7 oct 2012

La historia a través de la revista Vogue

Primera portada de Vogue USA en 1892 y una portada de 1909. 

En diciembre de 1892 nacía en Estados Unidos una gaceta semanal llamada Vogue. Su creador, Arthur Baldwin Turnure, un miembro de la alta sociedad neoyorkina, quería crear una publicación en la que se hablara del estilo de vida y los intereses de su clase social.

El segundo nacimiento de Vogue se produjo en 1909 cuando el joven abogado y publicista Condé Mostrose Nast compró la prestigiosa cabecera. La revista siguió manteniendo la esencia y dirigiéndose a las clases más poderosas de la ciudad. La moda era el principal contenido, pero también había entrevistas y secciones de estilo de vida. Con el tiempo la revista fue ganando influencia e importancia hasta convertirse en un referente a nivel mundial. En 1916, la versión inglesa dedicó la portada a la reina española Victoria Eugenia, icono de estilo de la época. El cambio de moda y estilo respecto a la primera portada de Vogue es radical. 

 Otra portada icónica fue la creada por George W. Plank en diciembre de 1917 en la que una chica está sentada sobre la luna. 

En 1916, con la Primera Guerra Mundial como telón de fondo, la revista saltó a Europa y empezó a publicarse la versión inglesa y en 1924 ocurría lo mismo en Francia. A través de sus portadas se puede hacer un recorrido por la historia del siglo XX, no solo de la moda, sino de los ilustradores, artistas, fotógrafos y de la evolución de la sociedad y el modelo de belleza. Hasta los años 30 diferentes artistas se encargaron de ilustrar las portadas influidos por los gustos artísticos y la moda de la época. Destacaron Eduardo García Benito, George Lepape o George Wolf Plank.

 Portadas de clara influencia cubista de Eduardo Benito. La primera de mayo de 1926 y la segunda de septiembre de 1927. 

 La influencia del Art Decó también se dejó ver en estas portadas de Lee Miller, 1927 y Lepape, 1928.

Las revistas no fueron ajenas a la historia y a los convulsos acontecimientos que estaban agitando los cimientos de Europa y la tranquilidad de EEUU. Entre 1900 y 1950, se vivió uno de los periodos más intensos de la historia de la humanidad. Vogue reflejó parte de esa historia en el espejo de sus portadas.

 Los viajes a África fue una temática recurrente a principios de siglo. 

A principios de siglo se daban los últimos coletazos a la colonización africana. En 1912 Francia convertía a Marruecos en uno de sus protectorados y en 1914 Gran Bretaña hacía lo mismo con Egipto. Entre guerras y acuerdos, las mujeres de las familias europeas más poderosas aprovecharon la ocasión para hacer exóticos safaris y viajes por África. Esto influyó de manera decisiva en la moda ya que demandaron ropa más cómoda que les permitiera mayor libertad de movimiento y se adaptara a los nuevos tiempos.

 George W. Plank, julio 1922 y Eduardo Benito, julio 1927 

En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial. Este fue el punto de inflexión o el punto de partida, según como se mire, para la historia de las mujeres. La edición inglesa de Vogue dedicó una de sus portadas a las enfermeras que trabajaron de manera infatigable en hospitales de campaña en los frentes de guerra y en la retaguardia, atendiendo a los más de 8 millones de heridos y mutilados que dejó la guerra.

 Mayo de 1918 

A partir de 1914 la moda y las mujeres nunca volverían a ser lo que fueron. Durante el conflicto las mujeres pasaron a ocupar puestos de trabajo que hasta ahora estaban reservados solo a los hombres. La necesidad de salir de casa a trabajar exigia un cambio en la forma de vestir: cayeron los corsés, se cortaron las melenas, se acortaron las faldas, se holgaron los vestidos, se pusieron pantalones y se atrevían a fumar en público.

 Octubre de 1918 

 Y como la moda es un espectáculo y el espectáculo debe continuar, pase lo que pase, en medio de la guerra y con las tropas alemanas a tan solo 120km de París, la moda siguió su curso habitual y los desfiles de octubre de 1918 se celebraron. Si iban a morir, por lo menos lo harían con un modelo de la última temporada. En la portada de aquel mes, aviones de guerra sobrevuelan Paris mientras dos fasion victims del momento miran al cielo impertérritas y divinas de la muerte.

 G. Lepape, enero de 1925 y portada de junio de 1930 

Tras la guerra y gracias a la aprobación del plan Dawes, Europa empezó su recuperación y EEUU vivió una época de expansión económica sin precedentes. Fueron los felices años 20. Tras los desastres de la guerra llegaron el desahogo, las ganas de vivir, el charlestón, el cambio radical de la moda y la expansión de nuevos sectores industriales como el automovilístico o la aviación ligados al auge de la electricidad y del petróleo.

 Pierre Mourgue, marzo de 1932 y Anton Bruehl, julio de 1937 

En 1937, se produjo otro acontecimiento histórico que marcó la historia de Gran Bretaña: la coronación de Jorge VI (padre de Isabel II), que pasó a ser rey de Inglaterra. Vogue le dedicó un número especial, “The coronation issue” 1937, "The coronation issue". En la década de 1930 las portadas empezaron a cambiar. En 1932 apareció la primera con una fotografía a color. El encargado del trabajo fue Edward Steichen que inmortalizó a una mujer en traje de baño jugando con una pelota. A partir de ese momento la fotografía empezó a ganar espacio y a colarse con fuerza en las portadas, en detrimento de las ilustraciones. El concepto de revista de moda iba a cambiar de manera irreversible y para siempre.  Fuente: lo que el viento se dejó

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