Aparte de la tienda que acaba de inaugurar Lolita Flores en la Corredera Baja de San Pablo, 10, Madrid, con ropa outlet de sus amigos, puedes pasarte por la tienda de Paz Vega y su marido. Su tienda se llama Max Addict...Very dangerous shoes y está situado en una calle de la zona de Fuencarral en Madrid.
La tienda de Paz Vega: Max Addict...Very dangerous shoes
No fue difícil dar con la tienda que Paz Vega, su marido Orson Salazar y un socio de la pareja, Gino Cavaliere, acaban de inaugurar en el centro de Madrid. Allí fue donde quedé con el fotógrafo de este reportaje, Luis Gaspar y con la maquilladora Ritinha Candela para Les Pin Ups. Nuestro propósito no era otro que descubrir todos los hits que Paz y Orson han traído de sus últimos viajes por Milán y, como no, de Los Angeles, ciudad en la que desde hace varios meses vive y trabaja la actriz.
Y tratándose de una pareja siempre al filo de las últimas tendencias, el barrio donde instalar su primer negocio de moda no podía ser otro que el de Fuencarral, para ser más exactos la C/ Augusto Figueroa, 3 (Tel. 91 521 72 40).
QUÉ ENCONTRARÁS… Es una zapatería y algo más. Un local donde hacerte con zapatos made in Italy, de tacón infinito, por supuesto, en colores y materiales increíbles, donde conseguir sombreros como los que lucen Paz y Orson en toda fiesta cool que se precie y faldas, kimonos y túnicas estampadas en satén para salir de noche.
EL ESPACIO… Bajo la influencia de los locales más cosmopolitas y de la música funky, reconocerás Max Addict por su gran luminosidad y por las ilustraciones versión XXL que decoran las paredes de la tienda. En sus estanterías, zapatos de salón, botas de verano, calzado para ellos y sombreros únicos.
LA FILOSOFÍA DE PAZ Y ORSON… Orson dice: “me gusta que la gente se arriesgue a la hora de vestir, que se sienta especial gracias a nuestros productos traídos de fuera y que además son reflejo de nosotros mismos”.
"Butch Cassidy, además, es chef".
Con este eslogan - elegido por el dueño de un supermercado de Norwalk- vendió las 10.000 primeras botellas de la original salsa para ensaladas que había fabricado durante años en el sótano de su casa para él y, también, para obsequiar a sus vecinos en Navidad: las salsas que vendían en las tiendas no le gustaban. En el supermercado, junto a la referencia a Butch Cassidy, el personaje que Newman interpretara en Dos hombres y un destino, había otro letrero: "Salsa para ensaladas de Paul Newman, 1,19$. Compre dos frascos, llévese una lechuga gratis".
Corrían los primeros 80 y las cosas cambiarían pronto, por lo menos en lo que a la lechuga respecta . Y lo que comenzó casi como una broma ha acabado siendo una gran empresa que suministra incluso a McDonald´s: Newman´s Own, llamada así pese a que el actor, informado del poco éxito que han tenido históricamente los productos elaborados por gente famosa, barajó llamarlo Redford´s Own. "Me gustaría tener a quién echarle la culpa", bromeó.
No sería tampoco tan extraño. En el libro El secreto de Paul -lineal traducción de un título más que curioso (“Shameless Exploitation in Pursuit of the Common Good”)- Paul Newman y su socio en el negocio de las salsas, su viejo amigo A. E. Hotchner, guionista y escritor, cuentan que han hecho todo lo contrario de lo que se supone que debían hacer para que su empresa prosperara... y les ha salido bien. Como apunta Hotchner, "hay tres reglas para llevar un negocio; afortunadamente, no las conocemos". Y eso, quizá, les ha ayudado a encontrar caminos que los que conocen las reglas difícilmente pueden contemplar.
Sin duda, el protagonista de Dulce pájaro de juventud o El golpe, conocido devoto de los coches de carreras, tenía un punto de partida mejor que cualquier desconocido para llevar adelante un negocio. Pero como le recordaron los consultores a los que acudió en primer término, "la gente se toma muy en serio el dinero que destina a la alimentación. Cuando se sientan a la mesa no les interesa que alguien les divierta, sino que están allí para disfrutar de los alimentos. No se ofenda, señor Newman, pero sólo porque usted les haya robado el corazón como Butch Cassidy no garantiza que les gustará su salsa para ensaladas".
Intentos fallidos y después
Después de todo, ni la salsa para espaguetis de Rocky Graziano, ni el Merlot de Marilyn Monroe, ni los cigarrillos de Yves St. Laurent, ni las corbatas ni las salsas de Frank Sinatra triunfaron . Claro que siempre hay una primera vez, por lo cual los consultores vaticinaron a Newman en su primera visita un 45% de posibilidades de un fracaso estrepitoso.
No hubo más visitas a la consultoría. Los 400.000 dólares que se tendrían que haber gastado en un estudio de mercado por todo el país se quedaron en una pequeña cata que organizaron ellos mismos con conocidos para comparar, a ciegas, el sabor de su producto con el de otros ya establecidos. No les fue mal.
Newman aceptó a regañadientes que su salsa tuviera una imagen suya en la etiqueta, pero no hubo muchas más concesiones: el producto tenía que ser natural, sin conservantes, con buenos ingredientes. El salsa contenía un 51% de aceite de oliva mezclado con aceite de soja, vinagre de vino tinto, agua, zumo de limón, especias, sal y ajo y cebolla deshidratados. Los encargados de la producción inicialmente les dijeron que era imposible fabricar el producto sin conservantes, pero se pudo. Luego, les obligaron a que la cebolla y el ajo fueran deshidratados, pero se demostró un error: también podían añadirse enteros.
Cambiaron las normas de pago en la distribución y no tenían inventario, se fabricaba bajo pedido. No había grandes elucubraciones detrás, apenas se trataba de no tener pérdidas en una empresa cuyos beneficios iban a ir a causas sociales. Sobrevivieron a la amenaza del slotting,pagos de 28.000 a 30.000 dólares a cada tienda o almacén por el exhibir un nuevo producto, y lanzaron salsas, limonada o palomitas de maíz "al estilo de las películas antiguas", tan exitosas que hay una generación que conoce más a Newman por las palomitas que por las películas. Todos los productos vestidos con etiquetas irónicas del tipo Productos de confianza desde febrero.Y desde el primer momento su política fue no hacer publicidad: era de mal gusto, no siempre efectiva y... no podían costearla.
En 1982 tuvieron 65.000 dólares de beneficio, y en 2002 sus ventas alcanzaron los 110 millones de dólares, con 12 millones de beneficios. que distribuyeron entre más de doscientas organizaciones sociales, incluido su proyecto Hole in the Wall para niños enfermos.
"No puedo decir que tenga instinto filantrópico por naturaleza. Sólo fue una combinación de circunstancias (...) Ahora que estoy metido hasta las pestañas en la venta de alimentos, comienzo a comprender el lado romántico de los negocios: el atractivo de ser el pez más gordo en el estanque y el encanto de ser mejor que tus competidores", dice Newman. Curiosamente, además de una historia de éxito empresarial y compromiso social, ésta es una historia sobre el poder de las ideas. La botella de salsa para ensaladas mezclada como un capricho en el viejo establo de los Newman hace más de 20 años ha hecho, con sus productos naturales y sin conservantes, que una industria cambiara su forma de proceder.
Vendo mi casa
Dicen los analistas que es mal momento para vender inmuebles, pero a celebridades como James Cameron, Tobey Maguire, Donald Trump o Natalie Portman, entre otros no parece importarles y han colgado el cartel de “se vende” a algunas de sus propiedades inmobiliarias. Eso si los precios de sus viviendas se alejan bastante de los que maneja cualquier ciudadano medio, pero provocan tanto interes que hay blogs que solo se dedican a informar de este mercado de ricos y famosos… Uno de los últimos “lanzamiento” es la casa y zoo en John Cleese en Montecito.
La casa que vende Donald Trump en Palm BeachSegun cuenta el Pais, Donald Trump ha puesto a la venta una de sus mansiones, la de Palm Beach, a la que ya se ha catalagoda como la más cara de todo EEUU. En Google Earth se puede ver el aspecto que tiene la Maison de l’Amitié, o casa de la amistad que cuesta nada menos que 125 millones de dólares (más de 91,7 millones de euros). El magnate la compró en 2004 en una subasta pública por 41,25 millones de dólares pero la reformó con baños con azulejos de mármol y grifos de oro, una sala de baile, un salon con boveda de cristal en el techo, una piscina de 33 metros y un conservatorio. Segun la revista Forbes solo hay otras dos casas mas caras en el mundo. Una de ellas está en Inglaterra y en la red se puede ver un video de como es la propiedad. [VIDEO]
Tobey Maguire, el actor que da vida a Spiderman, también tiene una vivienda en Hollywood Hills por la que pide 11,5 millones de dolares. Tiene 3 dormitorios, un gimnasio, spa, piscina y vistas a la ciudad. La “casita” fue reforamada por un interiorista de origen cubano que le ha dado un aire mediterraneo… y una buena revalorizacion, porque Maguir la compró por 3,7 millones en 2002.
Donald Trump y James CameronEn el caso del director de cine James Cameron se trata de un rancho en Malibú, California, por el que pide 18,6 millones de euros. Y eso que es solo terreno y no hay nada construido. La propiedad, que esta en las laderas de las montañas de Santa Mónica comprende siete parcelas que suman 370 hectáreas y que forman un cañón aislado que cuenta con bosques de robles y flora autóctona. Tienen más detalles, fotos y mapas en el catálogo on line.
Otros famosos que venden sus viviendas son el socio fundador de la cadena de ropa Tommy Hilfiger, Joel Horowitz, que pide 100 millones de dólares (casi 73,5 millones de euros) por su casa en el Lago Tahoe o Slash, el guitarrista de la banda Guns N’ Roses, cuya mansión en Hollywood está valorada en casi siete millones de dólares (5,1 millones de euros). Y en plan casi “barato”, Natalie Portman ha puesto en venta su piso por poco más de dos millones de dólares (1,5 millones de euros).
2 dic 2009
Lo que nos venden los famosos
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