manifestando además una serie de deseos especiales, los cuales fueron cumplimentados. El "Phaeton" de 9-CV y una velocidad máxima de 40 Km/h le complació ampliamente.
En la semana automovilística de Niza del año 1899, Jellinek participó con un Phönix de 23 CV y ganó la prueba de turismo. Empleando su astucia competitiva: después de las primeras victorias obtenidas con los vehículos de Daimler, distrajo la atención que sus competidores habían puesto en su vehículo, inscribiéndose en la prueba con el seudónimo de "Mercedes". Mercedes era el nombre de su hija de diez años de edad.
Pocos días antes de que Daimler falleciera en 1890, Jellinek le hizo una oferta digna de admiración. Él compraría 36 vehículos que sumaban un valor total de 550.000 Marcos de Oro, si a cambio se respetaban algunas condiciones: representación y venta exclusiva para Austria, Hungría, Francia y América; utilización del nombre Mercedes y el derecho a opinar en temas de fabricación. Daimler, que ya se había dado cuenta del talento de Jellinek, aceptó las condiciones.
Después del fallecimiento de Daimler, Jellinek fue incluido en el consejo de administración de la Sociedad de Motores Daimler. En los años siguientes sus ideas tuvieron una amplia repercusión en el desarrollo de Daimler y en el "Mercedes", hasta que en 1909 se retiró de la sociedad. El nombre de Mercedes siguió existiendo a través del tiempo. En 1902 fue registrado oficialmente como marca.
LA FUSIÓN DAIMLER-BENZ
La inflación de principios de la década de los años 20 fue un gran escollo para la expansión del automóvil. La reforma monetaria de 1923 no logró animar el consumo privado, y por consiguiente la demanda de automóviles, lo que obligó a Daimler a montar una fábrica de bicicletas y de máquinas de escribir, que no logró tener exito comercial. El famoso viernes negro del 29 de octubre de 1929, hirió de gravedad a todos los mercados económicos del mundo. De 86 fábricas de automóviles existentes en 1923, sólo quedaron 26 en 1931.
En esta época de dura crisis económica y de recesión, los directivos responsables de Daimler y Benz hicieron realmente lo único razonable: las empresas “Daimler Motoren Gesellschafl” y “Karl Benz Sohne” se fusionan en junio de 1926 creando la nueva empresa “Daimler-Benz AG”, que fue la base de la próspera Mercedes-Benz.
Karl benz por aquel entonces ya había dejado la Compañía “Karl benz Sohne” que en 1906 había creado conjuntamente con sus hijos Eugen y Richard.
Al poco tiempo de esta fusión entre iguales, el mero sentido de integración pudo con los brotes iniciales de rivalidad e independencia. La empresa resultante lograba éxitos que de forma separada jamás podrían haberse conseguido.
EL ORIGEN DE LA ESTRELLA
Después del éxito conseguido, sólo faltaba encontrar una marca industrial característica. Los dos hijos de Daimler, fallecido en 1890, y que ocupaban altos cargos en la empresa, recordaron entonces que en una ocasión su padre había enviado a su esposa una postal en la que había dibujado una estrella sobre su casa de Deutz (Alemania); esta estrella, según escribía Daimler, llegaría un día a elevarse triunfante sobre su fábrica.
La junta directiva aceptó la sugerencia y en junio de 1909 registró oficialmente una estrella de tres puntas y otra de cuatro en calidad de marcas industriales. Finalmente, la estrella de tres puntas fue el símbolo que se utilizó, pasando así a identificar la empresa en todo el mundo.
Ese mismo año, la estrella que debía simbolizar la triple motorización del tráfico (en tierra, mar y aire) fue colocada por primera vez en el radiador de un vehículo Daimler.
Con el transcurso de los años, la forma de la estrella fue perfeccionada hasta alcanzar la forma con la que la conocemos hoy en día: En esa época Benz utilizaba una corona de laureles que rodeaba su nombre.
En 1916 se encerró a la primitiva estrella de Daimler en un círculo al cual se le agregó en la parte superior, cuatro estrellitas y, en la parte inferior, el nombre Mercedes.
En 1926, al fundarse la empresa Daimler-Benz AG se unificaron los símbolos combinando la corona de laurel, la estrella y las palabras Mercedes-Benz.
En 1933, con un diseño precursor para su época, se estilizó la estrella que se adoptaría como logo definitivo.
Finalmente, en 1989 se le imprime corporativismo a la estrella y al círculo, en un nuevo rediseño, que es el actual distintivo de Mercedes-Benz, una de las marcas de DaimlerChrysler.
EL ORIGEN DEL NOMBRE
El nombre de “Mercedes”, está estrechamente relacionado con los comienzos del automovilismo deportivo.
El 21 de marzo de 1899, en la Semana Automovilística de Niza, el Cónsul General de Austria en Niza, Emil Jellinek inscribió su coche Daimler de 4 cilindros y 24 cv modelo Phoenix en el rallye Niza-Magagnon-Niza.
El coche llevaba pintado en el capó el nombre de "Mercedes" en honor a su hija que ya tenía diez años. La suerte lo acompañó y Jellinek ganó el rallye.
Alentado por los triunfos, Jellinek solicitó a la casa Daimler que desarrollara un nuevo vehículo con mayor distancia entre ejes, centro de gravedad más bajo y motor más potente. El resultado fue impactante: en 1901, los “Mercedes” arrasaron en la temporada automovilística. Tanto es así que los periódicos de la época anunciaron "el inicio de la era Mercedes".
Esta denominación se convirtió en marca el 22 de julio de 1926, al fusionarse las casas Daimler (Gottlieb Daimler) y Benz (Karl Benz). En la Junta General celebrada, se decidió que la marca se denominaría "Mercedes-Benz" y la firma se denominaría "Daimler-Benz AG" (hoy Daimler Chrysler). La difícil situación que atravesaban ambas tras la guerra fue uno de los motivos más destacados de la fusión.
EL ESLOGAN
Gottlieb Daimler, hombre ingenioso y alegre que dominaba a la perfección tres idiomas, podía, sin embargo, ser extraordinariamente parco en palabras en asuntos decisivos. En esos momentos fijaba conceptos tan precisos como, por ejemplo, su lema referido a la calidad: "O lo mejor, o nada". Los que le conocieron, tuvieron ocasión de escuchar con gran frecuencia estas palabras y más de una discusión se dio por terminada al escucharlas
A muchos de nuestros contemporáneos, acostumbrados a un estilo de comunicación tan rico en expresiones, el corto y categórico lema de Daimler, les causa el efecto de una sentencia. No solamente porque la máxima "O lo mejor, o nada" ha sobrevivido, sino porque es hoy parte fundamental de la filosofía empresarial de Mercedes-Benz y su significado se entiende todavía hoy de la misma forma absoluta: sólo saldrá de la Compañía el mejor producto posible dentro de los criterios más exigentes que rigen tanto en calidad como en seguridad.
De lo que se desprende que en Mercedes-Benz la palabra "progreso" significa un aumento de prestación antes que un efecto exhibicionista superficial. Sabemos que Karl Benz tenía una idea muy particular del término "progreso". Él, que sin lugar a dudas tenía una personalidad acusada, sentía repulsa por la exagerada precipitación innecesaria. No se dejó seducir por la idea de que se pudieran producir en cada momento vehículos cada vez más rápidos, mientras no se hubieran resuelto los problemas que se presentaban relativos a la seguridad. Por este motivo hubieron enfrentamientos con sus impacientes socios por dar mayor importancia a la calidad y seguridad del producto que a la rentabilidad comercial. Para él, vender un producto no experimentado al cien por cien era, sencillamente, falta de seriedad.
LA FUSIÓN DAIMLER-CHRYSLER
En mayo de 1998 se presentó la fusión entre Daimler (Mercedes) Benz y Chrysler Corp, la primera unión entre un gigante europeo con una de las tres grandes corporaciones del automóvil de EEUU.
La unión de ambas empresas fue presentada como una "fusión entre iguales". Sin embargo, con el correr de los meses los ejecutivos fueron sincerando sus posiciones: Daimler Benz es la que manda en la nueva dirección, que de todos modos se nutre con ejecutivos de los dos países.
La nueva Compañía tiene su sede en la ciudad alemana de Stuttgart, y "La integracion objetiva entre Daimler y Chrysler durará entre 2 y 3 años".
LA ACTUALIDAD
Sinónimo de innovaciones y vehículos de calidad superlativa, Mercedes-Benz cumple su primer siglo de vida, desde aquel 22 de diciembre de 1900 en que Daimler - Motoren - Gesellschaft (DMG) fabricó su primer vehículo asociado a la marca. Desde aquella circunstancia, se ha producido un dinámico desarrollo que condujo en línea directa a la conformación de DaimlerChrysler, compañía global de reconocido liderazgo y fortaleza.
Con más de 19 millones de vehículos fabricados en la historia, existen actualmente más de 9,5 millones de productos de la marca, pertenecientes al segmento más exigente del mercado, y en cuyos vehículos se implementaron las continuas innovaciones que le son reconocidas: los mejores motores diesel, los frenos con anti bloqueo (ABS), el Programa Electrónico de Estabilidad (ESPÒ), la suspensión ABC, el Brake Assist (BAS), el control de frenos Sensotronic (SBC) el sistema de frenos C-BRAKE, entre otros desarrollos tecnológicos.
Históricamente, la ambición compartida por la gente de Mercedes-Benz ha sido desarrollar los vehículos como objetos de gran valor. En 1900, cuando la producción anual de Daimler era de apenas 96 vehículos construidos a mano por 344 personas, era imposible pensar en volúmenes más altos de producción. Las estadísticas demuestran que en esa época se necesitaban 3,6 empleados por año para construir un vehículo. Hoy en día este número es menor a 0,1.
Vehículos al servicio del trabajo y del público
La trayectoria de la estrella también incluye vehículos comerciales y actualmente DaimlerChrysler AG es el mayor fabricante de vehículos comerciales del mundo, como paraguas corporativo de sus marcas Mercedes-Benz, Freightliner (número uno en los Estados Unidos), Sterling, Thomas Built Buses, Setra, Western Star, Orion, American LaFrance y el sector de motores MTU y Detroit Diesel.
Los transportes pesados, semi-pesados y ligeros que se comercializan en Europa occidental son el Actros, el Atego, el Econic y el Unimog. En ese continente, se venden con gran éxito las vans Vito y Viano y los utilitarios Sprinter y Vario. La empresa también está presente en el sector de buses con los modelos Mercedes-Benz Cito, Citaro, Integro, Travego, Tourismo y Medio.
La historia del éxito de los vehículos comerciales de Mercedes-Benz se remonta a 1895 al patentar Benz el primer motor para ómnibus. Al año siguiente, amplió el rango de los vehículos comerciales disponibles en aquella época, al crear la primera línea de buses a motor a nivel mundial. Recién iniciado 1927 y después de la fusión entre Daimler y Benz, los buses empezaron a llevar la marca “Mercedes-Benz”. El pionero fue el Mercedes-Benz L 5, accionado por un motor diesel de seis cilindros.
Unión perfecta del pasado y presente
Transcurridos 100 años desde sus orígenes, Mercedes-Benz adquiere cada vez más dinamismo y vitalidad. A comienzos de los años 90 pasó de tener 5 series a tener 13 y, desde 1990, las ventas de vehículos en todo el mundo han aumentado en un 73 %.
El SLK, CLK, el Clase A, el Clase M y los nuevos deportivos del Clase C son testimonio de la renovación permanente en ingeniería y diseño, crecimiento también demostrado con las innovaciones de los Clase E y Clase S, que posicionan a la marca en la exclusiva clase de lujo y calidad superior.
El valor técnico, los estándares de calidad y la capacidad innovadora, junto a un conjunto de leyendas y obras maestras como es Simplex de 1902 (el vehículo existente más antiguo), el modelo 300 SL (alas de gaviota), el Maybach y el SLR confieren a Mercedes-Benz su carácter distintivo. Desde siempre, Mercedes-Benz ha simbolizado el futuro del automóvil y lo demuestra, como ejemplo, la reciente presentación del NECAR 5, la nueva versión del que fue el primer coche a celda de combustible (el primero se lanzó en 1994). Este vehículo consume hidrógeno líquido y oxígeno del aire, convertidos en electricidad y vapor de agua, siendo totalmente ecológico.
Mercedes-Benz es la única marca del mundo que ofrece garantía de por vida para sus vehículos. Posee productos en todos los segmentos y dispone de 122 modelos comprendidos en 13 series diferentes. Todas las versiones contienen un ingrediente esencial que ha estado siempre en el corazón de la marca: exclusividad.
Historia de una marca: Mercedes Benz
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