Decálogo del Ente Transparente
1. Entendemos el espacio de la producción como espacio total.
La transformación de las formas de producción ha expandido los sitios de trabajo a la totalidad de lugares donde transcurre nuestra vida.
El sistema económico ha desplazado la hegemonía de lo material e industrial a valores de orden simbólico.
Hoy en día la información y las ideas producen y lo hacen en cualquier tipo de espacio.
2. El tiempo de la producción ha sufrido también importantes modificaciones en cuanto que el “trabajo” no se desarrolla en un tiempo acotado, y el tiempo de ocio puede ser interpretado y es valorado y cuantificado como tiempo de producción.
Así, tanto el “trabajo” como el ocio son momentos relativos que se expanden en la totalidad de tiempo vital.
3. El concepto de flexibilidad se presenta como un aceite lubricante que permite la articulación de este mecanismo- cita de Moebius entre el tiempo y el espacio.
La flexibilidad, es un concepto clave para entender las concepciones y los problemas derivados del sistema laboral.
Desde la perspectiva de que nos encontramos en un sistema de control, que añade nuevas formas de poder a los sistemas disciplinarios del siglo pasado, la flexibilidad se presenta como un arma de doble filo, que desregulariza ámbitos de protección de los derechos del trabajador, que fomenta la ambigüedad y la confusión respecto al valor de lo que producimos.
4. Estas consideraciones nos llevan a entender el acto productivo:
a) En la comunicación, en los procesos de diálogo e intercambio de información
b) En las relaciones sociales, que son las formas últimas en las que se establecen los sistemas de valores.
c) En la dicotomía entre recepción y consumo, que genera un abanico de figuras entre las que encontramos la clientela, el público, el interlocutor, el colaborador, el participante, el consumidor, etc.
5. Una de las consecuencias de este sistema de producción es la precariedad, una precariedad que no afecta tan solo al ámbito del “trabajo” sino que condiciona toda nuestra existencia. Pero, el concepto de precariedad, genera al mismo tiempo una idea tras la cual pueden movilizarse y representarse amplios sectores sociales.
Consideramos que este conflicto se hace intensamente presente en las distorsiones que se producen entre las experiencias vitales y el desarrollo de nuestro carácter.
También acusamos una devaluación de la fuerza de trabajo fomentada por la temporalidad (desvinculación entre el productor y su actividad), la competitividad (desvinculación entre los productores) y las formas de división del trabajo en la globalización (desvinculación entre el productor y el proceso total del producto)
La idea de precariedad nos lleva a:
6. Reivindicar una discusión social sobre la organización del tiempo vital, especialmente en las zonas de trabajo productivo menos representadas. Esta discusión tiene como objetivo no sólo entender el estado actual, sino sobretodo, encontrar propuestas y soluciones a las formas en las que la globalización se impone a todas las ciudadanías.
7. Preguntarnos sobre los procesos de creación de subjetividades y de identidades para los cuales los afectos constituyen factores fundamentales
8. Pensar sobre cómo y cuándo trabajamos (6) y la cuestión del afecto (7) señalan e inciden en la cuestión de un posible tiempo de no-trabajo
9. Así como sobre un posible espacio de no-trabajo.
10. Estos interrogantes flotan alrededor de la cinta de Moebius, cinta continua y de una sola cara por la que corren los conceptos de tiempo y lugar de producción desplegados en torno a la sustancia gaseosa del deseo.
Al resultado práctico de este orden de conceptos lo llamaremos Ente Transparente.
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29 nov 2009
Ganarse la vida: para pensar
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